El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, se reunió el lunes con el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador con la intención de impulsar la cooperación bilateral y regional, en su primer viaje al extranjero desde su triunfo en las elecciones en octubre.
Fernández dijo que los temas abordados con López Obrador en sus conversaciones privadas, en el Palacio Nacional, incluyeron mejorar lo que describió como una deteriorada relación comercial bilateral y la preocupación mutua sobre los levantamientos políticos en países como Chile y Ecuador. Añadió que tocaron vagamente el tema de la crisis política de Venezuela dado que las posturas de ambos son bien conocidas.
Fernández indicó que ambos comparten una visión similar del continente americano y el mundo, y esbozaron un punto de vista regional que da prioridad a la igualdad y al apoyo a las personas marginadas.
Con Alberto Fernández, presidente electo de Argentina, conversamos ampliamente como si nos conociéramos de toda la vida. Además, a nuestros pueblos los une una entrañable amistad. pic.twitter.com/dJ2GU5rMXe
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) November 4, 2019
“Son alternativas a lo que ha imperado en los últimos años, por ejemplo, en Argentina, y es la búsqueda de volver a encontrar un sistema político que devuelva la equidad perdida en América Latina, el equilibrio y la igualdad social perdidos en América Latina”, afirmó Fernández en una conferencia de prensa tras la reunión.
Expresó tener la “satisfacción de encontrarme con alguien que piensa tan parecido a mí”.
Después de vencer al presidente conservador Mauricio Macri el 27 de octubre, normalmente algún socio sudamericano habría sido objeto de una primera visita de Fernández en lugar de la Ciudad de México, que se encuentra a 10 horas en avión de Buenos Aires y está mucho más vinculada con Estados Unidos a nivel comercial y en otras áreas.
Pero había pocas opciones adecuadas cerca de Argentina. Brasil y Colombia están gobernados por mandatarios conservadores con los que Fernández tiene poco en común ideológicamente, mientras que países con gobiernos izquierdistas como Venezuela y Bolivia padecen sus propias crisis políticas. El vecino Chile también está encabezado por un presidente conservador, y se encuentra en medio de unas protestas que han dejado fallecidos y gran cantidad de lesionados. Los analistas afirman que haber visitado ese país habría sido considerado una validación del uso de la fuerza gubernamental contra los manifestantes.
Así, el presidente electo recurrió al hemisferio norte y a López Obrador, un político de centro-izquierda de mentalidad similar a la suya más conocido por sus iniciales AMLO, y que considera que la piedra angular de la política exterior de México es la no intervención en asuntos de otros países y la no confrontación desde que asumió el puesto en diciembre pasado.
“México está muy lejos, con pocos vínculos”, dijo Shannon O’Neil, miembro del programa Latin America Studies en el centro de investigación Council on Foreign Relations, “pero retóricamente es izquierdista, y por lo tanto es seguro”.
“Creo que (Fernández) está tratando de situarse públicamente dentro de Latinoamérica, y eso descarta un amplio número de países”, coincidió Gregory Weeks, un politólogo especializado en América Latina de la Universidad de Carolina del Norte. “Así, lo que él puede decir es que ‘más o menos me encuentro en las mismas líneas que AMLO’, y por lo tanto simbólicamente puede seguir adelante desde allí. Él ha establecido que ‘le doy prioridad a la izquierda’, y después de eso puede visitar Brasil u otros países”.
Argentina vive su propia crisis con una inflación descontrolada, un profundo endeudamiento y una pobreza generalizada. Fernández señaló que su investidura del 10 de diciembre no significa que las cosas vayan a cambiar de la noche a la mañana y que el país aún deberá hacerle frente a su realidad económica, de cuyos problemas responsabiliza a su predecesor.
“El día 10 de diciembre cambia un gobierno, no cambia la realidad económica”, advirtió, y añadió que en los últimos tres años la deuda externa de Argentina subió a 95% del producto interno bruto, 40% de sus compatriotas estarán en la pobreza cuando asuma el puesto y que solucionar la crisis no será fácil.
En cuanto a la deuda, dijo: “No es que no queramos pagar… Las obligaciones hay que cumplirlas. Lo que tienen que entender es que no podemos cumplirlo pidiéndole más sacrificio a nuestra gente”.
Fernández dijo que Argentina y México comparten vínculos culturales profundos y que el país sudamericano tiene una “deuda eterna de gratitud” con los mexicanos por haber recibido a miles de personas que huyeron al exilio político durante la dictadura militar de hace unas décadas.
Indicó que la relación comercial entre ambas naciones se vino abajo y ahora el desafío es reconstruirla. Más tarde el lunes se reunió con líderes del sector privado mexicano para alentarlos a hacer negocios en Argentina, y se entrevistó con el multimillonario Carlos Slim, uno de los hombres más acaudalados del mundo.
Ayer me reuní con Carlos Slim y otros empresarios mexicanos que tienen inversiones en Argentina. Les anticipé la situación crítica que deja el macrismo y nuestra decisión de revertir ese cuadro.
Todos me expresaron su confianza y su compromiso de seguir invirtiendo en el país. pic.twitter.com/xIt1IVIyfI
— Alberto Fernández (@alferdez) November 5, 2019
“La Argentina necesita inversiones”, afirmó Fernández.
“Nosotros en lo que podamos vamos a procurar ayudar en la adquisición de bienes que se producen en Argentina, para que el pueblo de Argentina –con su nuevo gobierno– puedan enfrentar la crisis económica”, dijo López Obrador el lunes.
Pero Weeks señaló que probablemente hay un límite a qué tanto puede crecer la relación comercial, dados los tratados que ambos países ya tienen establecidos con vecinos.
“Pueden establecer algunos acuerdos nuevos en comercio o energía o algo por el estilo, pero creo que Argentina tiene sus raíces en Sudamérica y estará trabajando con el Mercosur, con Brasil, tan sólo debido a la relación histórica”, señaló. “Así, para mí es difícil que esto se convierta en algo grande”.