Falta menos de un mes para que Cuba tenga un nuevo Presidente. En términos de política internacional, el mundo entero ha sido sensible a este momento de cambio y ha procurado acompañar el proceso. No así Estados Unidos, cuyo Presidente actual retomó el tipo de discurso y las políticas que prevalecieron hasta 2016, antes de que Barack Obama, en coordinación con el gobierno cubano, rompiera el hielo de la Guerra Fría y se sentara a la mesa de negociaciones con Cuba.
En un exhaustivo artículo, la revista estadounidense Foreign Affairs explora las condiciones de la cercana “nueva era” de la Isla y cómo la hostilidad desde Estados Unidos perjudica los intereses de ese país no solo en Cuba, sino a nivel regional y mundial.
Las diferencias
“Conozca al nuevo jefe”, dice el texto firmado por Marguerite Jiménez, asociada sénior de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés) para Cuba, refiriéndose a Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente cubano y quien muy probablemente sustituya a Raúl Castro en el cargo de Jefe de Estado.
Díaz-Canel asumiría el cargo un día antes de cumplir 58 años, apunta el artículo, señalando la edad como una de las diferencias principales respecto a sus predecesores. Fidel Castro tenía 81 años cuando entregó el poder a su hermano, quien ha gobernado entre sus 76 y sus 86 años. El primer vicepresidente cubano, junto al 70 por ciento de la población, no conoce una Cuba que no sea la de la Revolución Cubana.
Por primera vez en seis décadas quien detente el poder no será alguien de la generación histórica. No habrá participado en las luchas revolucionarias, con lo cual no goza de “la forma básica de legitimidad” de otros oficiales, lo que la autora llama “pedigrí revolucionario”.
A partir de apuntes del currículum de Díaz-Canel como político del sistema, se trata de alguien que desde la posición de primer secretario del Partido Comunista a nivel provincial, ganó fama de “administrador eficiente, pragmático, y con don de gente”, dice Foreign Affairs.
Díaz-Canel ascendería luego de atravesar una ruta meritocrática: se unió al Comité Central en 1991, fue Ministro de Educación Superior en 2009 y luego nombrado Vicepresidente en 2013. Sería el Presidente de un país que aún se recupera del último huracán, intenta adaptarse a la reducción de subsidios desde Venezuela, y enfrenta continuas restricciones del bloqueo estadounidense.
Jiménez considera que su legitimidad podrá nutrirse cumpliendo promesas con más agilidad en las reformas, expansión del acceso a la información, mejoras en la calidad de vida, y mayores oportunidades para los jóvenes en general. A la vez, realizar la unificación monetaria, continuar promoviendo la inversión extranjera, y mejor eficiencia del sector estatal.
EE.UU. vs el mundo
Es un hecho comprobado que ni Estados Unidos ni ningún otro actor externo determinará el ritmo de los cambios en Cuba. Pueden, sin embargo –añade el artículo–, crear un clima en que la reforma sea más fácil.
La autora menciona la creación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea; la colaboración de acreedores de Cuba al condonar deudas, y acciones por parte de potencias como Rusia y China afirmando su alianza política y económica con la Isla.
“Los países del mundo están involucrándose más con Cuba precisamente en el momento en que Estados Unidos lo hace menos”, con medidas contrarias el legado de su predecesor, retrocediendo el compromiso con el acercamiento, ralentizando –si bien no prohibiendo– viajes a la Isla, limitando las posibilidades de una nueva relación comercial, y cortando el personal de las sedes diplomáticas en ambos países.
“En un momento de cambio histórico en la Isla –concluye el artículo– Estados Unidos necesita un vínculo más directo con Cuba (si no lo hace, otros lo harán). Esto, al menos, debería incluir una embajada con equipo completo y activa en La Habana. Incluso para una dura administración Trump, volver a dotar de personal a la embajada serviría al interés nacional de Estados Unidos, incluso mediante la recopilación de información sobre la dinámica cambiante de Cuba y el fortalecimiento de la cooperación en materia de cumplimiento de la ley, antinarcóticos, trata de personas y asuntos ambientales. Estados Unidos no tiene nada que ganar con su actual política de hostilidad. De hecho, al tratar de aislar a Cuba, Washington solo logrará aislarse”.
En Cuba no hay cambios, todo es lo mismo,donde están las nuevas ideas que traeran desarrollo al país,si usted se pone el zapato del pie derecho en el pie izquierdo, usted todavía tendrá el mismo zapato,lo único que cambia es el pie,lo de Cuba es lo mismo,el próximo no será un Castro pero será un comunista y a los comunistas no les gusta las libertades democraticas
Ya ese cuento de EEUU se va a aislar tambien no funciona,,,,con obama hubo portunidad de cuba abrisrse y no lo hizo en su paranoia,,,muchos paises de latinoamerica comprobaron que no es solo el embargo, que la cosa es de adentro. Cuba veto inversiones desde un simple fabricante de tractores hasta importadores de alimento, como la compañia de Tampa. Que dejen la vieja muela que Obama los desenmascaró.
Pero que cambio?. El mundo no ha sido sensible a esto, mas bien curioso. Hasta ahora todos coinciden en vaticinar que nada va a cambiar.
En Cuba, a diferencia de otros países no existe la dolorosa incertidumbre de no saber quien será el próximo presidente, que partido político o coalición de partidos ganará, o si Odebretch (que también estuvo en Cuba) corrompió a algún valioso cuadro. Ya se saben los resultados de las elecciones (donde no se elige) se conocen las “nuevos” métodos y estilos de trabajo, y que nuestros cuadros son mirlos blancos. Que felicidad!!!!!!!!!!!!!!1111
“Estados Unidos, ausente en la Cuba del cambio”…Que cambio?
USA, USA, USA, que malos son los USA
“Estados Unidos ausente en la Cuba del cambio”?
verdad?
Nada que como diríamos en buen cubano: Si se la meten grita , si se la sacan llora.
No es que los cambios de Cuba tienen que ocurrir sin injerencia externa de ningún tipo? Para que quieren a USA?
Para cuando meterse en la cabeza que en USA no quieren saber de gobiernos no democráticos?
Para cuando el darnos cuenta que el mundo no es solo USA?, que hay un montón de opciones de vida y negocios que desechamos a diario basándonos en la excusa del bloqueo?, que hay una inmensa mayoría de cosas por hacer en la isla que no dependen de USA y que son muchísimo más valiosas para el cubano de a pie que el comercio con USA?
Si quieren avanzar con Cuba tienen que condenar a la mafia cubano amerciana y romper la alianza con ella, ha sido el osbtaculo mayor junto con sus seguidores en Cuba, estan lleno de odio y ausencia de reconcialiación , no hablan de posibilidades de cambiar el país, sino que ellos seran los unicos que prodran cambiarlo, desprecian a los cubanos de Cuba y niegan los logros a pesar del bloqueo externo e interno.
Al parecer Estados Unidos está volviendo a la guerra fria, sin la exietncia del campo soicialista. Nadie se ha puesto apensar en las conincidencia entre las acusasciones de ataques sonicos a Cuba y el retiro del personal diplomatico de las embajadas con las mismas acciones contra Rusia por ataque químico, en los momentos que el pais se prepara para el mundial de futbol y logra avances en Siria. Con tanta información y opiniones en redes sociales, no cabe duda que la mano visible de la CIA y las agencias que los acompaña estan haciendo su estrategia Pues a ninguno de los dos países afectados les conviene afectar sus propios intereses y necesidades
Estoy de acuerdo totalmente contigo Louis ,y con los demas tambien; menos con Eduardo que parece de otro planeta y no ve la verdad porque no quiere verla.
Y ahora le pregunto al autor, de que cambios habla? Yo veo “continuismo”, reformas estancadas por motivos ideologicos y hasta un retroceso en el trabajo no estatal. Por Dios, nos habra visto caras de tontos?
el verdadero ausente en el cambio en cuba es el pueblo,ese que ni vota ni deside nada.estados unidos nada tiene que hacer.entregar la revolucion al capital extranjero no solo la destruira,sino que provocara una fractura social aun mas grande.