La calle Obispo es una de las más antiguas de La Habana. Sus orígenes datan del siglo XVI, con la fundación de la otrora Villa de San Cristóbal. Ubicada en la Habana Vieja, se extiende desde la calle Monserrate hasta la Plaza de Armas, un recorrido habitual de muchos habaneros y uno de los preferidos por los turistas que visitan la capital cubana.
En sus inicios, esta calle de intramuros estaba rodeada de bohíos de madera y techos de guano, pero con el paso del tiempo se fueron erigiendo en sus alrededores construcciones de piedra y concreto hasta convertirse en la vía que conocemos hoy.
Obispo no tardó en convertirse en una arteria comercial, gracias a su cercanía con el puerto y a la existencia de farmacias, casa de modas, sastrerías, bares, cafés, dulcerías, ópticas, joyerías, librerías y otros establecimientos muy diversos. Su privilegiada posición y la prosperidad de sus negocios posibilitaron que fuera la pionera del alumbrado público en la ciudad. Además, albergó el primer estudio fotográfico de la Isla, inaugurado el 3 de enero de 1841, idea del daguerrotipista estadounidense George W. Halsey.
A través de los años, al igual que muchas otras avenidas de la ciudad, esta concurrida calle ha recibido diversos apelativos. Incluso, se dice que ha tenido hasta 47 nombres. Entre los más importantes se destaca el de calle Obispo o del Obispo, porque en diferentes momentos vivieron en sus dominios los obispos Fray Jerónimo Lara y Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, quienes la transitaban con frecuencia.
En otro momento se le conoció como San Juan, ya que daba acceso a la Iglesia de San Juan de Letrán, y en 1897 fue nombrada oficialmente Weyler, por el tristemente célebre general español quien gobernó Cuba, pero un año después una revuelta popular destruyó los identificadores. Más tarde, en 1905, fue designada como Pi Margall, en honor al filósofo y político catalán Francisco Pi y Margall, y posteriormente, en 1936, comenzó a identificarse nuevamente como Obispo.
El boulevard de Obispo tiene su inicio en la intersección con la calle Monserrate. Dando la bienvenida al caminante se encuentran la Plazuela de Albear y el bar-restaurante Floridita, cuna del daiquirí, mundialmente célebre por la preparación de este exquisito cóctel cubano y por ser uno de los sitios preferidos del escritor norteamericano Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura.
Durante su recorrido se puede apreciar el constante ir y venir de los paseantes, degustar de alguna refrescante bebida, deleitar el oído con alguna agrupación de música tradicional, comprar un souvenir, disfrutar de las estatuas vivientes, o sencillamente contemplar la diversidad de estilos arquitectónicos que exhiben las edificaciones de este heterogéneo boulevard.
Entre los muchos de sus atractivos sitios se destaca el hotel Ambos Mundos, lugar donde residió Hemingway; incluso se dice que en sus habitaciones escribió los primeros capítulos de la novela Por quién doblan las campanas. Enfrente, se ubica la Universidad de San Gerónimo, la más antigua de Cuba, y más adelante, el Palacio de los Capitanes Generales, sede del gobierno colonial, y la Plaza de Armas, corazón de la otrora villa habanera.
Además, en ella se hallan la farmacia Johnson, convertida hoy en una museo con una colección de reliquias farmacéuticas muy interesante; así como el Museo Numismático y el de Ciencias Naturales, entre otros.
En esta famosa calle de La Habana vivieron personalidades muy importantes de la historia de Cuba, como el presbítero y filósofo Félix Varela, en la etapa colonial, y el revolucionario Julio Antonio Mella, durante el siglo XX. Y también ha sido escenario de no pocos acontecimientos históricos y curiosas anécdotas.
Se cuenta que el famoso gánster estadounidense Al Capone, durante un viaje a La Habana, visitó la lujosa joyería Le Palais Royal, ubicada en la calle Obispo número 402, donde compró tres relojes de pulsera Patek Philippe por un total de 6.000 dólares. Uno de los relojes sería para él, el otro para el jefe de su escolta, y el tercero para Rafael Guas Inclán, figura connotada de la época en Cuba por ser el presidente de la Cámara de Representantes durante el régimen de Gerardo Machado.
En la actualidad, la calle Obispo es una de las más importantes de Cuba por su carácter histórico, comercial, patrimonial y cultural. En ella solo está permitido el tráfico peatonal, tal como lo confirman sus tenaces adoquines, al tiempo que convergen tanto negocios estatales como particulares, que muestran al visitante un interesante contraste de historia, modernidad, cultura y tradición.
Aun hoy, en tiempos de pandemia, muchos mantienen la costumbre de transitarla para recorrer sus establecimientos y comprar los productos que en ella se expenden. Y aunque la COVID-19 ha reducido notablemente el trasiego de visitantes extranjeros, Obispo no renuncia a su carácter de boulevard turístico y comercial, a la espera de tiempos mejores.
Très bien ,beau commentaire sur cette artère historique, j’ aimerai y passer du temps lors d un prochain séjour à La Habana
Yo no diría que el Colegio de San Gerónimo es la Universidad más antigua de Cuba, sino que dónde actualmente radica el colegio tuvo su primera sede la Universidad de La Habana, que es la más antigua de Cuba