Recorrer La Habana junto a Catalina Lasa es la propuesta editorial del célebre arquitecto cubano Mario Coyula Cowley, presentada en el marco de la edición veintitrés de la fiesta del libro cubano.
Catalina, libro publicada bajo el sello de Ediciones Unión, marca el debut como novelista del Premio Nacional de Arquitectura 2001.
Sin embargo la nueva faceta como creador de obras de fición de Coyula fusiona ambos oficios del también Premio Nacional de Patrimonio, 2013. La protagonista del texto no es otra que la patricia criolla Catalina Lasa, a quien su segundo esposo, el hacendado Juan Pedro Baró, construyera una lujosa mansión ubicada en la calle Paseo del Vedado (hoy, Casa de la Amistad). Tras el fallecimiento de Catalina en 1930, éste además encargó la construcción de un magnífico mausoleo Art Decó en la Necrópolis de Colón.
Catalina y Juan Pedro fueron protagonista de la escandalosa historia de amor que estremeció la sociedad cubana a principio del siglo XX, cuando aún no existía Ley del Divorcio en Cuba.
¿Por qué ese interés por Catalina?
Catalina siempre me interesó mucho, además en casa desde niño oía hablar de ella. Mi abuelo había peleado en la guerra junto al hermano de ella, e hicieron juntos la invasión de Oriente a Occidente.
Para mí Catalina Lasa es la Ana Karénina tropical y, te hago una confesión: influyó mucho que era muy linda y tengo debilidad por la belleza.
¿Cuánto hay de ficción en la obra?
Muchas de las cosas que describo sucedieron de verdad pero otras no. Mezclo los tiempos y los personajes por eso recomiendo leerla con cuidado hasta que reconozcan o entiendan el truco.
¿Influyó la arquitectura de la casa de Catalina para la documentación y descripciones que realiza?
Sí, un capítulo largo es la casa y hay también mucho de la arquitectura de La Habana, sobre todo de El Vedado, donde se encuentra su última residencia y la capilla donde descansan sus restos, que es una joya, una obra maestra del maestro vidriero y joyero francés René Lalique, que era amigo de ella y de Baró.
En la novela hay tres personajes centrales, Catalina, el arquitecto que la asedia y Baró, el esposo. Sobre éste último no muestro una visión muy positiva, reflejo un contraste entre él y la familia de Catalina que era pro independencia, su hermano fue Coronel en la guerra; por su parte Baró siempre estuvo muy pendiente de no complicarse la vida en la conflagración y marchó a Paris, lo más lejos posible, para no verse implicado en aquel ámbito que cambiaría el destino del país .
Te cuento más, poco a poco el personaje de Catalina cede su espacio y entra con más fuerza el arquitecto, lo cual me permite tratar más los años 40 y 50 que también es una época que no se conoce o se maneja bien en Cuba.
Todas esas clases sociales están abordadas muy esquemáticamente en nuestro país. La representación es que todos los mambises eran héroes sin tacha, lo cual no es verdad, pero además en el esbozo aparece que todos los que murieron eran héroes mientras que los que se quedaron vivos y entraron en la política se volvieron unos bandoleros, y tampoco eso es verdad.
Mi abuelo fue un ejemplo de eso, estuvo implicado cuarenta años en la política y no robo un centavo, se hizo famoso por eso aunque, en realidad, no era lo corriente.
En cierta medida, yo estaba en deuda con ese mundo y con romper el esquema, el mito, de que los adinerados eran unos torpes y no sabían cómo gastarlo.
Catalina tuvo una primera edición, ¿dónde y qué otros documentos enriquecen a la impresión cubana?
La primera edición de mi novela fue en Sevilla, España, pero me quedé con los derechos porque tenía interés que se publicara en Cuba, como ahora sucedió, y con los derechos para la versión en inglés que todavía no se ha materializado.
En esta segunda edición corregí muchos aspectos, le quité información exagerada, añadí fotos originales de la mansión de Paseo 406 que conseguí con una sobrina nieta de Catalina Lasa cuando leí algunas escenas de la versión original del libro en 2011 en Miami.
Fotos tomadas de Internet