Un estudio realizado por dos investigadores en ciencias políticas afiliados a la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, asegura que “cuanto más musculosos son los hombres cuanto menos se ven perturbados por las desigualdades”. Para las mujeres, en cambio, “la fuerza física no está asociada con preferencias políticas”.
“Estos resultados desafían la idea de que nuestros puntos de vista políticos están formados únicamente por la lógica y la razón. Por el contrario, parecen reflejar intuiciones producidas por un espíritu prehistórico y que vienen del reino animal“, escribió Michael Bang Petersen, autor principal del estudio.
La investigación se hizo en 12 etapas, realizadas entre 2012 y 2017 entre 6,349 personas de diferentes nacionalidades y que viven en varios países: daneses, bielorrusos lituanos, estadounidenses, venezolanos, ucranianos y polacos. Se recopilaron datos mediante cuestionarios en los que los participantes, por ejemplo, tenían que evaluar su propia fuerza en relación con sus compañeros. Aunque también se incluyeron datos objetivos medidos en el laboratorio y, en particular, en relación con la fuerza de las manos o la parte superior del cuerpo.
Curiosamente, es en esas muestras objetivas donde hubo una correlación entre una mayor musculatura y el gusto por la desigualdad. Esto sugiere, dicen en las conclusiones de la investigación, “que la fuerza bruta es el factor decisivo de una inclinación por la ley de la jungla”, un fenómeno que traduce una “psicología del más fuerte”.
My research with Lasse Laustsen is featured in Danish media. Exciting! https://t.co/vpA6etMNlI
— Alexander Bor (@szasulja) 20 de noviembre de 2017
“Esta lógica fue beneficiosa en el contexto de la vida de nuestros antepasados cazadores-recolectores, cuando los hombres más fuertes pudieron obtener recursos por sí mismos”, dijo Lasse Laustsen, coautor del estudio. “Pero esta es una forma irracional de superar los conflictos de recursos en nuestros sistemas políticos contemporáneos. Hoy en día, sin embargo, es muy poco probable que la fuerza física afecte la cantidad de recursos que podrá adquirir pero sí afecta su ideología”
Este estudio podría explicar una de las variables de una cada vez más frecuente paradoja: el hecho de que a muchos hombres de la clase trabajadora les gusten las políticas económicas de extrema derecha, como acaba de suceder en las elecciones presidenciales de Brasil. Sin que ellos lo sepan, según los politólogos daneses, “su espíritu paleolítico puede estar influenciándolos”.
“Este estudio podría explicar una de las variables de una cada vez más frecuente paradoja: el hecho de que a muchos hombres de la clase trabajadora les gusten las políticas económicas de extrema derecha, como acaba de suceder en las elecciones presidenciales de Brasil”
Este es el tipo de estudio que hace coger para el relajo las investigaciones socioculturales. Una retahila de tonterias disfrazadas de estudio serio. Tonterias nada ingenuas por cierto. No son las variable socioeconomicas las que determinan el comportamiento de los colectivos humanos sino el grado de musculatura. En fin, del articulo alguien pudiera inferir que si queremos la revolucion mundial, debemos sacar a los hombres de los gimnasios.