Cuando, a inicios de 2021, ocurría la revolución de los NFT (tokens no fungibles) en el mundo del arte, dos mujeres decidieron comenzar en Cuba un proyecto de enfoque feminista para dar visibilidad y curar obras de artistas digitales de la Isla.
Luisa Ausenda, Manager de Proyectos Internacionals y especialista en ventas en Galleria Continua, además una italiana maestrante en la Universidad de La Habana, decidió unir fuerzas con la cubana historiadora del arte y profesora Gladys Garrote, para fundar el proyecto Clit Splash, una plataforma que se propone curar arte digital cubano desde las minorías.
En apenas dos meses de fundado, el proyecto ha acogido a jóvenes creadores de diversas manifestaciones del arte, con ventas exitosas en plataformas como Open Sea y Foundation.
El término Clit —cuenta Luisa— viene de clítoris y Splash del sonido de chapoteo en el agua (en inglés), una alegoría a la acción de navegar en los mares abiertos del arte digital, como el propio Open Sea.
¿Cómo surge el proyecto?
Luisa: Empezó porque Gladys y yo estábamos colaborando con otra plataforma de blockchain de NFTs hace más o menos un año, que se llama Snark.art. Trabajando con ellos nos dimos cuenta de varias cosas. Primero, que en el espacio NFT existe la posibilidad de curar. Curar no sólo exposiciones, por ejemplo, en plataformas 3D como Decentraland, Somnium o Cryptovoxels, sino curar hasta un drop (modalidad de venta rápida por subasta online). Es hasta posible curar la obra que uno quiere poner en su propia plataforma, sea cual sea.
Y no solo eso, también nos dimos cuenta de que, así como en el mundo del arte tradicional, en el mundo digital cripto también se repite el patrón por el cual el grupo de artistas más representado es siempre el masculino. Entonces decidimos curar desde Cuba este proyecto para artistas menos representados de la Isla, o sea, las mujeres y cualquier tipo de minoría, ya sea de género o de raza. Ahí fue que nació Clit Splash como idea, y luego pasó a ser algo más, porque también colaboramos con artistas internacionales.
¿Qué han podido lograr hasta el momento en el mundo del arte cripto?
Gladys: El mundo cripto, si bien es un nuevo canal de circulación más propio para la creación nativa digital, también tiene sus propias reglas, su propio universo visual y ha sido muy interesante ir aprendiendo y crear Clit Splash desde esta noción de arte, de arte nativo digital. Y es muy interesante lo que hemos estado viendo en el circuito artístico de Cuba, cómo las propuestas se han ido desarrollando hacia estas iniciativas y cómo hay artistas también que ya tenían una obra desarrollada en lo digital y no habían tenido los recursos ni los canales para presentar esto en exposiciones, en galerías. En ese sentido, creo que Clit ha servido de puente para que muchos se adentraran en este universo.
Luisa: Ahora mismo nosotros estamos intentando crear un proyecto que —visual y conceptualmente— pueda ser reconocible por una serie de temas y características que nos interesan, como el tema de género, de la identidad, de qué es la feminidad y quién la trabaja, que —según nosotras— no son solo las mujeres quienes tienen el derecho de representar lo femenino.
¿Qué retos tiene en el camino Clit Splash?
Gladys: Yo creo que evidentemente hay una dificultad tecnológica, que ya no depende de nosotras sino de la situación con la tecnología de Cuba. También, que si bien llevábamos trabajando un año como curadoras en el universo NFT, había sido un rol pasivo en lo que se refiere a disponer de recursos propios para colocar las obras en estas plataformas. Nosotras funcionábamos como curadoras; mediábamos entre los artistas y la plataforma, pero esa zona no formaba parte de nuestras tareas. Y es algo que tuvimos que incorporar, que estudiar, para familiarizarnos con estas webs y estas vías de visibilización y venta de NFT.
¿Cuáles son algunos de los artistas que han vendido o mostrado hasta el momento?
Luisa: Yo he invitado a Idania del Río, fundadora de Clandestina y una de sus obras es el famoso dinosaurio de Google Chrome, el T-Rex que Idania diseñó en 2014 cuando en Cuba todavía no había buen acceso a internet. Enseguida se vendió.
Por otro lado, Alejandra González, una artista cubana jovencita, de 24 años, que tiene una obra en físico, ella es fotógrafa, hace performances, y en ese sentido fue un éxito porque no solo tuvo un nuevo canal para expresarse artísticamente, sino que también el público y los clientes de Clit Splash lo apreciaron muchísimo. La subasta digital fue un “sold out” en ocho minutos.
Otra artista con la que trabajamos es Liz Capote. También es una artista muy joven, graduada en el Instituto Superior de Diseño (ISDI) como diseñadora gráfica. Liz Capote tiene una obra que incluye no solo el dibujo sino la pintura, a través de acuarela, y también ha hecho otros trabajos de escenografía. Liz hace a veces los rendering de sus dibujos en digital, por ser diseñadora gráfica trabaja muy bien el arte digital.
Gladys: Esto es algo que está apenas comenzando. Trabajamos varios artistas más, y otros se irán incorporando próximamente. Creemos que este es el futuro y ahí estaremos para gestionar y representar a más creadores, siempre desde lo que nos une como colectivo feminista y plural.
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Nota:
Transcripción: Leyda Machado Oramas.