La IV Conferencia Agrícola entre Cuba y Estados Unidos busca fortalecer los vínculos bilaterales en ese sector, en momentos en que la isla intenta promover el comercio, la inversión extranjera y la producción interna para paliar su actual crisis económica.
En el encuentro, que abrió sus puertas este martes en La Habana, participa una comitiva de 14 empresarios y agricultores estadounidenses de diferentes estados, pertenecientes a la Coalición Agrícola EE.UU.-Cuba, en tanto por el país anfitrión están presentes autoridades, empresarios y productores, tanto estatales como privados.
La Conferencia, que se extenderá hasta el próximo jueves incluye en su programa intercambios entre las delegaciones de ambos países, con la intención de explorar nuevas oportunidades de negocios.
Además, los participantes conocerán de primera mano el trabajo de nuevos actores económicos y proyectos de desarrollo local vinculados al sector, y visitarán mercados de productos agrícolas en la capital cubana.
Agricultores estadounidenses quieren mejores condiciones para comerciar con Cuba
El evento contempla igualmente encuentros con entidades oficiales cubanas, como la Cámara de Comercio y los ministerios de Comercio Exterior y la Industria Alimentaria. También, diálogos sobre las relaciones bilaterales con representantes de la Cancillería de la isla y la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
En su sesión de apertura, desarrollada en el Hotel Grand Aston La Habana, los estadounidenses recibieron información sobre las más recientes medidas del gobierno cubano en busca de potenciar el deprimido sector agropecuario de la isla, así como las nuevas políticas y potencialidades de inversión, que incluyen a las cooperativas.
A nombre de la comitiva visitante, Paul Johnson, presidente de la Coalición Agrícola EE.UU.-Cuba, lamentó la existencia de obstáculos, como las sanciones de Washington a Cuba y las regulaciones del embargo/bloqueo, que atentan contra un mayor intercambio agrícola entre los dos países, y abogó por una mayor conexión entre cubanos y estadounidenses como la “mejor esperanza” para remover esos obstáculos.
En particular, criticó la inclusión de la isla en la lista de presuntos países patrocinadores del terrorismo, por las repercusiones que ello tiene en las posibilidades de inversión y colaboración bilateral.
De igual manera, celebró la apertura hacia el sector privado en Cuba, al que consideró una vía para el posible fortalecimiento de los vínculos en el sector agrícola, y estimó que la Conferencia debe contribuir a “crear oportunidades” y “resolver problemas compartidos”, en un contexto signado por un aumento global de la inflación y su repercusión en el precio de los alimentos.
“Trabajando juntos podemos mejorar la situación”, opinó Johnson, quien destacó el valor del encuentro para “construir confianza” entre ambas partes y abrir nuevas puertas en el futuro, tras el retroceso de las relaciones durante el gobierno de Donald Trump.
El pasado año, La Habana y Washington sostuvieron algunos contactos e intercambios oficiales en medio de la severa crisis económica y la oleada migratoria que atraviesa la isla.
En materia de agricultura, una delegación bipartidista del Congreso, encabezada por la congresista demócrata Salud Carbajal, visitó Cuba a fines de noviembre para analizar el estado actual de las prácticas agrícolas cubanas y la situación de los suministros de alimentos desde Estados Unidos.