Una “histórica y traviesa revolución que perdurará en los anales del ritual primaveral de la casa”. Así describió Chanel su desfile de la colección Crucero 2016-2017 en Cuba.
La marca vanguardista de la moda mundial estuvo en La Habana, y el Paseo del Prado fue el escenario escogido para presentar la colección Crucero 2016-2017. Karl Lagerfeld, diseñador y director artístico de Chanel, acostumbra a montar grandes escenografías para sus presentaciones. Esta vez, la ciudad en sí misma fue toda la decoración.
Tabaco, vegetación tropical, colores brillantes, rumba, “almendrones” fueron motivos cubanos aludidos por el Kaiser de la moda. El hilo conductor de la colección fue la reinterpretación de la guayabera, nombrada por Lagerfeld “el esmoquin cubano”. El estilo de La Maison y la moda cubana se combinaron y posaron en la misma peculiar pasarela. Señas más controversiales serían el juego implícito en el eslogan “Viva Coco / Cuba libre”, estrellas, boinas y ropa de inspiración militar.
Los participantes del desfile habían salido desde el Hotel Nacional de Cuba hasta la intersección de las calles Prado y Neptuno, en La Habana Vieja, movidos por una caravana de más de 150 automóviles clásicos, descapotables, de colores pasteles. En pocas horas el remozado paseo se había convertido en un hervidero de artistas, profesionales de la moda y otros invitados.
A lo largo de la calle, portales y balcones se ubicaron curiosos, paraguas mediante, que permanecieron a pesar de una llovizna que amenazaba convertirse en aguacero de mayo. Se escuchaban exclamaciones cada vez que algún famoso aparecía, lo mismo Vin Diesel que Omara Portuondo o Alexander Delgado.
Algo más de una hora después de lo previsto –6:30 p.m.– las franco-cubanas Ibeyi rompieron el silencio de la expectación con un tono ceremonial, y tres modelos vestidas de blanco y negro comenzaron su marcha.
Luego, las creaciones se mostrarían a ritmo de latin jazz con Aldo López-Gavilán al piano, Ruy Adrián López-Nussa en la percusión y la Orquesta de Cámara de La Habana, dirigida por la maestra Daiana García. El desfile cerraría arrollando con Rumberos de Cuba.
A propósito del desfile, la revista Elle recomendó “tomar nota” y atender al desafío que supuso una pasarela al aire libre, expuesta a los elementos naturales, a 35 grados de temperatura y altos niveles de humedad.
La elección de Cuba para esta presentación obedeció a “la riqueza cultural y la apertura de Cuba al mundo, que hacen del país una fuente de inspiración para Karl Lagerfeld y para Chanel”, explica el comunicado oficial con el cual la casa de modas diera a conocer la noticia en octubre pasado.
Desde el año 2010, el Café Marly en París, la Grand Central Station en Nueva York, el aeropuerto de Santa Mónica en Los Ángeles, la piscina del Hotel Raleigh en Miami, la playa Lido en Venecia, el Bosquet des Trois Fontaines en los jardines del Château de Versailles, Dempsey Hill en Singapur, han sido, entre otros, escenarios para estos desfiles, donde la creatividad de Karl Lagerfeld se ha expresado también en su recreación de los espacios.
Algunos afirman que fue un sinsentido que este imperio mundial decidiera hacer su desfile en una isla donde ni siquiera existe una sede de la marca, ni hay un mercado consagrado a las producciones de alta costura. Pero no era esto lo que estaba en la mira de Lagerfeld al hacer su elección: en los últimos dos años Cuba se ha convertido en la capital del glamour vintage. Chanel hizo lo que están haciendo todos desplazándose hacia un foco de atención.
La colección
Desde las décadas del veinte y el treinta Mademoiselle Chanel ofrecía a sus clientas prendas de vestir ligeras y cómodas, preferidas por quienes pasaban una temporada en la Riviera Francesa o las playas de Lido. Estas creaciones tuvieron gran éxito en la prensa de la época, que las declaró ideales para ir en crucero o viajar a destinos cálidos. Como era el sello de la casa, combinaban funcionalidad con elegancia.
Inspirado por ese estilo, Karl Lagerfeld al asumir en 1983 la Dirección Artística de Moda, inmediatamente desarrolló una colección llamada Crucero, que actualizó la de Prêt-à-porter, para alcanzar un mercado más cosmopolita. Durante los últimos quince años, esta colección se ha continuado desarrollando con un tema y una identidad propia. Se caracteriza además por inspirarse en el destino del desfile.
Disponible en boutiques desde noviembre, responde lo mismo a mujeres que viajan a destinos tropicales que a las que simplemente desean ver nuevos modelos. Chanel fue la primera casa en realizar una pasarela para su Colección Crucero. Desde París y Venecia, hasta Nueva York, la Colección viaja y reinterpreta destinos legendarios. Esta vez, se inspiró en los colores del Caribe y sus referentes estéticos.