Play para escuchar las décimas en voz de su autor Alexis Díaz-Pimienta:
A Rita Segato
Me declaro un exhumano.
No quiero pertenecer
a esta especie que hasta ayer
tiñó de sangre el verano.
Me declaro un exhumano.
No puedo más. Ya no soy.
No puedo más. Ya no estoy.
Despierto. Enciendo la tele.
La pantalla a sangre huele.
Soy otro a partir de hoy.
Me declaro, oficialmente,
exhomosapiens pensante.
Me declaro, en lo adelante,
un humano disidente.
Me declaro excompetente,
expoeta, exescribano
y exrepentista cubano.
Mientras en mi especie exista
el genocidio a la vista
me declaro un exhumano.
Mientras haya hombres capaces
de bombardear sin pensar
y que para repostar
otros les presten sus bases.
Mientras con vacías frases
se justifique lo insano;
mientras la víctima en vano
intente escapar en trombas
del asedio de las bombas,
me declaro un exhumano.
Mientras la palabra guerra
viva y se materialice;
mientras siga y se eternice
el odio sobre la tierra.
Mientras sienta que no aterra
el estilo neroniano
del sátrapa, del tirano
que desde el Despacho Oval
se ha hecho Embajador del Mal:
me declaro un exhumano.
Mientras haya sangre en Gaza
y niños comiendo arena
y pese a la tanta pena
la empatía sea escasa.
Mientras sigamos en masa
bebiendo, tocando el piano,
gozando, dando la mano
y siguiendo el noticiero
como un reality grosero,
me declaro un exhumano.
Por todas estas razones
y porque no puedo más
y porque miro hacia atrás
y no encuentro soluciones;
porque siguen los aviones
ensuciándome el verano,
yo, medio estoico y martiano,
padre, abuelo, esposo, amigo,
por coherencia conmigo,
me declaro un exhumano.
Mientras no piense en los otros
todo el que bien come y duerme;
mientras que no nos enferme
si no nos pasa a nosotros.
Mientras ensille sus potros
Atila en nudo gordiano.
Mientras un solo inhumano
de ser humano se precie
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Mientras se gasten millones
de euros en armamentos
y escaseen alimentos,
pero proliferen drones.
Mientras las deflagraciones
normalicen lo malsano.
Mientras se odie al ciudadano
y la vida se desprecie
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Mientras siga el genocidio
de los niños gazatíes.
Y él llora pero tú ríes
y el placer como subsidio.
Mientras cualquier homicidio
no duela, porque es lejano.
Mientras un rico tirano
su ataque al débil arrecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Mientras la Franja de Gaza
siga estando como está
y tú, desde tu sofá,
no sientas una amenaza.
Mientras haya Ley Mordaza
psicológica, paisano;
mientras la bomba en la mano
active y se justiprecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Me declaro obsolescente
(programado y declarado).
Un cerebro sin pasado,
un futuro sin presente.
Me declaro, oficialmente,
tan frágil como el murano.
Mientras se aprecie el “yo gano”
pero el amor no se aprecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Yo, exhumano y penitente.
sin tanto antropocentrismo,
sin ego, autoritarismo
ni falocrático ambiente,
me declaro, oficialmente,
ex de mi ex, non in lontano.
Mientras valga el oro en mano
y la paz se menosprecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Acepto mi exhumanismo
y no me siento tan mal.
Al contrario, es lo normal.
Me adhiero al protomorfismo.
Soy roca, peñón, abismo,
fósil geológico sano.
Mientras por negocio insano
la guerra no se deprecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Cero ego. Especie cero.
Post-individualidad.
Renuncio a la sociedad.
“Inmanencia pura” quiero.
Renuncio al ego, ergo muero.
Ontológico secano.
Mientras seamos, hermano,
subespecie o infraespecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Vuelvo a la mitología.
Soy fauno, sátiro, esfinge.
Soy un centauro que finge
o una sirena baldía.
Y adiós a la poesía,
a la voz, al yo mundano.
Mientras mi mundo cercano
con dinero se anestesie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Muero jurídicamente.
Muerto civil voluntario.
Pido asilo necesario
en un no-yo consecuente.
Contenido y continente
se han fundido de antemano.
Mientras dejemos, de plano,
que alguien necio nos ennecie,
no pertenezco a esta especie:
me declaro un exhumano.
Puedo ser un vegetal.
Zoonomía identitaria.
Exhumanidad primaria.
Veganismo existencial.
Vida silvestre (¡total!:
con fotosíntesis gano).
Mientras siga lo villano
clonando cada neurona,
me declaro una expersona.
Me declaro un exhumano.
No hablo por nadie. Soy yo.
Hablo y escribo en mi nombre.
Ni ser humano ni hombre
ni homo sapiens-sapiens. No.
Llegué hasta aquí. Se acabó.
A mi círculo cercano
solo digo de antemano
que espero que se den cuenta.
Yo, Alexis Díaz-Pimienta
me declaro un exhumano.