Yves Sheriff es un hombre con mucha imaginación. Se puede decir que es su principal recurso. De tanto estudiar y codearse con los mejores payasos del mundo, terminó por pensar como ellos: “Todo puede suceder”. No vino al XII Festival Internacional de Circo en Verano: Circuba 2013 a explicar cómo se hace un clown. Tampoco a construir o corregir números. Su taller sobre payasadas, realizado en la tarde del pasado miércoles en el Hotel Riviera, tuvo más que ver con la filosofía de compartir el conocimiento de su compañía que con una postura inflexible sobre lo que funciona o no en el trabajo de un payaso.
El boliviano, desde muy joven fuera de su tierra natal, es director de casting de la famosa compañía Cirque du Soleil (Circo del Sol). Durante mucho tiempo vivió en Italia. También estudió filosofía. Para él, un clown es la persona que se equivocó de puerta y se encontró, de repente, frente al público. “Como es un clown, no va a tomar la solución aparentemente más lógica, que es retirarse por la misma puerta por la que entró, sino que sigue adelante con el absurdo. Está en la escena y no sabe por qué, pero no es como el bufón, que sabe exactamente cuál es su objetivo. Si hace algo y el público se ríe, lo va a repetir, y así una y otra vez. El accidente es el elemento que marca el punto de giro en su historia”.
Sheriff ha venido en ocasiones anteriores a Cuba a hacer audiciones como representante del Circo del Sol, integrada por aproximadamente 125 mil artistas contratados. Pero esta visita es la primera en la que el cazatalentos se fija en los clowns cubanos, en lo que de ellos puede funcionar o no en su compañía, “aunque aquí ya habíamos tenido resultados muy positivos con acróbatas y bailarines del nivel que buscamos”. También comentó a OnCuba que, por lo que ha podido observar hasta el momento, lo que distingue a los payasos de la Isla es su ritmo.
“Siempre están bailando —explica— y en general creo que todo el circo cubano tiene ese estilo, que incluye música muy suya. Eso es bastante distinto. Los artistas circenses cubanos tienen un nivel acrobático bastante alto, y eso tiene que ver con la historia del circo cubano, que tuvo influencias de la URSS (antigua Unión Soviética) y al mismo tiempo tienen de cerca la manera en que nosotros trabajamos en Montreal. Se puede decir que en el circo cubano son multidisciplinarios, donde los acróbatas también tienen que saber bailar, los clowns tienen que saber acrobacia, etc. Eso es, repito, bien distinto.
“Lo interesante de acá es que mantienen el folclor, por la manera en que bailan, que es bien cubana, pero hacen un circo muy parecido al ‘nuevo circo’: tienen elementos de escenografía, teatrales, pequeñas historias… Aunque todavía no he visto la primera función competitiva del festival, me parece que hacen un intercambio entre elementos muy cubanos con una visión muy contemporánea. Lo bueno también de los artistas circenses cubanos es que exploran mucho, siempre andan buscando nuevos caminos, nuevas maneras de presentación, nuevos aparatos acrobáticos. Y eso resulta muy atrayente para nosotros”.
En particular, confesó que este año se vio seducido por la programación del Festival, fundamentalmente al contener un espacio dedicado a los clowns, al sesionar durante el evento la sexta edición del Concurso Internacional de Payasos Erdwin Fernández in memorian. Por eso, dijo, “quise venir a ver ambas cosas y a establecer contactos con esa red sudamericana de artistas que está muy presentes aquí”.
“Hay algunos cubanos actualmente en la compañía —informó— y, solo por razones políticas (porque la mayoría de las giras son en Estados Unidos) y de contratos, es que no escogemos cubanos como querríamos. Pero creo que eso va a ir cambiando, pues nos interesa mucho mantener nuestros contactos aquí. Por lo que sé, muy pocos de los cubanos que hoy forman parte del Circo del Sol han audicionado en Cuba, diría que aproximadamente 10 bailarines. Una buena parte son escogidos en terceros países. Creo que hay un percusionista de origen cubano que audicionó en Nueva York. También hay acróbatas y malabaristas”.
Yves Sheriff tiene criterios muy bien definidos para escoger los clowns que formarán parte de los reconocidos espectáculos del Circo del Sol. Lo primero es adecuarse a los perfiles físicos precisos que busca la compañía para algunos números en particular: alguien muy grande o muy pequeño, etc. Lo demás es la originalidad y, como ha mencionado en otras entrevistas, la presencia en la escena -algo que sencillamente unos tienen y otros no-, la precisión y la proyección. Esta última cualidad es muy importante por cuestiones prácticas, “pues la mayoría de los shows son en grandes carpas o escenarios, para alrededor de 2500 personas, y nosotros necesitamos ver de una manera muy clara, que estos puedan compartir lo que hacen con todo el público. Hasta el momento, lo que he visto desde que llegué al Circuba me hace pensar en que podemos regresar y hacer audiciones más profesionales para clowns cubanos”.
Durante el taller sobre payasadas que impartió a los clowns participantes en la fiesta del circo cubano, Sheriff propuso al grupo algunos ejercicios que implicaron un nivel de razonamiento distinto al cotidiano. Por ejemplo, la atención a los detalles, la rapidez de reacción, la concentración, la capacidad de improvisación, la plena conciencia de los movimientos en escena, la habilidad de dar y recibir energía y, sobre todo, no perder de vista al público, implicarlo en el juego; estos fueron algunos de los tips recomendados por el especialista.
El clown está en un nivel donde todo es posible pero al mismo tiempo todo lo que proyecta en la escena debe ser muy lógico, explicó en el taller.
¿Incluiría el Circo del Sol a Cuba como escenario de algunas de sus giras?
Eso sería divino. En mi opinión personal, sería fantástico que en una próxima edición del Circuba pudieran participar artistas del Cirque du Soleil para presentar uno o dos números. Eso tal vez sería posible. El hecho de venir con una gira completa sería espectacular, pero ya ese es otro departamento [sonríe], y no sé cómo funciona esa parte. Sí creo que acá gustaría mucho. Sería lindísimo.
Escrito por: Eva Pizan
Fotos tomadas de Internet