La suspensión de los vuelos de Canadá hacia Cuba, México y el resto del Caribe, anunciada por el primer ministro Justin Trudeau, entró en vigor este domingo, asestando un duro golpe al turismo de la región caribeña y, en particular, al cubano.
La suspensión forma parte de un conjunto de medidas dirigidas a desalentar a los canadienses de viajar al extranjero en medio de la expansión de la COVID-19.
“Hoy puedo anunciar que a partir del domingo, los vuelos entre Canadá y los destinos del sol, específicamente el Caribe y México, se suspenderán hasta el 30 de abril”, dijo Trudeau el pasado viernes en declaraciones reproducidas por Le Journal de Montreal. Eso significa que durante 90 días, y en pleno período de vacaciones, los canadienses no podrán volar a esos destinos.
Trudeau anunció las nuevas medidas con el fin de evitar que los contagios sigan creciendo y para tratar de prevenir una expansión masiva de las nuevas cepas del virus descubiertas en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.
“Air Canada cree que un enfoque de colaboración con el gobierno de Canadá en el que participen todos los transportistas aéreos es el mejor medio para responder a la pandemia de la COVID-19, especialmente teniendo en cuenta las preocupaciones en torno a sus nuevas variantes y los viajes durante el período de vacaciones de primavera”, dijo la aerolínea.
“A través de la consulta hemos establecido un enfoque que nos permitirá lograr una reducción ordenada del servicio a estos destinos, que minimice el impacto en nuestros clientes y apoye los importantes objetivos de salud pública para gestionar la COVID-19.
La ausencia de visitantes canadienses a los polos turísticos de la Isla supone un duro escollo a la recuperación del sector y a la economía cubana en general. Su entrada en vigor tiene lugar en momentos en que Cuba experimenta su peor rebrote de la enfermedad, durante el cual sus autoridades confirmaron la detección en la Isla de la cepa sudafricana.