La Habana recibió esta mañana al crucero Adonia, en un histórico viaje que comenzó en el puerto de Miami desde la tarde de ayer.
El sonido que anunció la entrada a la Bahía de La Habana del crucero de Carnival Corporation fue acogido con gritos y vivas tanto a bordo como en el malecón habanero, donde decenas de personas lo recibieron. Otro grupo de cubanos esperaron más de dos horas reunidas frente a la terminal de cruceros para saludar a los viajeros una vez que desembarcaran.
Arnold W. Donald, presidente de la compañía Carnival, “agradeció a la administración de Barack Obama y al gobierno de Cuba por la oportunidad de reinaugurar la ruta marítima entre los puertos de Miami y La Habana y que llegará a la Terminal de Cruceros Sierra Maestra cada dos semanas”, según informó la Agencia Cubana de Noticias.
Los visitantes fueron recibidos por una conga cubana y debieron entrar al país en pequeños grupos, pues el turismo norteamericano no está permitido en Cuba a causa del embargo. La vía utilizada para “conocer la cultura cubana” es el concepto de programas People to people que permite a los ciudadanos de EE.UU. viajar a Cuba solo dentro de las 12 categorías autorizadas por el gobierno estadounidense. Nunca como turistas.
A pesar de estas restricciones, por primera vez en 50 años un barco trae pasajeros directamente desde Estados Unidos a Cuba, incluyendo cubanoamericanos. En el buque, con 700 capacidades, al menos una veintena de nacidos o descendientes de cubanos vinieron a bordo. Cuando pisaron La Habana, todo el mundo quería saber qué sentían, cuáles eran sus emociones al llegar por mar hasta la Isla.
“Después de cuarenta años esperando me decidí a venir a Cuba y conocer a mi prima, es mucha emoción”, dijo a OnCuba Nick Peña, quien miraba todo desde lejos, sin adentrarse en el grupo de gente.
Con él viajó María Eugenia, otra cubana que habló de su alegría también, de la decisión de venir ahora por primera vez a conocer la tierra donde nacieron sus padres y poder encontrarse con parientes que nunca ha visto en su vida.
La gente gritaba ¡Cuba! ¡Cuba!, mientras los visitantes regalaban banderas cubanas y estadounidenses.
Carmen, otra cubana nacida en la Isla, vive en los Estados Unidos desde los siete años. Esta vez regresó junto a su esposo, vestido de guayabera y con pines en la ropa con las banderas de ambos países. “Nunca pensé que iba a regresar, ahora siento diferentes cosas, ver a mi país… Mis padres ya fallecieron, pero sé que tengo el espíritu de ellos conmigo hoy”, dijo Carmen a OnCuba.
En marzo pasado el gobierno cubano aprobó los planes de la línea de cruceros más grande del mundo en relación con el destino Cuba, amparada por las más recientes medidas anunciadas por los departamentos del Tesoro y el Comercio de los Estados Unidos, y con el visto bueno de las autoridades cubanas de Havanatur.
Fathom, la empresa a cargo de vender las reservaciones para el Adonia, hacía en abril el controvertido anuncio de que personas de origen cubano no podrían viajar en el crucero atendiendo a que “La ley cubana actual prohíbe a las personas de origen cubano entrar en Cuba por barco u otra embarcación, independientemente de su condición de ciudadanos de Estados Unidos”.
Apenas días después la compañía de cruceros corrigió el rumbo de su estrategia comercial: en vez de acatar esa disposición del gobierno de Cuba, sacó sus manos del polvorín anunciando que vendería reservaciones a cualquier interesado, con independencia de su país de nacimiento.
La reacción del gobierno cubano no tardó en llegar. Cuatro días después emitió medidas que habilitan a los nacidos en la Isla, con independencia de su condición migratoria, para realizar entradas y salidas a Cuba en buques mercantes y cruceros a partir del 26 de abril de 2016.
El Adonia estará anclado en la Bahía de La Habana por dos días para proseguir viaje hacia los puertos de Cienfuegos y Santiago de Cuba. Regresará a al sur de Florida el próximo 8 de mayo.
Este 2 de mayo, muchos cubanos vivieron a su manera lo que es un momento de fiesta para la mayoría. Cuando el clímax del momento pasó, otros pocos fueron acercándose a los viajeros del Adonia para ofrecerles en buen cubano el ron, las paladares, los paseos en carro y el cliché de la Isla de moda.
Los demás siguieron su rumbo, quizás a disfrutar el día feriado, o a esperar que vengan más “cosas buenas”.
Espectacular acontecimiento con muy buen comentario periodistico. Espero que sea el primero de muchos mas que lleguen a la isla.