Hay lugares que rehúyen las clasificaciones a distancia, que invitan a descubrir su exquisitez desde la experiencia personal. En ellos se alientan las percepciones únicas, se satisfacen los gustos más rigurosos. En La Habana está Paseo 206 Boutique Hotel.
En una de las avenidas principales de la ciudad, en un entorno que armoniza los ritmos de la modernidad con la belleza de la arquitectura, el hotel ofrece a sus clientes una atención personalizada. La apacible comodidad de una casa con el esplendor de una instalación de lujo.
“La palabra estándar no existe para nosotros”, enfatiza Andrea Gallina, propietario de Paseo 206 Boutique Hotel junto a su esposa, Diana Saínz. Andrea es italiano y Diana, cubana, lo que brinda al lugar un sello propio, nacido de la combinación de ambas culturas. “Un cálido abrazo entre Cuba e Italia”, gustan llamarlo sus dueños.
La bienvenida a este cuidado maridaje es Ecléctico. Nombrado como el estilo arquitectónico de la edificación que comparte con el hotel, este ristorante italiano lleva a la mesa un concepto culinario sin paralelo en toda Cuba. Exclusividad, esmero e inspiración son valores que lo distinguen.
Más que el término gourmet, Andrea prefiere el de cocina creativa. Y lleva toda la razón. Desde la elaboración del menú hasta la presentación y el sabor de los platos, colman la imaginación y el paladar más exigente.
Pastas elaboradas en el propio restaurante dan vida a recetas italianas presentadas con originalidad. Fettuccine con camarones y pesto casero de albahaca, spaghetti alla pescatora con tomate y mariscos frescos, y raviolis de calabaza con fondue parmensana y aceite de trufa, son algunas de las maravillas que pueden apreciarse en Ecléctico.
Los platos principales ofrecen también a los comensales una degustación asombrosa. Entre ellos se incluyen delicadezas como el carpaccio de mero marinado en remolacha, el tataki de marlin con salsa tzatziki, y el pollo saltimbocca alla romana.
Postres como el helado casero, hecho con el célebre chocolate de Baracoa, y el tiramisú servido con café expreso, dan el cierre perfecto a la comida.
No faltan en la carta los aperitivos y las ensaladas; tampoco las mejores bebidas que pueden degustarse en la Isla. Vinos europeos de alta calidad, champagne, whisky, licores, el cubanísimo ron añejo de marcas mundialmente famosas como Havana Club y Santiago de Cuba, así como conocidos cocteles cubanos e internacionales, conforman una propuesta enriquecida cada día por una invención del bartender del restaurante.
El menú varía de acuerdo con la temporada y no escatima sorpresas. Las capturas de sus proveedores en alta mar se traducen inmediatamente en nuevas creaciones. Las frutas y verduras se obtienen directamente de las granjas y mercados orgánicos. Los productos locales son el soporte no solo de los platos cubanos, sino también de las recetas italianas e internacionales. El lema del ristorante es “del campo a la mesa”.
El artífice de Ecléctico es Vincenzo Frassanito, chef italiano con experiencia en restaurantes con estrellas Michelin. En su ingenio y experiencia descansa la singularidad de los platos y menús. También la superación de los chefs cubanos que materializan día tras día las ofertas culinarias de un lugar reservado y confortable, ideal para cenas familiares y de negocios, y para compartir un momento especial con la pareja o los amigos.
El excepcional lujo de un pequeño hotel
Ecléctico es un servicio complementario de Paseo 206 Boutique Hotel. Ocupa la entrada de la edificación y está abierto tanto para los huéspedes como para otros visitantes. Pero tras el restaurante se abre otro universo de encantamiento.
“Nuestra intención es brindar a los clientes la experiencia de alojarse en una lujosa mansión habanera de las décadas del treinta y el cuarenta”, explica Andrea Gallina. Para lograrlo, él y su esposa realizaron una minuciosa restauración a la propiedad que adquirieron para convertir en hotel. Ello le devolvió el espíritu y la elegancia a esta antigua residencia de El Vedado.
Reprodujeron la paleta de colores claros de las casas de la época. Con techos, pisos, y otros elementos constructivos y de decoración, siguieron también las pautas originales. Estar en Paseo 206 Boutique Hotel es como viajar en el tiempo.
Pero no todo remite al pasado. Muebles de diseño italiano dan una nota más viva a los espacios. Lámparas e instalaciones sanitarias aportan otro toque de modernidad. Obras de artistas contemporáneos de la Isla, que pueden ser adquiridas por los visitantes, se exhiben en el hotel gracias al convenio con una galerista privada. Las plantas, en jardines e interiores, tienen también un valor importante en la ambientación.
Sin embargo, nada de ello contraviene el concepto estilístico. Los huéspedes tienen a su disposición, al mismo tiempo, instalaciones sobrias y lujosas, funcionales y acogedoras, complementadas con un menaje de excelencia.
El hotel posee ocho habitaciones: cuatro suites junior y cuatro máster. Las segundas son más amplias que las primeras, pero todas cuentan con un alto grado de confort. La habitación situada en el piso superior tiene, además, una espléndida vista que se extiende hasta el mar y el famoso paseo marítimo del Malecón.
Las salas y espacios comunes, con un ambiente de calidez e intimidad, resultan ideales para leer un libro, beber tranquilamente un trago de un espirituoso, o descansar unos minutos tras un recorrido por La Habana.
Orientado a un público de élite, el hotel boutique ofrece la oportunidad de reservar en su propio sitio web y a través de agencias y plataformas internacionales como Airbnb. Las reservas incluyen desayuno y son respaldadas por un trato profesional e individualizado.
Sus atributos le han merecido a Paseo 206 Boutique Hotel ser reconocido como el primer Small Luxury Hotel en Cuba. Tal certificación, conseguida luego de una severa evaluación, le fue conferida por Small Luxury Hotels of the World, marca que reúne a unos quinientos de los más lujosos pequeños hoteles y resorts de setenta países.
Andrea dice sentirse “honrado y contento por formar parte de esta eminente familia”. Integrarse a ella supone nuevas oportunidades pero también un gran compromiso, a solo un año de labor. No obstante, asegura, su empeño seguirá siendo el mismo: ofrecer un servicio exclusivo a quienes elijan hospedarse en su hotel o saborear las exquisiteces del restaurante. Paseo 206 Boutique Hotel tiene sus puertas abiertas desde La Habana.
Felicidades pero que no traten de caer en desgracia,porque pronto veremos una casa del combatiente o in hogar materno en sus instalaciones.
Es muy raro tanto lujo en un pAis con tanta necesidad. No sé cómo lo permiten las autoridades. Es una falta de respeto a los revolucionarios y a tanto sacrificio. Sitios así deberían cerrarlos y confiscarlos para bien del pueblo
A lo concreto: ¿ Cuántos meses tiene que trabajar, ya no un obrero cubano, sino un profesional de cualquier rama para poderse hospedar un fin de semana en este hotel? Lo demás es simplemente una burla grosera.