Los pacientes que sufren padecimientos de los riñones aumentaron en Cuba a causa de la pandemia de coronavirus, de acuerdo con un estudio realizado de forma conjunta por el Instituto de Nefrología Doctor Abelardo Buch López y el hospital Salvador Allende, ambos ubicados en la capital de la Isla.
El jefe del Grupo Nacional de Nefrología y líder de la investigación, Dr. Raúl Herrera, declaró que la prevalencia habitual de la enfermedad renal crónica en Cuba es de alrededor del 10 %, pero el estudio de convalecientes de COVID-19 demuestra un incremento de esas cifras, informó la Agencia Cubana de Noticias.
Un análisis de los resultados parciales de la indagación descubrió, a su vez, que los pacientes con mayor daño “son quienes presentan más comorbilidades, pues esos factores pueden conllevar a un estado inflamatorio crónico persistente y aumentar el riesgo de progreso de la afección renal”, señaló el doctor, citado por la fuente.
Asimismo, los especialistas implicados en el estudio constataron que las personas de edades mayores de 60 años que enferman de COVID-19 son las más propensas a sufrir deterioro renal elevado.
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La investigación, que concluirá en las próximas semanas, indica que en los convalecientes de la enfermedad provocada por el Sars-CoV-2 persisten biomoléculas de inflamación perjudiciales para el organismo, donde los órganos quedan con determinada vulnerabilidad por los daños ocasionados en la fase activa de la enfermedad, lo cual se refleja en la llamada tormenta de citocinas.
El Dr. Herrera apuntó que todavía falta por comprobar estos resultados al año del egreso de los pacientes, para saber si se mantienen los trastornos renales o si ha habido un progreso de la afectación.
El experto también refirió que sería interesante comparar estos datos con los de otros países, y más adelante quizás estudiar el impacto del virus en el riñón en un contexto de circulación de cepas más agresivas del patógeno, como la Delta, que ha demostrado un alto nivel de contagiosidad y mayor riesgo de gravedad en los enfermos.
La investigación sobre padecimientos renales en convalecientes de COVID-19 se realizó en el primer semestre de 2020, en la etapa relativamente noble de la pandemia en relación a estos momentos. Por ello es presumible que actualmente exista un superior grado de daño a nivel de riñón en la fase activa y, por tanto, mayor vulnerabilidad renal en los convalecientes, dijo el especialista a la ACN.
Cuba atraviesa su peor oleada de la COVID-19, con más de 9.000 casos diarios en las últimas jornadas y más de 400.000 desde el inicio de la pandemia, así como 2.993 fallecidos. Y aunque más de 360.000 pacientes ya se han recuperado, todavía se estudian las secuelas que ha dejado la enfermedad en una parte de ellos.