El pasado 7 de septiembre, el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció que no asistiría a la cumbre del G-20 en Nueva Delhi, tras haberse infectado con COVID-19.
Del otro lado del Atlántico, otra notable figura pública, la esposa del presidente Biden, Jill Biden, de 72 años, daba positivo al coronavirus. Entre tanto, a su esposo se le vio con mascarilla en varias ocasiones por primera vez en muchos meses. Sin embargo, fuentes de la Casa Blanca informaban que el presidente estadounidense había dado negativo a varios tests que se le realizaron.
Si figuras de primer nivel a escala mundial están enfermando nuevamente de coronavirus, cabría preguntarse, ¿qué está pasando con esta enfermedad que trastocó la vida en el planeta desde finales de 2019, dejando decenas de millones de muertes, miles de millones de enfermos y cientos de millones de pobres, como consecuencia de la crisis económica que acompañó a la pandemia? ¿Ha surgido una nueva variante del mortífero virus? ¿Volverán los aislamientos, las dantescas imágenes de las fosas comunes y las espeluznantes cifras de fallecidos a los medios? Sobre lo que está pasando en el mundo y en Cuba con la COVID-19 estaremos hablando hoy.
Notable aumento de las señales de trasmisión en Europa
Según un comunicado del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), en “las últimas semanas, ha habido un aumento notable en las señales de transmisión del SARS-CoV-2 en la UE/EEE, (Unión Europea/Espacio Económico Europeo) que se desvía de los niveles anteriormente muy bajos”. Entre los factores que han contribuido a este aumento se señalan: las grandes reuniones, el aumento de los viajes, así como la disminución de los niveles de protección inmunológica contra la infección.
Por otro lado, se ha informado sobre la aparición de una nueva subvariante de Ómicron altamente mutada, se trata de la BA.2.86. ¿Qué se sabe de esta nueva subvariante? Sobre ella, la agencia Reuters informaba que se han detectado 34 casos en el Reino Unido y que presenta 35 mutaciones en posiciones clave, si se compara con la XBB 1.5, la subvariante dominante en lo que va de 2023. Hasta el momento, de los casos confirmados, 5 han necesitado hospitalización y no ha habido fallecidos.
A tono con lo anterior, la directora del ECDC, Andrea Ammon, dijo que “no hay evidencia que sugiera que la infección con una de las variantes emergentes se asocie con una enfermedad más grave o una reducción de la efectividad de la vacuna en comparación con otras variantes que circulan actualmente. Sin embargo, las personas con condiciones de salud delicadas siguen teniendo un mayor riesgo de enfermedad grave si están infectadas, por lo que los programas de vacunación en otoño deben dar prioridad a la protección de las personas en riesgo de enfermedad grave, como los mayores de 60 años y otros grupos vulnerables”.
Otro elemento de interés en el actual panorama europeo, según refiere el comunicado del mencionado organismo, es que, en el último año, la exhaustividad de los datos epidemiológicos y virológicos de vigilancia de la COVID-19 ha disminuido significativamente, por lo que el ECDC insta a los países a secuenciar y notificar todos los especímenes positivos del SARS-CoV-2.
Aumentan las muertes y las hospitalizaciones en los Estados Unidos
Por otro lado, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), se reportaron 17 418 hospitalizaciones en la semana del 20 al 26 de agosto, lo que representa un aumento del 15.7 % respecto a la semana anterior. Esto se suma a la tendencia hacia el aumento en el número de ingresos que se registra desde finales de julio. En cuanto al número de muertes, también se observa un aumento del 10.5 % respecto a la semana precedente.
Estados Unidos ha notificado unas 1 140 278 muertes por esta enfermedad, lo que representa una tasa de 285 fallecidos por cada mil habitantes. Sin embargo, en los últimos tres meses la tasa de fallecidos es de 1.7 por cada mil habitantes, siendo los estados más afectados Pensilvania, Nueva York, Florida, Texas y California.
Solo 43 países están reportando casos
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dr. Tedros Adhanom, aseguró el pasado 8 de septiembre que en las últimas semanas se han seguido observando “tendencias preocupantes de casos de COVID-19 antes de la temporada de invierno” y que, aunque “no hay una variante predominante” el foco está puesto en las variantes EG.5, que “va en aumento”, y la variante BA.286, a la que ya hicimos referencia en este artículo.
Según el funcionario de la agencia de la ONU, hacer un recuento de casos es difícil debido a que no todos los países están informando sus cifras. “Solo 43 países, menos de una cuarta parte de los estados miembros de la OMS, están informando de sus casos”. Por ello, aunque se ha visto que “aumentan las hospitalizaciones por COVID-19 en Europa, Estados Unidos y Oriente Medio”, es necesario tener en cuenta que “solo 20 estados proporcionan información sobre hospitalizaciones”.
El Dr. Tedros ha insistido en la importancia de la vacunación contra el COVID-19 con dosis de refuerzo. “Una de las mayores preocupaciones de la OMS es el bajo nivel de personas en riesgo que han recibido una dosis de la vacuna COVID-19 recientemente…”, ha declarado.
Por su parte, la líder técnica de COVID-19 de la OMS, María Van Kerkhove, también ha mostrado su preocupación ante el aumento de casos porque “cuando lleguen los meses más fríos, el COVID-19 se aprovechará de ello aún más que ahora”.
“El COVID-19 está infectando y re infectando a millones. Estimamos que ahora hay cientos de miles de personas hospitalizadas por COVID-19 y eso puede prevenirse con herramientas que salvan vidas, como la vacunación, y lo que es realmente importante es que aquellos que corren más riesgo de desarrollar una enfermedad grave reciban la vacuna”, señaló.
En este sentido, la doctora Kerkhove ha insistido en que “las vacunas siguen previniendo enfermedades graves, incluso con las nuevas variantes”. “Es muy importante que sigamos utilizando todas las herramientas disponibles, como ventilación y mascarilla. Nos preocupa el coronavirus, pero también la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS). Lo que hacemos con el coronavirus es beneficioso para la gripe y el VRS”, ha apuntado la experta.
Por otro lado, la doctora Kerkhove ha asegurado que “no se puede predecir cómo evolucionará el virus” pero que “están a la espera de variantes que aumenten la transmisibilidad” y que “hay que estar preparados para ello.”
Cuba y la COVID-19 hoy
Mientras tanto, en nuestro país el pasado 5 de septiembre, en la reunión del presidente Miguel Díaz-Canel con expertos y científicos en temas de salud, se conoció que en los últimos 14 días se diagnosticaron 18 casos positivos. Según el sitio de la presidencia, desde el inicio de la pandemia hasta este 4 de septiembre, en la isla se reportan 1 115 123 casos confirmados de infección por COVID-19. El país acumula 8 530 fallecidos por la enfermedad, para una letalidad de 0,76 por ciento; el último fallecimiento ocurrió el 20 de agosto de 2022.
Según la misma fuente, hoy es muy baja la morbilidad grave y crítica en el país, y todos los modelos de pronósticos reflejan un control de la enfermedad. En ese sentido, resulta significativo señalar la alta cobertura de vacunación, con una tasa de 406,1 dosis por cada cien habitantes. Esto implica que, como promedio, cada cubano se ha vacunado cuatro veces o más.
En la reunión, donde también estuvieron presentes altos funcionarios, se determinó cambiar la frecuencia del parte de la enfermedad a una vez por semana.
La COVID-19 no va a desaparecer
Queda claro que la COVID-19 no va a desaparecer del planeta. Por el contrario, el virus seguirá su camino natural de mutaciones con el surgimiento de nuevas variantes y subvariantes. El hecho de que el actual aumento de casos, como consecuencia de las grandes acumulaciones de personas y los viajes que suelen producirse cada verano, solo se reporte en algunos países se explica porque en muy pocas partes se le está siguiendo la pista al virus.
Las nuevas subvariantes representan un peligro mayor solo para personas no vacunadas o con enfermedades subyacentes como el cáncer, la diabetes e inmunodeprimidas. Esto no implica que no puedan surgir nuevas formas de la enfermedad a corto o mediano plazo. Por eso es importante mantenerse atentos.