Estados Unidos y China lanzaron este viernes lo que Beijing llamó “la mayor guerra comercial en la historia económica”, con la imposición recíproca de aranceles por miles de millones de dólares en bienes en medio de una disputa creciente sobre tecnología.
El gobierno estadounidense busca castigar a China por tácticas de desarrollo que, según Estados Unidos, incluyen robar tecnología o presionar a las empresas extranjeras a entregarla. A Washington les preocupa que su liderazgo industrial se vea erosionado por los planes chinos de crear avances tecnológicos en campos que incluyen robótica, biotecnología e inteligencia artificial.
A partir del primer minuto del viernes, Estados Unidos impuso aranceles de 25 por ciento a bienes importados del gigante asiático valorados en 34,000 millones de dólares, el primero de una serie de posibles incrementos que podrían afectar hasta 550,000 millones de dólares en importaciones, más de la mitad de lo que China envió a territorio norteamericano el año pasado.
EU y China inician batalla comercial: activan aranceles por 34 mil mdd https://t.co/6bsTf7L04h
— Proceso (@revistaproceso) 6 de julio de 2018
La primera ronda apunta a los bienes industriales chinos, no a los productos de consumo, en un intento por limitar el impacto en los hogares estadounidenses, pero las empresas que dependen de componentes o maquinaria chiina al final tendrán que trasladar el costo a los clientes.
El Ministerio de Exteriores de China dijo que este viernes también entraron en vigor los “aranceles en represalia”, pero no dio más detalles. El diario oficial People’s Daily informó que los impuestos se impusieron a una lista de bienes difundida el mes pasado que incluía soya, carne de cerdo y vehículos eléctricos.
Los agricultores de soya están particularmente preocupados porque el precio de su producto ha caído 17 por ciento en los últimos meses ante el temor de los aranceles.
Washington “ha iniciado la mayor guerra comercial en la historia económica”, dijo el Ministerio de Comercio en un comunicado. Durante una visita oficial a Bulgaria, el primer ministro chino y segundo al mando en el gobierno, Li Keqiang, aseguró que “nadie gana peleando en una guerra comercial, sin embargo China tomará las medidas en respuesta para enfrentar decisiones unilaterales”.
Las empresas temen que la disputa desacelere el crecimiento de la economía global, pero los mercados financieros asiáticos reaccionaron con calma a los acontecimientos del viernes.
Trump dijo a los reporteros el jueves que en dos semanas se aplicará una nueva alza a los bienes importados de China por un valor adicional de 16,000 millones de dólares.
Después de esto, las hostilidades podrían intensificarse: Trump afirmó que Estados Unidos está listo para gravar importaciones chinas valoradas en 200,000 millones de dólares adicionales –y después 300,000 millones más– si Beijing no cede a las demandas de Washington.
Esto podría elevar el total de bienes chinos afectados a 550,000 millones de dólares, más de los 506,000 millones dólares que exportó a Estados Unidos el año pasado.
China, por su parte, podría responder con medidas similares y poner a Estados Unidos en un fuego cruzado, pues también aliados tradicionales como la Unión Europea, Canadá y México han anunciado respuestas a las medidas estadounidenses contra sus productos.
AP / OnCuba