La agroindustria estadounidense tiene sus representantes en la normalización con Cuba; los empresarios de Nueva York llegaron con su gobernador a la cabeza y el senador por Minnesota, Al Franken, aseguró en una conferencia de prensa en La Habana que los partidarios del bloqueo en Washington son solo una pequeña minoría. Mientras a su lado, otro senador por Nuevo México, Tom Udall, describía las posibles fórmulas parlamentarias para acabar con el entramado jurídico del bloqueo.
Los farmers y businessmen están haciendo su sitio en la nueva economía cubana, en un futuro que todavía no se divisa claro, pero es, al parecer, lo único que tenemos por delante: comercio binacional, inversiones privadas, y aviones, cruceros, ferrys y yates –de la jet set– trayendo turistas a este archipiélago.
Los políticos, sus representantes electos, hacen de embajadores para los intereses corporativos que se están manifestando cada vez más. Mientras, los diplomáticos profesionales de cada lado hacen sus interpretaciones sobre la Convención de Viena, y van “arreglándolo todo” para tener sedes desde donde expandirse en las dos capitales.
Demócratas y republicanos vienen a La Habana, dan un tour guiado por el Mariel o conversan cara a cara con Miguel Díaz-Canel, el segundo político más importante del gobierno y figura más visible de la próxima generación de líderes cubanos.
Los únicos que no tienen aún algún tipo de representación en Cuba son los más de 1,2 millones de cubanoamericanos residentes en Miami y sus alrededores. ¿Quién de sus representantes intercede en La Habana a favor de más de 1,8 millones de personas de origen cubano que viven en Estados Unidos? ¿Quién va a hablar en nombre de la comunidad cubanoamericana durante este proceso de normalización de relaciones entre el país receptor y su país de origen?
Ni el congresista Mario Díaz-Balart, ni el senador Marco Rubio quieren hacerlo. Tampoco pueden. Rubio, por ejemplo, se presenta a sí mismo como parte de una nueva generación de líderes republicanos, pero tiene hacia Cuba una proyección de política exterior que recuerda a Dwight Eisenhower. Una onda retro. Rubio es tal vez una de las pocas personas que todavía se molesta en disertar sobre cómo el embargo es una política de castigo por las nacionalizaciones de 1960.
En medio de este peculiar (des)orden de cosas, se abre la temporada electoral previa a los comicios presidenciales de 2016. Una votación en la que La Florida tendrá más importancia que nunca. Del tercer estado con votos electorales de EE.UU. proceden dos de los aspirantes mejor posicionados en el Partido Republicano: el senador Marco Rubio y el ex gobernador Jeb Bush. Ambos escogieron Miami para lanzar sus candidaturas.
La Florida no solo es el hogar político de esos dos candidatos republicanos; también es uno de los estados swing o pendulares, donde demócratas y republicanos suelen disputarse los votos indecisos que definen quién entra, permanece o sale de la Casa Blanca.
¿Por quién se inclinará el electorado cubanoamericano esta vez? En 2012 la mayoría de los electores de la comunidad cubana en La Florida prefirió en las urnas reelegir al presidente demócrata. Una encuesta de la firma Bendixen & Amandi confirmó que Obama obtuvo el 53 por ciento del voto cubano. El 60 por ciento de esos votos provinieron de personas de origen cubano nacidas en Estados Unidos: jóvenes que probablemente sigan favoreciendo los factores del cambio hacia Cuba.
Hace pocas semanas el gobernador de la Florida Rick Scott, afirmó que el eventual levantamiento del embargo contra Cuba restaría oportunidades de empleo para los floridanos y afectaría su economía. Claro que no intentó demostrar esa tesis con algo más que su propio deseo.
Probablemente todas las semanas llegan a Cuba representantes de firmas de abogados asentadas en La Florida en misiones de reconocimiento del terreno. Llevan meses estudiando el enmarañado marco legal de ambos países y sobre todo quieren entrenarse como intérpretes de avanzada, capaces de reconocer cómo y por qué sonríen los negociadores cubanos; qué los hace relajarse o cuáles pueden ser para ellos obstáculos infranqueables. El cortejo ha comenzado.
Y Miami no está. La mayoría de los políticos cubanoamericanos prometen devolver el país de sus padres a la medianoche del 16 de diciembre de 2014. ¿Y quién quiere regresar allí?
Coincidencia política: el 2016 también será un año importante para los cubanos: sesionará el sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, que revisará las reformas económicas de los últimos cinco años y dará a luz una nueva generación de líderes políticos, quienes tendrá que maniobrar con el nuevo jefe de la Casa Blanca.
Geográficamente, la Florida es el estado norteamericano más cercano a Cuba. Miami es la segunda ciudad más poblada por cubanos. Políticamente, está distante…o perdido en el tiempo histórico. Como van las cosas, los cubanos de allí serán los últimos en conseguir formas de patentizar sus opiniones o negociar algo, colocándose en una fila, por detrás de los españoles, los franceses, los canadienses… y de los propios estadounidenses.
los EEUU hicieron su parte.Le dieron una via de ajuste a los cubanos para que se pudieran nacionalizar a los cinco anos,siendo residents al ano y un dia de llegar a los EEUU .O sea,la parte correspondiente a los EEUU como amigo del pueblo perseguido,aterrorizado,robado,esta cumplida,de forma muy generosa.La otra parte,el compromiso de los ostentan,gozan del poder en el pais de los cubanos,esta por cumplirse.Nos supieron echar,no tienen intenciones de devolvernos nuestros derechos ciudadanos.Los cubanos,no tenemos necesidad de una embajada,queremos nuestros derechos ….no ovide que yo soy cubano,como usted.En cuanto a su pregunta:quien quiere volver? Debia presguntarse al pueblo cubano de forma directa,libre y secreta!!
El que quiere ser grande, debe aparentar ser pequeño……………
No solo un embajador, también una Cámara de Comercio ….. y por que no, hasta un “Petit Parlamento”. ( Por lo menos de momento ).
Porque miami a de tener una embajada en la Habana? En la Habana habrá una embajada representando los 317 millones de estadounidenses incluyendo a los cubanos americanos
Leonides Penton Lo lògico seria en estos momentos que los embjadores no lo seanpor motivos conomicos,porque en este caso mas derechos tendrian los embajadores de las p`rovincias cubanas para ver como sus coeterraneos provinciales pueden invertir en su propio pais.Tambien los emnajadores podrian ser todos los cubanos qu vivimos fuera para tener una reunion necesaria de la emigracion y su nacion..
Manuel, Usted nunca ha oído hablar de La República Independiente de Miami?
Marcos Rubiio y Bush son unos estupidos dremers jajajajaaaaaa
ESO POLITICOS DE QUE HABLAS ESTAN GARRAPATEANDO PORQUE QUIEREN SEGUIR VIVIENDO DE LA POLITICA DE HACE 50 ANOS QUE LES A LLENADO LOS BOLSILLOS Y LOS HA MANTENIDO EN LOS PUESTOS QUE HOY TIENE.Y ESO ES LO QUE ELLOS NO QUIEREN PERDE$$$$.PERO LOS TIEMPOS CAMBIAN Y LAS GERNERACIONES TAMBIEM.LOS GOBIERNOS CAMBIAN LAS IDEAS CAMBIAN ,LA GUERRRA FRIA ACABO HACE ANOS .BASTA YA DE UNOS POCOS QUERER DOMINAR LA POLITICA DE EUA HACIA CUBA .AL PUEBLO AMERICANO NO TIENE QUE ESTAR LIMITADO NI A VIAJAR NI A NO PODER COMERCIALIZAR EN CUBA.ESO ES UN VIOLACION A SUS DERECHOS COMO CIUDADANOS AMERICANOS DE UN GRUPO DE POLITICOS CUBANOSAMERICANOS .PERO AL FINAL DEL CAMINO TODO VA HA CAMBIAR Y ESOS QUE HOY ESTAN RENUENTES A CAMBIO CON CUBA QUEDARAN ATRAS COMO MISMO QUEDARA LA HISTORIA TRISTE DE CUBA.
Para que opinar?… Las respuestas todos las sabemos, yo voto por Los cambios.