Cuando usted escuche en Miami la frase: “Van a bajar las temperaturas”, nunca advertirá en el rostro de quien la diga el más mínimo matiz de preocupación, estrés o cualquier gesto que denote un sentimiento negativo, más bien todo lo contrario. La frase se dice con alivio, alegría, entusiasmo, optimismo… como si por fin se hiciera realidad un sueño, como si se cumpliera una promesa.
Los habitantes de la ciudad del sol (3000 horas de sol anuales, casi la mitad de las horas de un año) saben que si hay algo efímero o pasajero en estos lares es precisamente el invierno. Por eso anunciar la llegada de bajas temperaturas se considera aquí una muy buena noticia.
Miami tiene una temperatura media anual que va de un valor máximo de 84.2 F (29 C) a una mínima promedio de 68 F (20 C) destacándose agosto como el mes más caliente con una máxima promedio de 91 F (32.7 C) y enero como el mes más frío con 60 F (15.5 C). Estos datos son más útiles a los meteorólogos o a los que quieran adornar un poco un artículo periodístico, en el fondo todos sabemos que lo que nos interesa a los habitantes de Miami es saber si el frío va a durar lo suficiente como para ponernos toda la ropa de invierno que tenemos guardada.
En efecto, en cuanto sopla la primera brisa, por muy leve que sea, inmediatamente y como por arte de magia, se llena todo el boulevard de Lincoln Road (a dos cuadras de la playa) de jóvenes con bufandas, gorros tejidos y algún que otro poncho. Apenas se va un poco el vapor que tenemos como oxígeno en las calles, comienzan los desfiles de medias, botas altas, sobretodos y sweaters a colmar los espacios públicos, como si la ciudad estuviera esperando esa mínima oportunidad para disfrazarse, para mostrar que aquí también hay buen gusto para la moda invernal, aun cuando se trate más de moda que de invierno.
Durante el simulacro de invierno hay quien regresa hasta tres veces a la casa y se cambia de ropa, porque sabe que el invierno de hoy quizás ya no esté mañana y que ese abrigo al que le tocó salir de primero dejó triste a otros tres dentro del closet. También está el que se aferra a su abrigo aunque ya se haya ido el frío, como proclamando su derecho inalienable a vestir así por encima de cualquier inconveniente, y se queda tres días más usando ropa de invierno aunque se sienta como una empanada en el horno.
Lo cierto es que para los habitantes de Miami el frío es algo serio, algo a tener en cuenta y que merece toda nuestra atención y nuestro homenaje. Quizás por eso es la ciudad donde la gente pone aires acondicionados hasta dentro de los baños, donde los autos por dentro son como neveras, donde el aeropuerto parece un frigorífico, porque de alguna manera tenemos que construir ese invierno que la naturaleza no nos da.
La última “ola de frío” que azotó durante menos de 24 horas a la ciudad nos lanzó a todos a la calle a lucir nuestros trapos recién desempolvados, sentados en algún lugar bien visible, tomando un té o un café humeante y asumiendo una pose de sobreviviente de circunstancias extremas, mientras nuestros amigos que viven en Chicago, Montreal o Helsinki, no podían menos que sonreír cuando veían nuestras fotos en las redes, para inmediatamente salir a tirar un saco de sal sobre el frente de sus casas, heladas casi todo el tiempo.
Nuestro invierno es breve, pero es nuestro invierno, y como tal le guardamos el respeto y el ritual que se merece, es como el rayito de sol para un esquimal, o la ligera llovizna en medio de un desierto, es el alivio que nos saca de nuestra rutina y nos pone en una pose diferente, lo que nos hace salir del closet… perdón… sacar del closet, esa ropa colgada y medio olvidada al final de la fila.
Una vez que se ha marchado, y que todo vuelve a la calurosa normalidad, a las playas repletas, al short, a las sandalias, los más nostálgicos se van hasta el BB&T Center en Sunrise a disfrutar de los Florida Panthers, nuestro equipo de hockey sobre hielo (¡a que no te lo esperabas!) y rezan en silencio para que el juego no termine nunca.
Si sustituyen “Miami” por “La Habana”, el artículo queda prácticamente igual. Supongo que el de La Habana saldrá en onusanews.com.
Tiene razón