El bailarín y coreógrafo cubano Miguel Iglesias ganó el Premio Nacional de Danza 2018 en reconocimiento a su destacado trabajo durante los últimos 34 años como director de la compañía Danza Contemporánea de Cuba (DCC), considerada madre del género en el país y una de las primeras en el mundo.
Al proclamar su fallo, el jurado presidido por Manolo Micler e integrado por el bailarín Carlos Acosta, los coreógrafos Alberto Méndez y Gustavo Herrera, el maestro Santiago Alfonso y los especialistas Vivian Martínez, Bárbara Balbuena y Nieves Laferte, resaltó la trayectoria y los méritos del artista galardonado.
Iglesias recibirá el premio el próximo 28 de abril, en vísperas de la celebración del Día Internacional de la Danza, en el Teatro Mella de La Habana, uno de sus principales escenarios, según informó la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Iglesias no tuvo una formación académica profesional y sus escuelas fueron las compañías, diversas y divergentes que integró como el Ballet de la Televisión Cubana o el Ballet de Camagüey, donde alcanzó el rango de primer bailarín al igual que en su propio conjunto creado en 1959 y entonces nombrado Danza Nacional de Cuba.
Durante su paso por el Ballet de la provincia de Camagüey (centro este), Iglesias estrenó las principales obras contemporáneas creadas por los renombrados coreógrafos Iván Tenorio, Alberto Méndez y Gustavo Herrera crearon para ese grupo de danza.
Medios de la isla rememoran las interpretaciones que realizó Iglesias con su actual compañía de las piezas “Fausto”, “Michelangelo” y “Libertango”.
Su verdadera obra comenzó al asumir la dirección de Danza Contemporánea en abril de 1985, donde impulsó las tendencias más renovadoras, enriqueció su repertorio con más de 300 estrenos mundiales y promovió la creación coreográfica en la compañía.
“Mi ‘librito’ para dirigir es el mismo que consulto para ser persona, dijo Miguel Iglesias para OnCuba.
“Cuando Marianela Boán buscaba el nombre para su compañía le escuché decir danza contaminada. Esa palabra me identificó. Soy un hombre contaminado y para mí eso significa suma de calidades. Lo primero es tener claro que ninguna nueva obra ofrece una disyuntiva. Me interesa que los artistas sean verdaderos y que lo que se haga en escena sea un acto de sinceridad, de dominio. Me agradan las cosas diversas y en una noche trato de ir de un extremo a otro. Busco el respeto a la sinceridad y a la calidad. No me pueden juzgar sin antes sentarse a ver, oír y sentir lo que propongo. Lo que intento es que viajen con la compañía y de paso yo lo hago a través de ella”.
La agrupación insignia de la danza cubana ha ganado también proyección internacional por los proyectos de colaboración con renombrados coreógrafos extranjeros como Jan Linkens, Kenneth Kuanstrom, Luca Bruni, Rafael Bonachela, Annabelle López Ochoa y Mats Ek y el cubano Carlos Acosta.
El pasado año, el colectivo bajo las órdenes de Iglesias presentó 18 espectáculos en el Reino Unido, con buena acogida del público y la prensa europea, y también asistió al Festival Internacional Dance Inversion de Moscú, y actuó en el City Center de Nueva York, en Estados Unidos, y en el Auditorio Nacional de México.
EFE / OnCuba