La final de la Copa Libertadores de América enfrentará por primera vez en la historia a los protagonistas del superclásico argentino: River Plate y Boca Juniors.
Los dos gigantes de Argentina superaron las semifinales de la competición al desbancar a los brasileños Palmeiras y Gremio, aunque no con la misma solvencia, pues los Millonarios necesitaron de una remontada, mientras el cuadro xeneize avanzó con más tranquilidad.
Boca Juniors había ganado 2-0 en el partido de ida, efectuado en La Bombonera, y en la vuelta empataron a dos goles en casa del Palmeiras. Los brasileños, dirigidos por Luiz Felipe Scolari, soñaron desde temprano con la remontada por un tanto de Bruno Henrique, pero todo se desvaneció al ser anulado por fuera de lugar que señaló el videoarbitraje (VAR).
Poco tiempo después, Ramón Ábila aprovechó un error de la zaga del Palmeiras y abrió la cuenta para Boca, abriendo la diferencia global a tres dianas.
“Felicidad, hoy estamos contentos, la verdad. Fue duro, costó; estamos donde queremos y vamos a disfrutarlo ahora”, manifestó Ábila, quien calificó el venidero pleito con River como una posibilidad histórica.
Tal cual expresó Ábila, el camino de Boca hasta la clasificación no fue tan sencillo, porque los brasileños anotaron par de goles (Luan y Gustavo Gómez) en el segundo tiempo que los hizo resurgir de sus cenizas. Sin embargo, de nuevo Darío Benedetto se erigió en héroe de los xeneizes al subir el empate al marcador en el minuto 70.
El ariete había entrado de cambio, como en el partido de ida, y otra vez fue decisivo con un disparo cruzado desde fuera del área. Ese gol silenció las tribunas del Palmeiras, cuya rebelión no llegó a consumarse.
“Llegamos a la final merecidamente”, declaró Gustavo Barros Schelotto tras el choque. Ante el panorama del primer choque contra River en la final, precisó que el descanso y la recuperación serán claves. Su hermano mellizo, Guillermo Barros Schelotto, entrenador de Boca, miró el partido desde un palco debido a que estaba suspendido por la CONMEBOL.
Un día antes, River Plate coronó una épica remontada con su triunfo por 2-1 sobre el monarca defensor, el Gremio de Porto Alegre, y avanzó a la sexta final de su historia, cinco menos que las alcanzadas por Boca Juniors.
River perdía 1-2 en el global cuando entraron al descuento del partido de vuelta. En dicha instancia, el árbitro uruguayo Andrés Cunha, auxiliado por el VAR, señaló un penal por mano de Bressan.
La protesta airada de los jugadores del Gremio no sirvió de mucho y Gonzalo Martínez cobró la pena máxima para sentenciar la eliminatoria a favor de los Millonarios, cuyos dos goles de visitante le abrieron el camino a la final.
“Nosotros ganamos por nuestra actitud y siguiendo las órdenes del técnico”, dijo el “Pity” Martínez, quien cobró de forma impecable con un disparo al lado contrario del portero Marcelo Grohe. “Desde un principio fuimos creciendo ante un rival que demoró el partido”.
Los argentinos dieron una mejor imagen en la vuelta contra el Gremio, pero se encontraron en desventaja de 0-2 a falta de diez minutos para el final, cuando Rafael Borré cabeceó un centro y puso el primer tanto de River.
Los Millonarios apretaron en la recta conclusiva y se toparon con la mano de Bressan y el VAR, que a la postre determinó el penal. “Esta es una alegría enorme. Nunca dejamos de creer que podíamos remontarlo”, señaló Lucas Pratto.
River Plate, con tres títulos en Copa Libertadores, hizo recordar la remontada que protagonizaron en 2015 ante el Cruzeiro de Brasil, aunque en cuartos de final. Tras perder en el ida 1-0, River dio vuelta con una goleada de 3-0 como visitante y pasó a semifinales para coronarse en esa edición del evento.
Ahora los Millonarios se medirán en la final a su eterno rival, Boca Juniors, que busca su séptimo título en la Libertadores. La definición será en dos partidos (todavía no se han pactado las fechas) por última vez, pues a partir de la edición del próximo año habrá un solo encuentro, con sede prestablecida, tal como ocurre en la Liga de Campeones de Europa.