El presidente de EE.UU., Donald Trump, regresará a Londres en junio, pero también lo hará el dirigible “Trump Baby”, un globo de 6 metros de altura que representa al mandatario como un bebé llorando en un pañal.
Así lo confirmaron los organizadores de las protestas que acompañaron a Trump durante su visita de trabajo al Reino Unido en julio de 2018. Entonces, “Trump Baby” acaparó impagenes y titulares a lo largo del mundo, algo que debe repetirse esta vez, tras la confirmación de que no habrá un globo más grande.
“El dirigible original Trump Baby definitivamente regresará”, dijo a la cadena televisiva CNN Leo Murray, uno de sus creadores, quien aseguró que los organizadores de las protestas están considerando “otras intervenciones creativas”.
“Habíamos estudiado la puesta en servicio de un globo más grande, incluida la obtención de cotizaciones para globos de aire caliente, pero decidimos no hacerlo porque es muy caro”, explicó.
La imagen del dirigible volando junto al Parlamento se convirtió en el icono de las protestas masivas, en las que según los organizadores participaron alrededor de 250,000 personas. En esa ocasión, Trump se mantuvo alejado de Londres gran parte del tiempo, pero ahora pudiera ser diferente.
El mandatario estadounidense realizará su primera visita de Estado al Reino Unido, según anunció el Palacio de Buckingham este martes, por lo que Trump debe pasar más tiempo en la capital británica y podría tener que enfrentar a su doble volador.
“Si él va a dirigirse al Parlamento… entonces volarlo de nuevo desde la Plaza del Parlamento sería perfecto”, dijo Murray. “Trump Baby destruye su fantasía sobre cómo lo ve el mundo”.
Cuando visitan Londres, los líderes extranjeros suelen dirigirse a los legisladores en el Parlamento, así como reunirse con la Reina y otros miembros de la familia real. Pero varios parlamentarios esperan bloquear su posible discurso, y más de 60 han apoyado una moción para pedir que se revoque su invitación, de acuerdo con la CNN.
“Donald Trump, engañado, deshonesto, xenófobo, narcisista, no es amigo de Gran Bretaña”, escribió el martes David Lammy, diputado del Partido Laborista de la oposición, en Twitter. “No está en condiciones de ocupar cargos públicos, y mucho menos ser digno de los honores más altos de nuestro país y de un banquete con la Reina. Theresa May está vendiendo el Reino Unido a un mentiroso y un tramposo”.
Muchas personas también han mostrado en las redes sociales su respaldo a una nueva protesta durante la visita. Analistas consideran que en medio de las disputas internas y con la Unión Europea por el Brexit, el momento no es apropiado para la visita del mandatario estadounidense.
A visit from Donald Trump is the last thing the UK needs right now | Analysis by @lukemcgee https://t.co/ze7LqblHlC pic.twitter.com/zTBI3SQsRy
— CNN International (@cnni) April 24, 2019
En 2018, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, a quien Trump ha insultado con frecuencia en Twitter, aprobó la solicitud de que el dirigible volara después de que más de 10,000 personas firmaron una petición y se recaudaron 16,000 libras esterlinas en una campaña de financiación colectiva. Un portavoz del alcalde insinuó que otra solicitud sería aprobada esta vez.
“Cualquier solicitud de vuelo en tierra que gestione la Autoridad del Gran Londres será juzgada por los mismos criterios que la última vez por parte de los funcionarios de GLA, la policía y la Autoridad de Aviación Civil”, dijo en un comunicado enviado a CNN.
Trump ha criticado a Khan en varias ocasiones, incluso después de los ataques terroristas en Londres, y el alcalde, a su vez, ha dejado en claro su oposición al presidente.
La primera ministra británica, Theresa May, invitó a Trump a hacer una visita de Estado al Reino Unido cuando se reunió con él luego de su toma de posesión. En una declaración publicada el martes, la Casa Blanca dijo que la visita “reafirmará la relación constante y especial entre Estados Unidos y el Reino Unido”.
Sin embargo, el propio Trump podría torpedear el pretendido buen clima de las relaciones, tras su apoyo en redes sociales a una teoría de la conspiración según la cual la inteligencia británica habría ayudado a la administración Obama a espiar su campaña presidencial
El mandatario respaldó las acusaciones de un ex analista de la CIA y escribió que “cuando la verdad salga a la luz, ¡será una belleza!”.
GCHQ, la principal organización de espionaje digital del gobierno del Reino Unido, calificó la afirmación de “absolutamente ridícula”.
“Como dijimos anteriormente, las acusaciones de que se pidió a GCHQ que realizara ‘escuchas telefónicas’ contra el entonces presidente electo no tienen sentido. Son absolutamente ridículas y deben ser ignoradas”, dijo la organización a la agencia Reuters.