Como el año pasado, como el antepasado, he vuelto a decidir ausentarme de la Feria del Libro. Fui su devoto visitante desde los noventas (yo era uno de esos especímenes que llegaban primeros y se largaban últimos), pero siento que ya no me atrae lo mismo. Esto es, la Feria -que no el libro- se me ha hecho prescindible.
Las posibles razones son bastantes, y cada una tiene su cuota de razón. Puede que ya no esté para viajar desde Mulgoba a La Cabaña, y allí dentro caminar sin brújula ni tregua un par de horas. Quizás sea el temor a que el bolsillo no soporte la exigencia. Tal vez la causa sea la decepción sufrida por la oferta de recientes ediciones.
“Cualquier tiempo pasado fue mejor”, me recuerda Manrique a cada rato. Antes la gente iba, mayoritariamente, en plan polilla. Ahora, si uno se fija bien, encontrará un alto por ciento de personas aferradas a sus móviles, haciendo cola para comprar refrescos y minucias, conversando sobre telenovelas, viajes y otras hierbas. Hay demasiado personaje esnob por esos lares.
Así que yo me quedo con el antes. O sea, con la época en que iba junto a mis camaradas de la universidad y le robábamos un libro (y dos y tres) a cualquier vendedor que se atreviera a estimular las papilas gustativas de nuestra hambre de cultura. Por entonces, ya lo escribí una vez, fuimos el peor azote de las librerías estatales y “de viejos”.
Lo recuerdo como si fuera ahora: en las Ferias me aficioné a la Colección Visor de Poesía. Desde el primer momento quedé seducido por sus portadas negras y minimalistas, el diseño interior primoroso y unas finas, inmejorables traducciones. Visor era, de largo, el foco de mis afanes de ladrón intelectual. Inclusive por encima de Altazor y Monte Ávila Editores.
Ya no creo que puedan encausarme, de manera que puedo confesar la cosecha que, de una sola vez, me traje a casa gracias a mis artes para acomodar ejemplares en la cintura de los pantalones, debidamente ocultos bajo algún abrigo grande.
Ese día fui solo, desconozco por qué a estas alturas. Lo que sé es que Visor salió a viajar conmigo: Las Flores del Mal, de Baudelaire; Matrimonio del Cielo y el Infierno, de Blake; Cancionero Moderno de Obras Alegres; Antologías Poéticas de Seferis, Mallarmé y Gelman; Anábasis, de Saint-John Perse… Todo eso –y sospecho que algo más- pasó a mi propiedad sin que mediara gasto alguno, como no fuera una gozable descarga adrenalínica.
(Dicho sea de paso, el robo de marras me confirmó que Blake y Mallarmé eran tipos diferentes; Baudelaire se me reveló como el non plus… de los poetas galos, por encima del fenómeno Rimbaud; Seferis no consiguió inmutarme; y Gelman… bueno, con Gelman concluí en que había escrito un solo poema, aquel que terminaba con “mi Dios qué bellos éramos / silbando finalmente”. En cuanto a Perse, todavía no comprendo que tenga el Premio Nobel que le fue esquivo a Borges, Joyce, Updike o Nabokov).
Alguien dijo una vez, y le atribuyó a Martí la frase, que robar libros no es robar. Lo cual entronca con la vieja afirmación de Bertolt Brecht: “Atracar un banco es menos delito que fundarlo”, y remite a la idea romántica de que llevarse una novela, un poemario, es un impulso más espiritual que delictivo. Puede que sea así. Puede que no. Lo seguro es que este, entre todos los vicios del mundo, es el más provechoso.
Cuentan que un tal Stephen Blumberg fue apresado hacia 1990 tras hurtar 23 600 libros. Y que un tal Duncan Jevons guardaba en su sótano más de 52 mil ejemplares sustraídos por espacio de tres décadas. La bibliocleptomanía, definida como “forma deportiva de la literatura” por cierto narrador argentino, es una de las tantas formas de alcanzar la verdad por la puerta del fuego, enmarcada en un ámbito en que el riesgo es afrontado por puro amor al arte.
Pensándolo mejor, tal vez me dé una vuelta por la Feria…
Wow, Michel. Y yo que tenía tanto cargo de conciencia por robarme dos o tres libros de la librería de mi ciudad.
Bienvenida sea tu confesión, me alivia un tanto.
Me robé “Fall of Giants” de Ken Follet, un ejemplar en paperback en estado aceptable, pero que lo vendían carísimo, un ultraje. Luego casualmente fue “The Book of Los”, de Blake. Del tercero no me acuerdo, pero sí recuerdo la adrenalina.
estas que siempre escribes lo mismo, ya me aburre. este articulo es igualito al del cine. el que explica por qé ya no vas al cine y prefieres quedarte en casa viendo una pelic. aburrido y pesimista, como todos! ah!!! y nunca puede faltar un derroche egocéntrico y snobista de eneumerar todos los clásicos que has leído o visto jejej. voy a aplicar la misma lógica que utilzas “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, asi que me quedo con tus artículos de antes y no te leo más porque estoy dejando de simpatizar contigo. un abrazo
Buen artículo Miche, pero robar es robar, apropiarte de algo que no es tuyo, probres viejitos vendedores de libros contando sus quilos en la noche en lo que tu sonreías deleitándote con una bocanada de literatura de la buena, es cruel eso, verdad?
Antes de darte un vuelta por la Feria deberías comentar sobre el caso mediático deportivo de los últimos días, pero ya eres lobo viejo, y estás esperando el momento exacto, has sido cauto y observador, quizás escribas algo después que llegues cargado de libros robados de la Feria.
This is only a little spark!!! A trabajar!!!!
Saludos desdel algun lugar del mundo
La Feria cada vez está peor y Michel también. Sus artículos (en lote) podrían describirse como: 1. Voy contra la corriente porque OnCuba me lo paga; 2. Muchas citas, referencias, alusiones intelectualoides que obligan a leer con la Wikipedia al lado, porque no todos somos tan cultos como él (aquí iría un emoji irónico).
Por cierto, robar es robar y está mal. No admite grises ni medios tonos.
Saludos
Muchos cubanos dicen que robar libros no es robar, porque Martí lo dijo, que era por una buena razón. Así que hasta santificado por el Apostol lo hacen. Yo me leí un saco de libros en la adolescencia, pero comprados bien baratos a menos de 3 pesos en la librería municipal. Creo que al final si roban, pasada la decisión moral, es porque no alcanza el dinero para todos los que se quieren tener. Cuba tiene los libros más baratos del mundo pero igual, si la cuenta no da.
Y si, los artículos de oncubamagazine, como diría un venezolano, se van volviendo pura paja.
Michel,si quisiste hacer un test de la inteligencia de los que leen tus articulos,lo lograste,SON INTELIGENTES, que no siginifica que necesariamente sean supercultos, saben cuando un articulo tiene calidad en el mensaje que se quiere trasmitir, robo es robo, en cualquier parte del mundo,aun cuando las circunstancias,¨lo justifiquen¨, dice un refran ¨ Es mejor ser alumno de una materia, que profesor de todas¨, asi que los articulos, comparando quien fue mejor? o este tipo de articulos,mi hermano, te quita raiting, se te conoce por ser critico, diciendo la verdad, siempre que no te hundas,amen de tener riesgos, creo que esa es una de tus cualidades que te difencian de otros periodistas, pero no te acomedes, porque pierdes la esencia de tus mensajes, mi consejo sano, no te desvies de tu linea, aunque sea un poco riesgosa en cuba, pero por eso, vas a trascender, por la rebeldia
Ataja!!! …, Ladrón! …, Culto pero ladrón!…, Jajajaja!, …
bueno, ahora en serio. Socio debes dejar las malas mañas. Eso que le atacharon a Martí sobre robar libros, es un proceder incorrecto en Cuba y en la conchinchina! Quiero pensar positivo y que no se me ocurra que Martí realmente escribió eso, porque sino hay que quitarle el título de Héroe Nacional, Jajajaja!
me gusta el articulo, de las pocas veces que Oncuba publica algo decente, y digo me gusta porque concuerdo con que la Feria del Libro se ha convertido en un insulto a los lectores, la ultima vez que estuve (año 2014) casi me atraca el bolso una niña de apenas 8 o 9 años de muy mal aspecto, que entre tanta gente que caminabamos iba detras mio tratando de quitarme la cartera, experiencia que me fue mas que desagradable, no se quien organiza el evento pero sinceramente lo hacen de la peor manera en los ultimos años, agregando a esto que ya vienen pocas editoriales decentes.
michel vuelve a cubadebate, se te extrana por alla
Si, que vuelva a cubadebate, pero no pa contar estas chorradas de trasnochao. Cada vez estas peor, con cubadebate no me extraña pero OnCuba paga por esto?