“A ti te quedé grande”: Shakira y las desilusiones que sirven para facturar

El éxito del tema de la diva colombiana y el debate que generó dejan en el aire interrogantes que no empiezan ni terminan en ella.

Fotograma del videoclip del tema “Shakira BZRP Music Sessions #53”. Foto: tomada de UOL.

Las separaciones amorosas siempre han rendido buenas canciones. Recordemos el disco Rumors, de la banda Fleetwood Mac, lanzado en 1977 y envuelto por el aura de dolor en que se produjo, grabó y fue lanzado: la separación de dos de los integrantes del grupo.

No faltan ejemplos en el contexto de la música popular; los encontramos en todos los géneros musicales y trayectorias artísticas. Desde “divas” como Aretha Franklin y Adele, hasta rappers como Drake y Kanye West, las canciones surgidas en medio de turbulencias amorosas han ganado siempre un valor añadido cuando las contemplamos a larga escala en la cultura mediática.

Es el preámbulo que ambienta la más reciente canción “de mal de amores y superación” que se ha vuelto viral en las plataformas digitales. “Shakira Bzrp Music Sessions 53”, producida por el DJ argentino Bizarrap e interpretada por la colombiana Shakira, trata sobre una mujer que “supera” el fin de una relación mientras acusa a su ex de dejarla por “otra”.

SHAKIRA || BZRP Music Sessions #53

El tema versaría sobre el fin de la relación de la cantante con el jugador de fútbol Gerard Piqué, ocurrido en junio de 2022 luego de que Shakira descubriera una traición de su entonces marido y pusiera fin a un matrimonio de doce años y dos hijos en común.

Desde su lanzamiento el 11 de enero “Shakira Bzrp Music Sessions 53” ha tenido un desempeño notable en las plataformas digitales. En las primeras 24 horas, el tema tuvo casi 15 millones de reproducciones, lo que la convirtió en la canción en español más escuchada en streaming en un único día.

De acuerdo con datos de Spotify, se trata del tema en español que más rápido ha alcanzado el primer lugar en su playlist “Spotify Global” y, al mismo tiempo, el de mayor éxito entre todos los que ha estrenado Shakira en la plataforma.

Bizarrap y Shakira. Foto: tomada de la cuenta oficial de Bizarrap en Twitter.

“Shakira Bzrp Music Sessions 53” (título que hace referencia a los proyectos colaborativos del productor argentino con otros intérpretes) se volvió un hit, entrando en las paradas de plataformas de audio y de video en treinta y tres países de las Américas, Europa, África y Ásia. En YouTube, el tema se considera el mayor debut de un intérprete latino en la historia de la plataforma, con 50 millones de reproducciones en 24 horas.

La viralidad de “Shakira Bzrp Music Sessions 53” se debe a ingredientes que abarcan tanto la composición de la canción (a cargo de Shakira en colaboración con Gonzalo Conde, “Keytin” Cruz Moreno y Santiago Alvarado), que revela “indirectas” para el ex de la cantante, como también la capacidad que tiene la letra de crear especulaciones y lecturas diversas que sugieren que se trata del “himno” del término entre Shakira y Piqué.

“Soy mucho para ti, por eso has tenido que buscarte otra a tu altura”, canta la colombiana en un tono que oscila entre la rabia y el desdén. En uno de los momentos más acalorados del tema (disfrazado por un canto ligeramente hastiado) Shakira suelta: “No sé ni qué es lo que te pasó / ‘Tás tan raro que ni te distingo / Yo valgo por dos de 22”, posiblemente refiriéndose a la edad de la nueva pareja de Piqué, Clara Chía Mari, de 23.

SHAKIRA || BZRP Music Sessions #53

Del amor al odio hay un paso

De una forma o de otra, la música pop ha estado siempre vinculada a la performance, en la esfera mediática, de recortes de la biografía de artistas y de celebridades. El fenómeno no nace con Shakira ni termina en ella. Pero, en el caso de su más reciente éxito hay algo nuevo bajo el sol: desde que fue creado en 2005, YouTube se ha convertido en un espacio de consumo de videoclips, y también de generación de debates y conversaciones públicas por parte de las audiencias, que van agregando sentidos a los materiales sonoros y audiovisuales que circulan en la plataforma.

Las interacciones en línea hacen que aumente la temperatura en las redes sociales cuando los debates se desbordan hacia otros ambientes digitales como Facebook, Twitter, Instagram y TikTok. Se crea, así, un “clima” favorable a la especulación a gran escala. Así, conjuntos de suposiciones, conjeturas e ideas van ganando nuevos matices con cada interacción que se suma al debate. Con cada hilo (relato) que se hilvana a la red. 

La cultura de la especulación genera lo que llamamos en los estudios musicales de “cuadro dramático” accionado por la canción pop y en el que, convertidos en personajes movilizadores de afectos (sea el amor, el odio, el desprecio o la venganza) somos convocados, como oyentes o espectadores, a “habitar” el drama de la celebridad que la interpreta. En otras palabras: la canción y sus desdoblamientos nos hacen parte del drama que recrean. 

En el caso de “Shakira Bzrp Music Sessions 53”, la diva colombiana se coloca en primera persona, representando a la mujer traicionada que, para superar el dolor, potencializa su propio valor usando, entre otros recursos, símbolos materiales centrales para el capitalismo (“Cambiaste un Ferrari por un Twingo/ Cambiaste un Rolex por un Casio”, refiriéndose a marcas de carros y relojes).

Ante la oleada de noticias que orbitan sobre el fin de su relación con Piqué desde junio de 2022 —suposiciones de traición, disputa judicial por la custodia de los hijos, dilemas financieros, etcétera— nuevas capas de drama se van sumando a la canción a medida que la escuchamos y nos cuestionamos: ¿Qué revela el tema sobre el fin de la relación? ¿De qué lado estamos? ¿Qué parte del drama recreado por la canción se infiltra en nuestras vidas? ¿Con cuál de las partes nos identificamos más?

La canción se vuelve más viral a medida que diferentes grupos van apropiándose del relato. ¿Es un tema que empodera a las mujeres que viven una separación?

En una primera lectura, “Shakira Bzrp Music Sessions 53” es una canción sobre el orgullo de usar una desilusión para facturar. Habla sobre una mujer/cantante que cura su dolor mercantilizando sus emociones, que transforma su vida en un activo de mercado capaz de generarle engagement financiero.

Este ha sido, a lo largo del tiempo, uno de los argumentos principales usados por corrientes del feminismo que perciben “soluciones” para la desigualdad dentro del propio sistema capitalista que las crea. Estas salidas a la opresión sistémica de las mujeres se alinean a principios de la mercantilización del mundo: vinculan a algunas figuras femeninas con grandes cadenas de bancos, industrias del entretenimiento, marcas y corporaciones globales. Beyoncé, por ejemplo, una de ellas.

Una loba como yo no está pa’ novato’

En la canción más discutida del momento vemos que se busca la superación amorosa mediante la disputa entre dos mujeres —Shakira parece, según visiones feministas que han circulado en las redes sociales, “culpar” a otra mujer por el fracaso de su matrimonio.

El énfasis en la disputa hace que Shakira y su tema tomen cierta distancia, por ejemplo, de corrientes feministas como el feminismo negro, indígena y otras con mayor sentido comunitario y de sororidad, que defienden la alianza entre mujeres como el arma para luchar contra el patriarcado.

El enredo, en cambio, gana legitimidad dentro de posiciones más conservadoras, que dictaminan que el amor se construye exclusivamente dentro de las bases monogámicas del matrimonio; también entre aquellas que defienden la mercantilización como estrategia de reparación. La cuestión del género adquiere, por tanto, nuevos y complejos matices cuando de música pop se trata.

Por otro lado, la canción revela el dilema etario: la nueva pareja de Piqué es 22 años más joven que Shakira. Ocurre un cambio de perspectiva en la narrativa que acompañó la relación de la diva colombiana con Piqué desde sus inicios: al principio, que ella fuera diez años mayor que él era motivo para celebrar, algo positivo. Ahora, cuando el matrimonio de ambos llega a su fin, el deleite del etarismo (ageism o discriminación y prejuicios basados en la edad, que afecta sobre todo a las mujeres) se transforma en la interpretación de Shakira, cuando la cantante se refiere a la cuestión de la edad. 

Un nuevo tema, un viejo recurso para facturar

En tiempos de redes sociales, la cultura especulativa se fortalece en todo lo que concierne a la producción y el consumo de música pop. Se vuelve una de las herramientas principales para que muchas estrellas generen engagement o movilicen audiencias. Muchas capas de sentido se sobreponen en tan solo una canción y forman un mosaico en el que nosotros, los espectadores de las vidas ajenas, nos inmiscuimos en la medida en que celebramos o sufrimos por conquistas o desilusiones de nuestros ídolos y divas. 

Shakira no ha sido la única en valerse del recurso. Miley Cyrus, Taylor Swift y muchas otras divas pop han insistido en mediatizar sus separaciones amorosas a través de la auto ficción, que recrean en formatos como canciones, videoclips y shows, y en los que predomina el tono de superación. Las estrellas masculinas suelen adoptar otras estrategias, en las que predominan la victimización, el sufrimiento y la redención. Veamos los casos de Justin Bieber y Drake, por ejemplo. 

No obstante, el explosivo éxito del tema de Shakira y el debate polarizado que ha generado deja en el aire algunas interrogantes que, como dije antes, no empiezan ni terminan en ella: ¿Estamos más aptos para ver representado el dolor de las separaciones a través de voces femeninas? En caso afirmativo, ¿qué significaría dentro de una cultura —la de la escena pop, pero no solo— en la que es a la revelación de los afectos de ellas a la que estamos más acostumbrados como consumidores?

Pero, sobre todas las cosas: ¿Dónde está localizada la herida en la que, como espectadores, nos lastima una mujer que elige —y no tiene pudor en decirlo— facturar con su dolor? 

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