Después de siete horas y media de pláticas, las delegaciones de Cuba y Estados Unidos dieron un alto y acordaron continuar conversando durante este viernes. Los diplomáticos salieron de la sala ayer sin anunciar el único resultado concreto que esperan todos los observadores: la restauración de las relaciones diplomáticas bilaterales. En pocos minutos se espera una conferencia de prensa en la que presumiblemente se deben dar a conocer las conclusiones de esta ronda.
“Hemos avanzado en las negociaciones y mañana viernes en la mañana retomaremos nuestras conversaciones” declaró Yuri Ariel Gala López, director de Temas Bilaterales para Estados Unidos de la cancillería cubana y uno de los participantes en el diálogo.
“Las conversaciones entre Cuba y EE.UU. han concluido por el día (de hoy). Continuarán mañana, seguido por acceso a la prensa” twitteó Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado.
El único acontecimiento que transcendió de la jornada de ayer ocurrió fuera del campo de la diplomacia: las respuestas brindadas por el secretario de prensa, Josh Earnest, a los periodistas cubanos invitados excepcionalmente a la rueda de prensa diaria ofrecida por la Casa Blanca.
“Hay una persona en particular que espera que el presidente Obama puede estar en La Habana en algún momento. Esa persona es el propio presidente Obama” respondió el vocero presidencial, confirmando los deseos que tiene su jefe de conocer al país con el que está promoviendo una nueva era.
Earnest dio señales de estar consciente del obstáculo que ahora dificulta el restablecimiento. “Uno de los muchos puntos de fricción en esas conversaciones han sido las reglas que gobiernan las actividades y movimientos de diplomáticos estadounidenses en Cuba”.
Derechos humanos en Cuba y actividad diplomática
El punto de conflicto mayor en las conversaciones parecer la interpretación que cada uno hace del texto y el espíritu de la Convención de Viena, el tratado internacional que sirve como manual de instrucciones para las relaciones diplomáticas entre países.
El vocero de la Casa Blanca Earnest, mostró nuevamente preocupaciones respecto al tema de los derechos humanos en Cuba y dijo que su país quiere asegurarse de que sus funcionarios puedan realizar en la isla el mismo tipo de actividades que desarrollan en otros países, en interacciones frecuentes con los nacionales, incluido los opositores.
Cuba, por su parte, ha señalado que ese comportamiento “diplomático” continúa muy vinculado a las políticas de “cambio de régimen” que sucesivas administraciones norteamericanas han practicado apoyándose en ocasiones en personal de la Sección de Intereses de Estados Unidos en su territorio nacional.
“En ninguna de las funciones recogidas en la Convención dice que las embajadas son centros pedagógicos” explicó a la prensa Gustavo Machín, subdirector general de EE.UU. en la cancillería cubana.
Una fuente anónima del Departamento de Estado confirmó que el diálogo transcurre dentro de sus propias visiones de lo regulado por el tratado vienés, vigente desde 1961.
“Debemos tener una conversación aún más completa en lo que a veces son interpretaciones diferentes de la Convención de Viena y cómo podemos llegar a un acuerdo sobre la forma en que nuestros diplomáticos podrían trabajar y la manera en sus diplomáticos se le permitiría operar en Estados Unidos” dijo un alto funcionario sin identificar, antes del inicio de las conversaciones.