Halloween, noche de hogueras
y de casas encantadas,
de personas disfrazadas,
cuchillos y calaveras.
Tradiciones extranjeras,
escenas llenas de horror.
Tiempo sobrecogedor
con horripilantes trajes
remedando personajes
de los filmes de terror.
Cuba está cambiando tanto
y tan rápido –qué fuerte–
que incluso ahora aquí la Muerte
provoca risa y no llanto.
Ni el sacro-respeto al Santo
de nuestro Panteón Yoruba,
ni esta religión que incuba
devoción en isla toda
ha impedido que la moda
de Halloween llegue a Cuba.
Tradiciones tan lejanas
nos crean cierto desvelo.
¿Manzanas de caramelo?
¿Y dónde están las manzanas?
Hace solo dos semanas,
por ejemplo, un primo mío
vino de Pinar del Río
con disfraz cubanizado:
“Mango caramelizado”
y “Tarta de Durofrío”.
Sabemos que en otros lados
este día está, señores,
asociado a los colores
naranja, negro y morado.
Pero aquí todo ha cambiado.
El “naranja” es Villa Clara,
“Negro” es Santiago y –se aclara–
que “morado” es moretón,
herida, golpe, lesión,
en el cuerpo o en la cara.
En Halloween son capaces
los niños de ir, todo el rato,
repitiendo “truco o trato”
o intercambiando disfraces.
Pero aquí, en Cuba: -¿Qué haces?
-grita una madre -¿Estás loca?
¿abriéndole ojos y boca
a la única calabaza
que tenemos en la casa?
¡La comida no se toca!
Van los niños disfrazados
pidiendo de puerta en puerta.
Trick or treat, con la voz muerta,
“truco o trato”, emocionados.
Los adultos avisados
dan dulces o dan dinero.
¿Y en Cuba? Seré sincero:
en Cuba esta tradición
se queda en simple intención.
-¿Qué quiere usted, compañero?
Dicen que al vecino alerta
que se niega, o no se suma,
le arrojan huevos o espuma
de afeitar contra la puerta.
¿Y aquí? -¡Muchacho, despierta!
¡Como me gastes un huevo
en Halloween, me remuevo,
busco a una bruja genuina
y te convierto en gallina
hasta que pongas de nuevo!
El cubano no creyente
también protesta: ¡qué día!
¿Es que con la santería
no tenemos suficiente?
Brujería incontinente.
Hechizos nuevos se ven.
Pero las brujas también
protestan, no admiten cobas,
diciendo que sus escobas
tienen todas comején.
Este año se han disfrazado
muchos jóvenes, felices,
imitando los matices
que Hollywood ha exportado.
En las calles de El Vedado
me contó mi amigo Oscar
que Drácula entró en un “Bar
de Sangre” y pidió, muy altivo,
“Dos de Cero Positivo,
que tengo que manejar”.
Y un policía –qué fiasco–
multó a una bruja –qué boba–
porque viajaba en la escoba
pero no llevaba casco.
Y en un email Juan Carrasco
me contó desde su casa
que un informático en Plaza
le abrió –dice, “por error”–
huecos a su ordenador
creyéndolo calabaza.
La gente está preocupada,
porque ha visto, autorizados,
fantasmas más desgastados
que sábanas de posada.
Hay gente que no cree en nada
–antes, nadie aquí creía–
y aunque en nuestra geografía
ya todas las cosas valen
ciertos fantasmas ni salen:
“no se lo creen todavía”.
Una bruja de El Vedado
denunció –tremenda trova–
que “la llave de su escoba
alguien se la había robado”.
¿Y quién no va disfrazado?
Todo es tan confuso ahora
que en La Lisa una señora
se confundió –¡vaya cuero!–
y a un fantasma verdadero
lo metió en la lavadora.
Incluso, un niño ultrasano
(con razonamientos lógicos)
pidió dulces ecológicos
y chocolate vegano.
Chambelonas (en cubano)
sin azúcares ingentes,
cero gluten de ingredientes
y pasteles sin lactosa,
porque todas estas cosas
explicó, “pican los dientes”.
Y aún sigue la policía
indagando qué pasó,
por qué una bruja chocó
contra el Focsa el otro día.
Cayó en medio de la vía,
(escoba con sidecar).
Y acaban de desvelar
lo que se estaba indagando:
chocó por estar mandando
fotos con el celular.
En fin, ahora que La Habana
y Washington “se acercaron”
también las brujas volaron
sin JetBlue Arlines, ni Cubana.
Batman bailó con la Juana
al ritmo del reguetón.
Drácula en el malecón
bebió sangre con mojito
y el Diablo voló bajito
aprendiendo a bailar son.
Fiesta de todos los Santos
y también de los difuntos,
en Cuba hay otros asuntos,
pero disfraces no hay tantos.
Tenemos rituales, cantos,
bailes de estirpe ancestral.
No es que esta fiesta esté mal
es que hay que dar mucha vuelta
para traer algo celta
al jolgorio nacional.
La ingerencia mediática esta acabando con nosotros, y en especial con los jovenes, aunque los no tan jovenes la han acogido como suya. Esta celebración creo llegó para quedarse y lo mas triste, muchos de quienes la promueven aca, desconoce su verdadero significado, ajajjaj
Genial, Alexis, como siempre!
Excelentes décimas que refrescan nuestro humor criollo,en este caso trata un tema tradicional ,que rebasa fronteras…adaptado a las condiciones específicas de Cuba ,y que a pesar de la crisis que se extiende ya durante muchos años ,