El mayor estudio de su tipo ha encontrado nuevas pruebas de contribución genética a la conducta sexual de los homosexuales, pero confirma investigaciones anteriores de que no existen genes específicos que definan como gay a una persona.
La investigación del ADN en los genomas de casi medio millón de adultos estadounidenses y británicos identificó cinco variantes genéticas a las que no se había vinculado anteriormente con la sexualidad gay o lesbiana.
Las variantes eran más comunes en personas que alguna vez habían tenido relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo. Esto incluye tanto a personas cuyas parejas eran exclusivamente del mismo sexo como a aquellas cuya conducta era mayormente heterosexual.
Según los investigadores, es probable que existan miles de variantes genéticas más que participan e interactúan con factores no heredados, pero que ninguna de ellas es causa de la conducta ni permite pronosticar si la persona será gay.
“El estudio es un gran paso adelante debido a su gran tamaño”, afirmó J. Michael Bailey, psicólogo de la Universidad de Northwestern en Evanston, Illinois, que ha estudiado temas de genética de la orientación sexual aunque no participó en esta investigación.
“Este es el primer estudio en el que podemos estar bastante seguros de que han identificado variantes genéticas asociadas con un aspecto del comportamiento del mismo sexo”, afirmó Bailey. “He sido coautor de algunos estudios genéticos moleculares anteriores que fueron mucho más tenues. Creo que estos resultados se replicarán”.
La investigación “proporciona la mirada más clara hasta el momento a los soportes genéticos de la conducta sexual con personas del mismo sexo”, dijo Benjamin Neale, coautor del trabajo y genetista psiquiátrico en el Instituto Broad de Cambridge, Massachusetts.
“También hallamos que es efectivamente imposible pronosticar la conducta sexual de un individuo a partir de su genoma. La genética representa menos de la mitad de la historia de la conducta sexual, pero sí es un factor contribuyente importante”, dijo Neale.
El estudio apareció el jueves en la revista Science. Los resultados se basan en exámenes genéticos y respuestas a encuestas.
AP / OnCuba