Tras meses de negociaciones ocultas, conversaciones de sobremesa y discusiones muy intensas, el senador demócrata conservador Joe Manchin, de West Virginia, ha cambiado en 180 grados su postura y llegado a un acuerdo con el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, sobre un proyecto de ley de gastos que abordaría la inflación galopante y la crisis climática, dos puntos centrales de la agenda del presidente Biden.
El acuerdo, denominado Ley de Reducción de la Inflación de 2022, incluye medidas que invertirían 369 000 millones de dólares en programas de energía y clima con el objetivo de reducir las emisiones de carbono en un 40% para el año 2030.
El plan también limita los gastos de bolsillo a 2 000 dólares anuales, sin contar con los subsidios regionales y de edad del paciente, para medicamentos bajo los planes de Medicare.
El acuerdo aún tiene que ser aprobado por una comisión del Senado y después por ambas cámaras del Congreso. Se espera que enfrente una fuerte oposición de los republicanos, pero algunos defensores del clima se muestran optimistas.
Tiernan Sittenfeld, vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Liga de Votantes por la conservación ambiental, dijo a CNN: “Esto es lo que nadie esperaba, pero estamos muy emocionados de que vuelva”.
“Obviamente, no llegará demasiado pronto, ya que familias luchan contra el calor en todo el mundo y el país”, agregó.
Algunos senadores republicanos no están tan satisfechos con la nueva postura de Manchin. El senador republicano por Texas, John Cornyn, dijo en un comunicado que “los demócratas del Senado pueden cambiar el nombre de la ley tantas veces como quieran [pero] no será menos devastador para las familias estadounidenses y las pequeñas empresas”.
Es más, “aumentar los impuestos a los creadores de empleo, aplastar a los productores de energía con nuevas regulaciones y sofocar a los innovadores que buscan nuevas curas solo empeorará esta recesión, no la mejorará”, subrayó.
De todos modos, la “actualización” de la postura de Manchin representa una pérdida para los republicanos, que contaban con la disidencia del senador de West Virginia.