Los aranceles impuestos por el gobierno del presidente Donald Trump sobre las importaciones de aluminio y acero le costarán 1,000 millones de dólares a Ford, aumentando la posibilidad de que haya aumentos de precios en la industria automotriz.
El director general de Ford, Jim Hackett, dio a conocer la cifra durante una entrevista televisiva este miércoles. En tanto, la compañía dijo que la cantidad representa el costo anual desde marzo de este año hasta el del 2019.
Ford compra la mayoría de sus metales a productores estadounidenses, quienes han subido sus precios debido a los aranceles impuestos a los competidores extranjeros, indicó la compañía.
Otros fabricantes de autos que producen vehículos en Estados Unidos experimentarán aumentos similares, señaló Peter Nagle, analista sénior de IHS Markit. Aunque puedan absorber los aumentos de precios por ahora, eventualmente los fabricantes tendrán que pasar algunos de los costos a los clientes, añadió.
“Están respetando la disciplina de precios por ahora debido a que los clientes no pueden costear precios más altos”, dijo Nagle. Pero si se mantienen los aranceles para el término del mandato de Trump, “obviamente algunos de esos costos tendrían que empezar a pasarse a los consumidores”.
Ford no comentó sobre aumentos de precios, pero señaló que “continuará tomando las decisiones necesarias para seguir siendo competitivo”.
En marzo, el gobierno del presidente Trump impuso un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento a las de aluminio para algunos países, incluido China. Canadá, México y la Unión Europea también fueron objeto de la medida en junio. El gobierno justificó los aranceles diciendo que el acero y aluminio extranjero son una amenaza para la seguridad nacional.
Tras el anuncio de los aranceles, los productores de metales estadounidenses aumentaron los precios cuando las compañías trataron de comprarles antes de que entraran en vigor, dijo Nagle, y agregó que los precios del acero se incrementaron un 25 por ciento desde que se implementaron los gravámenes y que prevé que el aumento alcance 30 por ciento para el próximo año.
Los fabricantes de autos aumentarían los precios ofrecidos o reducirían los descuentos en los vehículos nuevos y camionetas, comentó Nagle. Por su parte, el gobierno federal estudia unos aranceles del 25 por ciento sobre los vehículos importados, alegando nuevamente cuestiones de seguridad nacional. Dichos gravámenes incrementarían los costos, disminuirían las ventas de automóviles y podrían reducir el crecimiento económico de Estados Unidos a la mitad para 2020, aseveró Nagle.
Otros países podrían tomar represalias sobre las importaciones de Estados Unidos.
“No se puede tener una guerra comercial sin la industria automotriz”, puntualizó Nagle.
AP / OnCuba