¡Luces, Gibara…, Acción! se escuchará en la ciudad holguinera cuando el 1ro de julio sea inaugurado el 14to. Festival Internacional de Cine de Gibara (FICGibara), que regresa con su concurso, además de los acostumbrados espacios teóricos, conciertos y otros acontecimientos culturales.
El FICGibara fue uno de los eventos culturales suspendidos este año después de los destrozos provocados por el huracán Irma. Sin embargo, sus organizadores buscaron las opciones de financiamiento necesarias para su ejecución. Al respecto, OnCuba conversó con su presidente, el actor y realizador Jorge Perugorría, y con el Asesor General, Sergio Benvenuto.
“Contamos con el apoyo del Ministerio de Cultura, del ICAIC, de Havana Club y de Cuba Ron, entidades que han ayudado en otras ocasiones. También, recibimos apoyo de paladares de La Habana y aplicamos a los fondos de las embajadas a través de sus agregados culturales. Además, se realizaron actividades en la Galería Taller “La Lavandería”, proyecto del artista Rafael Pérez Alonso, donde se subastaron obras, camisetas y serigrafías. Otros artistas y músicos siguen haciendo actividades para recaudar fondos y ayudar al evento”, dice Perugorría.
Para el famoso actor cubano, es muy importante reafirmar el compromiso del Festival con Humberto Solás, su fundador y con los gibareños.
“Se mantiene el espíritu interactivo del evento, donde el cine es el que convoca. También va a estar presente el teatro, la danza, exposiciones de pintura y conciertos en vivo. Tenemos invitados especiales como el actor mexicano Damián Bichir, el actor portoriqueño Benicio del Toro, el realizador español Félix Viscarret, así como de directores de cine cubano. Entre los músicos invitados tenemos a Silvio Rodríguez, a cargo la inauguración; y en la clausura, los Van Van. A la plaza de Gibara subirán también Kelvis Ochoa, Pancho Céspedes, David Torrens, entre otros”, añadió el coprotagonista de Fresa y Chocolate.
Desde la perspectiva de Benvenuto, esta edición reinterpreta un Festival que tiene elementos patrimoniales muy fuertes. “Hoy nos damos cuenta, casi 15 años después, de que hay un proyecto patrimonial que está consolidado y solo requiere que nos centremos en algo muy difícil, que es el evento profesional. Gibara hoy te devuelve esa relación especial de la comunidad con los cineastas y te demuestra que está completamente vivo el proyecto de Humberto Solás del Festival de Cine Pobre en el FICGibara.”
Por esto, “era esencial que el Festival volviera a la anualidad, porque en el ámbito de los festivales de cine la anualidad es completamente necesaria. Hay un ciclo muy definido en el cual una película comienza su proceso de exhibición y distribución. Tienen que ir primero a los festivales de clase A, comienza su venta, etc. Ese ciclo tiene un tiempo de uno o dos años y tanto, y en ese proceso todo se mueve. Los filmes suelen intentar ir primero a un grupo de festivales y después tienen las puertas abiertas para que participen en festivales como el de Gibara.”
El certamen no tiene un país invitado, pero estará dedicado a los niños y adolescentes, por comenzar sus actividades justo al inicio de las vacaciones escolares. “Para ellos tenemos preparado un programa con proyecciones de películas, funciones de teatro, talleres de cine, entre otras actividades,” dice Perugorría. Junto a las exhibiciones del FICGibara en la sala del cine Jiba y en la salita pequeña contigua a este, en las mañanas dos pantallas al aire libre proyectarán contenidos para niños y adolescentes.
Uno de los objetivos del Festival es mostrar obras de todos los continentes en todas las secciones, sean competitivas o no. Esto implica retos tecnológicos y económicos, pero sobre todo requiere de películas con calidad.
“El esfuerzo reside en dar un salto en la solidez de la profesionalidad del evento, volver a los niveles a los que llegó en su momento Cine Pobre, en la década 2001-2011, con un contexto completamente distinto en cuanto al escenario de producción, en la calidad de la tecnología digital. Cuando lanzamos el Festival en 2001, en Cuba se hacía una película al año, y los directores de Dogma 95 habían empezado cinco años antes. En América Latina estaban Subiela y Hermosillo haciendo sus primeras películas en digital, y Miel para Oshún, de Humberto Solás, es la primera película que se hace en Cuba en digital institucionalmente.
“Hoy el contexto es otro, tanto a nivel mundial como en Cuba. En el escenario cubano la producción es mucho más grande, con una representación muy considerable de cine alternativo e independiente. Hay una tendencia a un cine de bajo presupuesto, pero no solo es a este tipo de cine al Gibara mira hoy. El Festival se quiere volver a conectar con el mundo del cine alternativo e independiente, y de manera específica con el discurso que de alguna manera se hace con grandes niveles de libertad y del ámbito comercial”, explica Sergio.
El evento coincide con la primera década de la muerte de Humberto Solás. En su honor se presentará una pieza audiovisual dirigida por Manuel Jorge, además de una exposición fotográfica ubicada en el cine Jiba.
“El panel principal [de esta edición] está dedicado al año 1968, con los largometrajes Lucía [Humberto Solás] y Memorias del subdesarollo [Tomás Gutiérrez Alea]. No lo estamos enfocando como un homenaje a Humberto ni a Titón, sino que aprovechamos que ambas películas vienen de una restauración de mucha calidad, realizada en los estudios de Bologna y financiada por Turner Classic Movies y The Film Foundation’s World Cinema Project, de Martin Scorsese. Ambas fueron proyectadas en la 70ma. Edición del Festival de Cannes en su sección de Clásicos del Cine.
“En esta proyección vamos a encontrar elementos nuevos, como una banda sonora del siglo XXI en la que se rescatan muchas cosas. También con una lectura de la imagen del negativo que ni siquiera se pudo ver en su momento, porque los proyectores no podían ir al nivel de los negativos. Al tenerlas ahora restauradas se nos da la oportunidad de crear el encuentro de ambas justo en el año en que cumplen medio siglo de existencia”, añade Benvenuto.
En el Festival habrá un encuentro sobre la música en el cine, con la participación del destacado compositor argentino Osvaldo Montes, quien dirigirá un concierto con la música original del filme El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela. Además, se exhibirá una copia restaurada de ese filme.
Como homenaje muy especial a Gibara, se realizará un evento culinario paralelo, y tendrá un espacio el Festival de Cine de las Cuevas, proyecto gibareño en colaboración con un festival chileno. De forma colateral, organizado con la Red UNIAL, se organizarán espacios de exhibición de las obras realizadas por niños.