Oh, Cuba, isla tropical
de extremos y surrealismos,
de graciosos mecanismos,
de humor casi accidental.
Oh, Cuba, verde y frutal,
de chistes y bromas sanas.
Sé que todas las mañanas
me nutres de contenido,
pero “el puntillazo” ha sido
el caso de las manzanas.
Hace varios días leo
posts, blogs, Facebook, telelines,
porque yo estoy todo el time
mirando hacia ti y deseo
lo mejor, me regodeo,
busco, indago, me interesa.
Y estaba solo, en mi pieza,
cuando de pronto pasó:
Como a Newton me cayó
la manzana en la cabeza.
Le zumba el merequetén,
como dice Chivichana.
“¡Vaya, traba tu manzana!”
“¡Ten cuidado, que te ven!”
“¡Traba tu manzana!” “¡Men,
dónde hay manzanas?” “¡Había!”
“¿Dónde?” “En la Puntilla”. “Mía,
quédate tú con el niño
que voy a comprar”. “Cariño,
ojo con la policía”.
Y el tipo llegó y compró
Muchas manzanas. ¡Candela!
Muchas manzanas. ¡Mi abuela!
Muchas manzanas. ¡Coñó!
Y un bloguero se enfadó.
Y la gente de La Habana
estuvo to’ la semana
diciendo que no entendía
para qué alguien quería
tantos kilos de manzana.
Y lo trabaron. Al tipo
lo trabaron en La Habana
con más kilos de manzana
que un manzanal. “¡Pero pipo!”
“Dame agua, que tengo hipo”.
“¡Pero papi!” “¡Un chivatazo!”
“¡Ño, tremendo puntillazo!”
“¡Asere, son pa comer,
no son para revender!”
“¡Acaparador!” “¡Payaso!”
“¿Tantos kilos de manzanas?”
“¿Está loco, compañero?”
“¿De dónde sacó el dinero?”
“¿Tanta plata cómo ganas?”
“¡Tantas manzanas, tan sanas!”
“¡No veinte o treinta o cuarenta!”
“¿Pero usted no se da cuenta?”
“¡Un fruto importado, caro!”
“¡Si encontrar una ya es raro
di tú 15.000!” “¡No mienta!”
“¿Es que pretende implantar
record Guinnes de compotas?”
“¿Y tus demás compatriotas?”
“¿Y los pobres del solar?”
“¿Tienes una Paladar
y haces postres con manzana?”
“¿Es porque te da la gana
o eres drogo-manzanil?”
“¡Apretaste!” “¡15 mil!”
“¡El Appel-man de La Habana!”
“¿Es que te limpiaste un diente
usando una piedra Pómez?”
“¿Con la Manzana de Gómez
no tenías suficiente?”
“¿Es que, no sé, de repente,
un día por la mañana
tú que naciste en La Habana
creíste que por error
estabas en Nueva York
buscando la Gran Manzana?”
“¿Es que hiciste de repente
pactos con Adan y Eva
para comprarle a tu jeba
lo que vende la serpiente?”
“¿Eres appel-dependiente?”
“¿Contrabando?” “¿Simple antojo?”
“¿Te mandaron un despojo
con manzanas?” (No me alegro)
“¿Quieres que el Mercado Negro
pase a ser Mercado Rojo?”
Es que Carlitos Varela
quiere hacer otra versión
de su famosa canción
para hacer una secuela
en la que la flecha vuela
sobre la cabeza en llamas
de 15 mil o más chamas
que confían en que él,
Carlos, no Guillermo Tell,
devuelva el fruto a las ramas?”
Dicen que Guillermo Tell
Salió de Carlos Tercero
(Carlos Varela Primero
salió delante de él)
y dijo: “Qué desnivel,
tal pleito no me interesa”.
“¿Sabes por qué esta torpeza,
esté lío y confusión?
Porque llevan mucho con
“la manzana en la cabeza”.
“¿Es que tu familia quiere
comer más apples que yo?
¿O es que Steve Jobs te dejó
acciones en Mac, asere?”
“¿Es que tu gente se muere
sin manzanas?” “¡Vaya tema!”
“¿Y ahora qué?” “¡Vaya dilema?”
“¡Que te pueden meter cana!”
“¿O vendrá Spiderman-zana
a resolverte el problema?
Y a la siguiente semana
de formarse el titingó
Superman-zana voló
entre New York y La Habana.
La Seguridad cubana
lo dejó pasar volando
(por supuesto, vigilando)
y este pidió en La Puntilla
Infusión de “manzanilla”
con tilo. Estaba temblando.
Superman-zana gritó:
“Líos con Tell y su hijo”.
Y Ironman-zana le dijo
a Catwoman-zana: “¡Oh, no!”
Spiderman-zana entró
en La Puntilla y de urgencia
les pidió a todos paciencia:
“Mandaré un Whatsap express
a ver si Elpidio Valdés
ejerce sus influencias”.
¡Pero Dios, qué cosa es esto!
Si hasta Roberto Manzano,
el gran poeta cubano
está afectado y molesto.
Dicen que ha ido, indispuesto,
al Carnet Municipal
y que el poeta al final
para evitar el fandango
se ha puesto Roberto Mango,
apellido tropical.
Me han contado que en La Habana
(quizás por no provocarle)
ya nadie se atreve a darle
una vuelta a la manzana.
Que el inspector. Que la fiana.
Dicen que hay gran nerviosismo
Y que ahora por eso mismo
cáscara, semilla y pulpa
le quieren echar la culpa
al Manzisno-Leninismo.
Y que por un parentesco
que tiene varios relieves
la bruja de Blancanieves
mandó un escrito a la UNESCO,
con lenguaje un poco fresco,
jubilosa, emocionada.
Decía: “Vaya jornada
en Cuba. Todo perfecto.
Continúa haciendo efecto
mi manzana envenenada.”
La paradoja mayor:
hay en la calle Concordia
manzanas de la discordia
vendidas al por menor.
“¡Una por persona! “Horror!”
“Ya cogió”, “Vuelva mañana”.
Está revuelta La Habana.
Tremendo guirigaray.
Hay quien dice que hasta hay
gusanos en la manzana.
Las compotas de manzana
que venden en el Ten Cent
formaron lío también
el jueves por la mañana.
Un restaurant de La Habana
que se encuentra en El Vedado
ha escrito y ha confesado
que pasó enorme bochorno
pues “se negó a asar mi horno
las manzanas que he comprado!”
Dice que el horno, asustado,
dijo con gesto insultante:
“Enséñame el comprobante
de dónde las comprado”.
Dice que él, anonadado,
lo empezó a mirar de frente
y que el horno, ya caliente,
con tono de inquisidor
le gritó: “¡Acaparador!,
¡egoísta!, ¡mala gente!”
Manzanas Golden gritando.
Manzanas Gala enfadadas.
Manzanas Royal cansadas.
de tener que estar posando.
Manzanas Fuji dudando
de si eran o no manzanas.
Manzanas Pink Lady, sanas,
con fiebre y escalofríos.
Manzanas Granny con líos
de tensión, pochas, insanas.
Reuniones de vecinos.
Whatsapeo. Titulares.
Chismes en las paladares.
Bolas, cuentos de caminos.
Urbanitas. Campesinos.
El estudiante. El obrero.
Y pregunta un extranjero:
“¿Pero esta fruta extranjera
es producto de primera
necesidad, caballero?
Y a la siguiente semana
se formó tremenda cola
en una tienda, una sola,
donde sacaron manzana.
Adán desde la ventana
pidió el último y bajó.
Carlos Varela marcó
para él y el viejo Guillermo
(que dijo que estaba enfermo)
y en un contén se sentó.
Eva, con su hoja de parra
también se puso en la fila
y Adán, le dijo: “Tranquila”,
“traba esta jabita, agarra”.
Steve Job le dijo a un narra:
“Oye, bróder, cuánta gente!”
“¿El último”, de repente
gritó Armando Manzanero.
Y aunque dije: “¡Usted primero!”,
se le coló la serpiente.
Y aquí estamos, esperando.
En fila india. A la sombra.
La fruta nadie la nombra
pero todos salivando.
Cientos, miles, aguardando.
La niña. El joven. La Abuela.
El turista. El centinela.
Qué cola. “Ay, mamá, me aburro”.
Y en la del plátano burro
ni una persona . ¡Candela!
Y Luis Alberto García,
el actor de Clandestinos
gritó: ¡Sacaron pepinos
en aquella frutería!
Codazos. Algarabía.
La gente se volvió loca.
Y cuando quedaba poca
gente o nadie alrededor
le dijo al despachador:
“Diez manzanas, que me toca”.
El caso manzanas es la prueba de que en Cuba no se va a permitir acumulación de riquezas ya sea mineral o vegetal. Gracias Alexis por ponerle neuronas a este tema.
MUY BUENO ALEXIS… Pero se te olvidó mencionar por su nombre, ya que mencionaste a todo el mundo con nombres y apellidos, a la persona que desató el titingó… Claro,, entiendo que Sánchez es difícil de rimar… Pero… / Iroel rima con hiel, / con coronel, con pastel…/ Rima también con burdel, / con cuartel y con infiel…/ Sigue rimando con cruel / y no rima con serpiente, / pero sí con cascabel…
Saludos…
Casimiro…felicidades por completar la genial poesía de Alexis…jajajaja / Iroel rima con hiel, / con coronel, con pastel…/ Rima también con burdel, / con cuartel y con infiel…/ Sigue rimando con cruel / y no rima con serpiente, / pero sí con cascabel…