Hoy voy a escribir sobre el futuro de mi bebé, sobre el país que quiero heredarle, sobre el país por el que lucho.
Desde que me embaracé hasta acá, mis días han sido muy convulsos, sin descanso. Primero, justo el 12 de marzo –día de la confirmación de mi gestación tardía–, la censura del primer corte de Quiero hacer una película. Todo el chancleteo y debate generado, las proscripciones, el descrédito a mi persona y colegas en medios de comunicación oficiales.
Segundo, el trabajo en raticos libres con un grupo de activistas cubanos para hacer la #AcciónLGBTIQba con la que nos posicionamos en estos temas de cara a las reformas constitucionales que se anunciaban.
Tercero, la vida misma y nuestra supervivencia con todo lo que lleva: WiFi de contén –nuestra oficina–, búsqueda de alimentos vitales y nutritivos, exámenes médicos donde se ha podido y un larguísimo etcétera sin tregua.
Mi bebé y yo sobrevivimos como les voy contando en esta columna, y prometo seguir.
Hoy está listo un corte definitivo de Quiero Hacer una película (QHUP) que me satisface, me gusta, aunque presumiblemente seguirá censurado en la Isla, ya no solo por la decisión del Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) ni por el artículo 204 del Código Penal, sino por el reciente decreto 349/2018.
El Consejo de Ministros, amparado en el artículo 98 de la Constitución vigente (1976), impone el decreto (artículo 3.1), en el que “considera contravención cuando una persona natural o jurídica en la utilización de los medios audiovisuales muestre en ellos contenidos con: a) uso de los símbolos patrios que contravengan la legislación vigente”, y deja abierto a la interpretación de los operadores del derecho a “g) cualquier otro que infrinja las disposiciones legales que regulan el normal desarrollo
de nuestra sociedad en materia cultural”, entre otros acápites calificados de “conductas” graves o muy graves, que me perturban.
En el recientemente concluido Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) el periodismo independiente –al que me sumé en 2005– queda nuevamente invalidado y no se habla nada de la necesaria Ley de Medios, hasta ahora solo adelantada como la “Nueva Política de Comunicación”, aparentemente con más prohibiciones que derechos para nosotros, los independientes.
El resultado de la batalla colectiva a partir de escándalo QHUP proyecta logros, aún no oficialmente públicos, que harán realidad el viejo reclamo de cineastas cubanos sobre la creación de un fondo de fomento y de una comisión para promover audiovisuales. Ahora me pregunto: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quiénes serán los beneficiados? ¿Tendremos una Cuba mejor contada en las pantallas? ¿Cuándo llegará la Ley de Cine?
#AcciónLGBTIQba rindió sus frutos, conjuntamente con el viejo esfuerzo de instituciones como el Centro Nacional de Educación Sexual, al abrir la posibilidad del matrimonio igualitario (Capítulo III. Artículo 68) en el proyecto de Constitución, que comenzará de debatirse popularmente el 13 de agosto próximo.
Aunque se trasluce, por primera vez, una voluntad política sobre el matrimonio igualitario y principios de no discriminación por orientación sexual e identidad de género, por ejemplo, los debates en centros de trabajo, barrios, redes sociales, calles, iglesias… serán fundamentales, quizá decisivos también ante las confusiones de nuestros parlamentarios y nuestra gente sobre categorías como sexo y género, sobre el tema de adopción para personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queers (LGBTIQ) y solas; así como el popularmente llamado “peligro” por el que pueden condenarte como pre-delincuente, por solo citar algunos atolladeros.
No soy una voz experta, solo un intento de autoalbafetizada legal para defender a los míos y a mí misma. Pero lo que leo no me gusta entero. Siento desamparo cuando nos remiten a las leyes existentes, como los apartados constitucionales que aluden a libertad de expresión, libertad de prensa o libertad artística… También cuándo no queda claro cuáles son esos principios socialistas a los que nos sujetan y quiénes interpretarán su cumplimiento.
Nuestra Asamblea Nacional votó –otra vez por unanimidad– el anteproyecto de Constitución. Nosotros también tendremos que votar sí o no al proyecto total. Ojalá no sin antes haber hecho la tarea de informarnos, de participar, para legar a nuestros hijos un país amable, un país donde sobrevivir deje de ser el verbo para mi criatura, para mí y para todos ustedes.
Mi consejo trata de largarte así sea para Alaska y saca a tu bebé de ese desastre de sociedad que es Cuba,porque el futuro de el será un fracaso,Cuba ni con cien mil cambios constitucionales va a mejorar,estamos perdidos,pobre pueblo.
Bien!
Lázaro, no creas que no lo he pensado a mis 42 y en mi embarazo… Pero no quiero. No ahora. No porque lo decidan otros, en masculino. Te mantengo al tanto y te agradezco por pensarnos felices.
Robert, seguimos…
Marta la cosa no pinta bien. “Reformas” constitucionales rectoriadas por Raúl jajaja (increibles que quepan tantos disparates juntos en tan pocas palabras) en una Constitución que tiene mas parches que Frankenstein, ese “bicho” no se puede arreglar, hay que parir una nueva. Un nuevo presidente (“the chosen one” a dedo y unánime jajaja) que se declaró censurador y mano dura (para agradar a los generales) en vísperas de la coronación. Lo del matrimonio igualitario, esta super y me alegro infinitamente, pero me sabe demasiado a válvula de descompresión en la ya vieja filosofía de la torre sitiada. Suerte y ojalá se unan mas voces como la tuya. Saludos
Yo creo que no existe el “periodismo independiente”. El que paga, manda, y todos los medios tienen su agenda.
Que buen texto Marta! Aprovecho este comentario público para felicitarte y agradecerte por tu pronunciamiento, también para promover la recogida de firmas que estamos haciendo un grupo de artistas cubanos en Avaaz bajo el título “Artistas Cuban@s contra el Decreto 349”.
Juntos Podemos…
Ya con el Proyecto de Constitución a mi alcance, sustraído de los claroscuros de la intervención dada por el moderador elegido para el debate de dicho instrumento ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, luego, a mi modo de ver las cosas el artículo 5) del proyecto, en cuestión, debe ser el centro del debate durante la Consulta Popular,- desde el 13 de agosto hasta el 15 de noviembre de 2018 -, más allá de lo que dicta “el partido único”.
Dicho artículo pone de relieve la naturaleza totalitaria del régimen político establecido en Cuba por conducto del unipartidismo, esto es, el Partido Comunista de Cuba en condición de supra-poder y “partido único,” fundido con el Estado y la sociedad civil, a través de núcleos, sin permitir la formación de otros partidos políticos, situando su ideología a través de la letra de la Constitución como una ideología de Estado en clara y manifiesta coartación a los poderes públicos y a las Libertades Fundamentales del ser humano, en particular el derecho que le asiste a las ciudadanas y ciudadanos de asociarse para formar partidos políticos como instituciones fundamentales de la Democracia.
Recordemos que las Libertades Fundamentales del ser humano son derechos universales no son concesiones del Estado; eso, prácticamente, nadie lo pone en duda. En consecuencia, no tengo objeción en cuanto a que el Partido Comunista de Cuba sea un actor en el escenario político de nuestra nación, más NO que sea “el partido único.”
Mi propuesta concreta en relación al artículo 5), y por extensión el artículo 6), del Proyecto de Constitución es suprimir su redacción. En su lugar debería quedar plasmado en la nueva Constitución de la República una redacción similar a la siguiente, que propongo:
“El Estado garantiza, a través de la ley, a las ciudadanas y ciudadanos el derecho a formar partidos políticos, cuyos programas políticos, actividades y objetivos no menoscaben la soberanía nacional y los derechos fundamentales reconocidos en esta Constitución.”
Lógrese eso y será un paso firme hacia la Democracia en Cuba y el verdadero empoderamiento de las ciudadanas y ciudadanos sobre la base del pleno ejercicio de las Libertades Fundamentales del ser humano. Obviamente, después de darse ese trascendental paso pues habrá que dictar la correspondiente ley orgánica de partidos políticos como suele suceder en Democracia,- otra cosa es que se perpetren actos que atenten contra esta y sus instituciones -.
Una sugerencia para la lectora y el lector avezado, léase, de ser posible, el mayor número de Constituciones vigentes posible, que serían alrededor de doscientas en proporción al número de naciones, que forman parte de la Organización de Naciones Unidas, ONU, y véase en cuantas de ellas se hace mención a un partido político en particular. Prácticamente son las naciones que adoptan el régimen político del unipartidismo las que enquistan en sus constituciones la mención al “partido único”, éstas no llegan a ser ni siquiera diez. Por cierto, Cuba es la única nación del continente americano que adopta dicho régimen político.
Dicho lo anterior, nótese el cambio cualitativo,- por solo citar un referente -, dado en la actual Constitución de la Federación Rusa, una vez que como parte de la ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, se separó del régimen político del unipartidismo para adoptar el sistema político del pluripartidismo, éste más a tono con el respeto a las Libertades Fundamentales del ser humano. En su artículo 13) se lee lo siguiente:
Artículo 13.1. La diversidad ideológica será reconocida en la Federación Rusa.
2. Ninguna ideología será proclamada como ideología de Estado u obligatoria.
3. La diversidad política y el sistema multipartidista serán reconocidos en la Federación Rusa.
4. Las asociaciones públicas serán iguales ante la ley.
5. El establecimiento y actividades de las asociaciones públicas cuyos objetivos estén dirigidos a cambiar por la fuerza de las bases del orden constitucional, violar la integridad de la Federación Rusa, socavar su seguridad, crear unidades armadas e instigar a la lucha social, racial, nacional y religiosa serán prohibidas.
(La traducción del Inglés hacia el Español es de un servidor).
Sin querer abusar del espacio si dejo el siguiente dilema. El Glosario del Proyecto de Constitución,- habilitado al final de éste -, deja claro en el concepto de “Consulta Popular”, que esta no tiene efectos vinculantes. Más, la intervención televisada del Director de la DACRE del MINREX refiere que tanto las ciudadanas y ciudadanos cubanos en territorio nacional como los radicados en el extranjero contaran con una planilla para exponer sus opiniones, que incluyen sus propuestas de modificación. (Véase este link:http://www.vanguardia.cu/de-cuba/11943-cubanos-residentes-en-el-exterior-participaran-en-debate-del-proyecto-de-constitucion-infografia )
Los invito a reflexionar en relación al artículo 5), y por extensión el 6), del Proyecto de Constitución, al tiempo de invitarlos a visitar mi perfil en Linkedin donde dejaré mi opinión e intención de voto respecto al Proyecto de Constitución en caso de mantenerse la letra de dichos artículos.
Muchas gracias por la atención.
Mira esa ciudad de La Habana,da asco,que oscuridad,que falta de mantenimiento y pintura.
Babujal, sigo tu análisis sintético, exquisito… Estoy preocupada y ocupada. El matrimonio igualitario, una de las luchas más constantes del intento de comunidad LGBTIQ, puede pasar a la historia cubana a partir del lema “del lobo, un pelo”, que parece liderar este año cubano, aunque yo no pueda acatarlo muy bien, aunque en esta isla no haya lobos.
Los medios pueden no ser independientes, lxs seres humanxs sí. No he escrito solo por dineros y, como muchos colegas, he renunciado a pagos vitales solo porque la agenda de esos medios no respeta mi ideología o a mis fuentes, Karel. La vida y las personas no somos en blanco y negro.
Yanelis, ya firmé… Andamos cocinando otras acciones. Segura de que Juntos podemos… Abrazos
Sergio Osmin, muchas gracias por el aporte, por el análisis. Voy a seguirlo en LinkedIn!!! Seguimos
Lázaro, podemos hacer que esté mejor. La Habana también es nuestra, aunque duela.