Las mujeres solteras y de cualquier orientación sexual ya no tendrán que viajar al extranjero para tener hijos, según una propuesta de ley que les daría acceso por primera vez a técnicas médicas de reproducción asistida.
El gobierno del presidente, Emmanuel Macron, ha presentado un borrador de ley sobre bioética que incluye ampliar la lista de personas que pueden optar a tratamientos como la inseminación artificial y la fecundación in vitro, o FIV. La ley francesa actual restringe las técnicas de reproducción asistida a parejas heterosexuales con problemas de fertilidad.
La ley de reproducción asistida provocará con certeza un fuerte debate cuando llegue el mes que viene al Parlamento, donde el partido centrista de Macron tiene mayoría. La propuesta de ley llega cinco años después de las protestas masivas contra el matrimonio homosexual en Francia, que fue legalizado, y en medio de un descenso de popularidad de Macron debido a las protestas de los Chalecos Amarillos por su política económica.
Según el borrador de ley, el sistema nacional de salud francés cubriría el coste de la reproducción asistida para todas las mujeres dentro de un límite de edad que aún no se ha fijado, para cuatro rondas de tratamiento por embarazo. El texto también permite levantar el anonimato de los donantes de esperma a petición de los hijos de esos donantes cuando cumplan 18 años, en lugar del estricto anonimato que existe ahora. La ley no levanta la prohibición de los vientres de alquiler.
La ley impediría que bebés y madres se queden al margen del sistema legal francés y les daría acceso al generoso sistema sanitario del país.
Los cambios eran una reclamación clave de grupos LGBT franceses tras la legalización del matrimonio homosexual en 2013.
“Esto es sencillamente una medida de igualdad para las ciudadanas francesas, sea cual sea su orientación sexual”, indicó en un comunicado la Asociación de Padres Gays y Lesbianas y Futuros Padres.
Aunque el gobierno galo dijo estar respondiendo a los cambios en la sociedad, muchos activistas conservadores religiosos o de ultraderecha se oponen férreamente a la ley de bioética. Veinte grupos conservadores ya han convocado una protesta en octubre en contra de la medida, que dicen creará niños sin padres. También temen que termine llevando a la legalización de la maternidad subrogada.
La reproducción asistida para parejas lesbianas o mujeres solteras o ambas ya es legal en 18 de los 28 países de la Unión Europea. Si pueden permitírselo, las mujeres francesas que ahora no pueden hacerlo en casa suelen ir a las vecinas España o Bélgica, donde una ronda de FIV cuesta varios miles de euros.