Carlos René Aguilera pensó que escaparía al embate de Matthew. De visita en los Estados Unidos, este reconocido artista plástico siguió atento el paso del potente huracán por el oriente cubano y respiró aliviado por el escaso impacto en su natal Santiago de Cuba.
Ahora espera la llegada del meteoro junto a los familiares con los que se aloja en Palm Coast, en el Condado de Flagler. Para no ser menos, ha ayudado a asegurar la casa y a comprar los suministros necesarios, en medio de la locura que se apoderó de Florida en cuanto se proclamó la amenaza inminente.
“Mira qué cosa, venir a coger el ciclón aquí –comenta Aguilera– justo cuando me tomaba un descanso con la familia”. Luego de un período previo en Nueva York, su plan es reanudar en breve su trabajo en Miami antes de regresar a Cuba. “Vamos a ver ahora, espero que Matthew sea benévolo con nosotros”.
Como él, muchos cubanos residentes o de visita en Florida están ya en el compás de espera de las horas previas a la llegada del huracán. “Ya la gente arrasó con las tiendas”, nos dice Marcial Lorenzo Escudero, otro santiaguero en los Estados Unidos. Marcial aguarda por Mateo, como llama en buen español al fenómeno.
“No hay pánico pero sí precaución. Mucha gente recuerda la destrucción cuando el huracán Andrew, hace más de veinte años. Además –prosigue– los supermercados y las tiendas hacen su agosto, porque las ventas suben cuando crece el miedo de la gente. Pasé trabajo para conseguir la gasolina y hasta tuve que hacer una buena cola, pero ya estoy listo para todo un día de recogimiento con la familia en mi apartamento de Hialeah”.
También cauto, José Ovi tomó temprano sus precauciones y ha seguido atento las medidas adoptadas para minimizar los posibles daños de Matthew. Fotógrafo vinculado al mundo de la televisión en Miami, este santiaguero comenta a OnCuba que “se evacuó toda la zona de Miami Beach, pues se predice que las mayores afectaciones estarán en las zonas más pegadas a la playa”.
“Hay sitios y albergues abiertos desde ayer para que todo el mundo tenga refugio y las autoridades han recomendado a la gente que se mueva de las costas. También a quienes viven en trailers y lugares poco seguros. Las escuelas y los aeropuertos están cerrados. Todos los parkings están libres de costo para que las personas guarden sus coches y están anunciados cortes de corriente eléctrica para evitar accidentes”.
A pesar de este panorama y de las advertencias del gobernador de Florida, quien alertó de la posible destrucción que podría dejar Matthew a su paso por el estado, no son pocos los incrédulos al respecto y no faltan las planificaciones familiares y el acostumbrado “cubaneo”. El propio José Ovi no descarta la posibilidad de reunirse con unos amigos, tomar cerveza y jugar dominó. “Así el ciclón puede ser más llevadero”, dice.
De acuerdo con las predicciones meteorológicas, Matthew debe tocar el sureste de Florida entre la noche de hoy y la madrugada de este viernes, aunque ya se siente allí su proximidad. Ha recuperado fortaleza a su paso por Las Bahamas y sus vientos nuevamente superan los 200 kilómetros por hora, lo que lo ubica como un huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson.
Ante la inminente llegada del huracán, en Florida, se ha ordenado la evacuación de más de 1,5 millones de personas que residen en las zonas amenazadas. Las autoridades temen por el impacto de un fenómeno que ya causó más de 130 muertes en naciones del Caribe, la mayor parte de ellas en Haití. En Cuba se continúan cuantificando los daños económicos; afortunadamente no ha tenido que lamentarse pérdida de vidas humanas.
“Evacuar, evacuar, evacuar. Esto es serio”. Así dijo este jueves el gobernador Rick Scott, quien instó a los ciudadanos a no perder tiempo ni subestimar la fuerza del huracán. Por su parte, el presidente Barack Obama anunció un plan de ayuda federal a Florida, que permite desbloquear rápidamente recursos de asistencia y que las agencias de seguridad interior (DHS) y de gestión de situaciones de emergencia (Fema), coordinen las labores de rescate.