El desempeño del presidente Donald Trump en Twitter ya no es solo motivo de críticas por parte de sus detractores. También aliados y miembros de su gobierno encuentran “incómodo” los constantes tuits del presidente, en particular los que arremeten contra sus rivales.
Las más recientes críticas a Trump han venido de cerca, del secretario de Justicia William Barr, quien criticó públicamente al presidente este jueves al decir que sus tuits sobre los fiscales y sobre casos abiertos del Departamento de Justicia “me imposibilitan hacer mi trabajo”.
Las declaraciones de Barr, realizadas durante una entrevista con ABC News, tienen lugar apenas unos días después de que la Secretaría de Justicia revirtiera la decisión de sus propios fiscales sobre el exaliado y confidente de Trump, Roger Stone –sentenciado inicialmente entre 7 y 9 años de cárcel– y tomara la medida extraordinaria de reducir la sentencia recomendada, aunque sin difundir la magnitud de la reducción. El mismo Barr ha sido objeto de críticas por este cambio.
De cualquier forma, los analistas consideran “sumamente inusual” que un miembro del gabinete critique al mandatario, especialmente un funcionario leal a Trump que comparte sus posturas sobre la expansión de poderes ejecutivos.
El comentario del jueves podría haber sido una defensa de Bar a su propia integridad, un intento por salvar su reputación y la del Departamento de Justicia. Las declaraciones, realizadas poco después de anunciar el cambio en la sentencia, dejan entrever que estaba al tanto de que el cambio de postura socava la reputación histórica del departamento como un organismo independiente del ámbito político. Sin embargo, se negó a reconocer irregularidades de alguna de las partes.
Otros expertos ven ello una estrategia republicana para proteger la imagen pública del presidente y el Partido, salvando a Trump “de sí mismo”, algo que, no obstante, pudiera no gustarle al presidente.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, dijo que a Trump “no le molestó el comentario en lo absoluto y que tiene el derecho, al igual que cualquier otro ciudadano estadounidense, de opinar públicamente”. Añadió: “El presidente tiene plena fe y confianza en que el secretario de Justicia Barr haga su trabajo y haga respetar la ley“.
Pero Trump tiene poca tolerancia a las críticas de parte de sus aliados, especialmente a las públicas, y por lo general responde de alguna manera. Y la tenue respuesta de la Casa Blanca crea dudas de si los comentarios de Barr fueron en coordinación con la presidencia.
Barr aseguró que los tuits del presidente crearon “problemas de percepción“ para el departamento que ponen en entredicho su independencia, pero negó que existiera alguna orden del presidente y dijo que los mensajes del mandatario no tuvieron peso en la reducción de la sentencia de Stone.
AP / OnCuba