Donald Trump mañana viernes
hará una “Tribuna Abierta”
en Miami para hablar
de Cuba y sus “buenas nuevas”.
Según varios portavoces
de la Casa Blanca en esta
ocasión la Cosa Trump
cumplirá con la promesa
de revertir lo que Obama
empezó con mano izquierda.
La Cosa Trump lleva meses
anunciando estas “medidas”,
“el reajuste del ajuste”,
el cerco duro a la isla,
porque él sí sabe qué es bueno,
porque él sabe de política,
porque él quiere lo mejor
para la ínsula vecina,
porque Obama “era un agente”
(le dijeron en Florida).
Lo que no sabe la gente
que irá mañana a la cita,
al mitin de Donald Trump,
a su tribuna política,
es que ese Trump orador
será un doble –efecto CIA–
porque el verdadero Trump
está “infiltrado” en la isla.
Según Wikileaks revela
el Dios de la Casa Blanca
burlando al FBI,
a la CIA y a malanga,
burlando al G-2 cubano
y al Comité de su cuadra,
se disfrazó de cubiche
y se montó en una balsa
para entender desde dentro
lo que sucede en La Habana.
Según los espías rusos,
el Donald Trump verdadero
ahora anda pelado al rape,
con un jean, pulóver negro,
gorrita de industralista
y unos popis Tostenemos,
conduciendo un almendrón
entre el Vedado y Boyeros,
caminando con aguaje
de aserecó buscapleitos.
Dicen fuentes muy cercanas
al Donald Trump verdadero
que el tipo bebe guarapo
como un adicto, un poseso,
y se pasa todo el día
en la cola de los huevos.
Que va de Ditú en Ditú
comprándose Bucaneros
para luego revenderlas
dizque en el mercado negro.
Dizque lleva varios meses
de incógnito por La Habana.
Que tiene un apartamento
en San Lázaro e Infanta.
Un cuarto con barbacoa,
puntal alto, portal, placa,
sala-comedor, un baño,
tremendo gao, una ganga
(le llaman “la Casa Negra”
por el humo en la fachada).
Y que el Trump pelado al rape,
el Trump-Bond (tremenda fiera)
no extraña la Casa Blanca
estando en la Casa Negra.
Ni extraña la Tower Trump
ni a Melania –qué se piensa.
Se pasa el día jugando
dominó con los de Regla,
o intentando conseguir
incluso una jinetera.
Lleva unos meses así.
Bebe ron, fuma tabaco
(del que dan en la bodega),
come pollo por pescado,
baila reguetón y salsa,
busca yumas pa’ su carro,
intenta ligar (y liga),
compra y vende con descaro
y hasta habla mal del gobierno
(“si encuentro un yuma, me largo”).
Pero, pobrecito Donald.
Ahí es donde se complica.
Lleva días intentando
que le entreguen una Visa.
Claro, no puede decir
que es Donald Trump, el espía,
que se disfrazó de asere,
que era un truco de política,
que… “mire usted, compañero,
debo abandonar la isla”.
Ha escrito a la Casa Blanca.
Contactó una cigarreta.
Le mandó un whatsapp a Putin.
Le pidió a Ivanka que fuera.
Mandó un email a la Merkel.
Pidió cita con la Jefa
de Despacho del Ministro
de Balseros y Balseras,
pero el internet… ¡qué lento!
los mensajes ni les llegan.
Así que llegado el viernes
del mitin en la Florida
Trump sigue de almendronero
bailando y bebiendo chispa…
Llamando y mandando faxes
a la FBI y la CIA,
pero es un asere más,
otro cubiche con ínfulas,
así que sigue atrapado
en las calles de la isla.
¿Y entonces? Pues los expertos
en los Asuntos del Norte
tuvieron que contratar
para ir a Miami a un doble.
Y ese es el que irá mañana
a dar un discurso enorme
sobre las nuevas medidas
para que Cuba mejore.
(Y dicen que es un jabao
pintado de blanco, el pobre).
En fin, que Trump está listo
y pronto, el viernes, mañana,
montará en el Air Force One
dejará la Casa Blanca
y aterrizará en Florida
mirando para La Habana.
Lleva días ensayando
el “qué volá, estoy en talla”
pa’ mejorar el acento
con el que lo dijo Obama.
Un Trump jabao pintado
de rubio hablará en Florida.
Un Trump vestido de asere
anda por Prado y por Línea.
Un Trump de corbata roja.
Un Trump de “mami, qué rica”.
Un Trump peinado a lo Trump.
Un Trump a la malanguita.
Tribuna abierta en Miami.
Discoteca en La Marina.
Según fuentes oficiales
para esta Tribuna Abierta
en la ciudad de Miami
han puesto guaguas directas
que salen de Nueva York,
Whashington, Nevada, Texas,
y en las Wallmarts están dando
gratuitamente banderas,
gorritas de Trump, pulóveres,
y no hay que ir ni a la escuela.
Según fuentes no oficiales
también hay balsas y botes
directos para Florida
desde Santa Cruz del Norte.
Hay tremenda expectativa.
Un show en prime time, señores.
Hay charters, lanchas, cruceros,
cámaras de mil naciones.
Nadie quisiera perdérselo.
Nadie sabe que es un doble.
Todos están preocupados.
Los dueños de paladares,
los que viven del turismo,
y los que viven del aire,
los empresarios agrícolas,
las empresas estatales,
los que no quisieran cambios,
los que sueñan que algo cambie
todos… menos Donald Trump,
pendiente del maquillaje.
Ya empiezan las reacciones.
Que si Trump nos va trumpear.
Que si hará un discurso duro.
Que si Donald… blablablá.
Que si abajo el comunismo.
Que si por la libertad.
Que si lo pobres cubanos.
Que si Lincoln. Que si Marx.
Que no se leyó siquiera
ni el alegato final.
¿Cuál? El de sus asesores.
¿Para qué? Para que sepa.
¿Qué tiene que saber? Todo.
¿Para qué? Para que entienda…
¿Entender qué…? Lo que pasa…
¿Qué pasa…? Que no se entera…
¿Pero entender qué? El conflicto.
¿Qué conflicto? ¡Manda mierda!
¿Dónde está Cuba, señor?
“¿Cu-what? ¡En Oriente media!”
No, señor, eso es Kuwait.
¿Cuba no es la de Martí?
Sí señor, y de Lecuona.
Ah, Sierra Lecuona, sí.
No señor, eso está en África.
¿Cuba es África? ¿Yes? ¡Shit!
No, señor, Cuba, aquí al lado.
¡Alá-do! ¡Terror! ¡Help-me!
¡Cuba ser nombre inventado
por Asange y Wikileaks!
Señor Presidente… Diga.
Lo llaman de Cuba. Quién.
Dice que es usted, señor.
¿Yo mismo? ¿De Cuba? Yes.
Dile que estoy ocupado.
Dice que Donald es él.
Si él es Donald, que me diga
dónde está el otro tupé
porque este lo tengo sucio.
Colgó, señor. Fucked hair!
Tengo que dar un discurso
(piensa Trump mientras se peina).
Un discurso convincente
(medita, cavila, piensa).
Complacer a los votantes
(se pone serio, bizquea).
“Qué volá” (dice en voz baja).
“Estoy en talla” (comprueba).
“¡Qué guapo soy!” (y sonríe).
¡Guajirrrraaaa guantanamerrra!
Mientras tanto, el otro Donald,
el Trump espía en La Habana
comenta con un vecino
de San Lázaro e Infanta
que tiene el televisor
estropeado y le hace falta
–si hay que pagarte, no problem-–
que lo deje ir a su casa
pa’ ver la Mesa Redonda
sobre Donald Trump mañana.