Adebayo es un pivot prehistórico. Su madre lo supo desde que tenía un año, cuando lo vio levantar una mesa de café mientras miraba “Los picapiedras”. Así murió Edrice Femi y nació Bam, como “Bam Bam Mármol”, el hijo adoptivo de Betty y Pablo en los famosos animados de Hanna-Barbera. Adebayo es ahora el hijo adoptivo de Miami, aunque se crió en New Jersey. Un poste de 2.06 que no toma triples, pero se empina todos los dobles y devora aros. En defensa anda con un mazo para bloquear a cualquier mamut que se aproxime. Todo un cavernícola en la era en que los hombres altos tiran de a tres, en la que predomina el ataque sobre la defensa.
Pero así ha liderado al Heat de Miami para derrotar, en 6 juegos, a los New York Knicks en las semifinales de Conferencia Este de la NBA. En el último choque, definido 96 por 92 en el Kaseya Center de la Ciudad del Sol, tuvo línea de 23 unidades y 9 capturas bajo las tablas: leña fundamental para el calor de Miami. Antes, en el partido 3 de la serie anotó 23 puntos, logró 12 rebotes y se convirtió en el tercer hombre del Heat con al menos 20 doble-doble en postemporada.
Miami rasguña las piedras del baloncesto actual: defensa sobre ataque y mucha rotación. Con esa estrategia, no importó el tobillo congelado de Butler en buena parte de los desafíos o las bajas por lesión de Víctor Oladipo y Tyler Herro. Con Erik Spoelstra en la mesa de dibujo, cualquier personaje anima la cancha. Con Gabe Vincent y Max Strus en el quinteto titular y Caleb Martin y Duncan Robinson viniendo del banco (4 jugadores que serían intrascendentes en cualquier otro plantel de los playoff) han llegado a su tercera final de circuito en 4 años. Además, por primera vez en lo que va de siglo el octavo clasificado de la temporada regular avanza tan lejos.
Del otro lado, Jalen Brunson se puso todo tipo de pantalones (recuérdese que el origen de “Knicks” está en una prenda de vestir), pero ni con los cortos de Michael Jordan podía solo ante el equipo más coral de los que sobreviven en la actual temporada de NBA. El base promedió más de 35 puntos por encuentro y tuvo dos por encima de las 40 unidades.
Para colmo, tal cual le sucedió a Butler en las finales de Conferencia de la pasada edición, tuvo la suerte del héroe desgraciado: fallar la canasta que podía empatar el sexto y finalmente decisivo duelo. No obstante, resulta la mejor actuación de los neoyorkinos en 10 campañas. Y con Brunson como base (de franquicia), y nuevas incorporaciones, pudieran volver a luchar por incluirse entre los mejores 4 en la próxima contienda.
Miami queda a la espera por la venganza de Butler ante Boston Celtics o una lucha de estilos frente a los Philadelphia 76ers de Joel Embiid y James Harden, que definen este domingo su duelo particular en el partido 7. Del otro lado oeste habrá batalla campal para llevarse el cetro de Conferencia: por un lado el gran candidato, Denver Nuggets, y Los Ángeles Lakers de Lebron James por el otro. Nikola Jokic ya se prepara para bañarse y dar pie en la laguna de Antony Davis y el “Rey”. A pesar de la garra de los Lakers, Denver parece poseer ligera ventaja.
Quienes sí no saldrán como favoritos nuevamente son los de la Florida, pero con Jimmy sirviendo cabeza de venado y Bam triturando pantalones cortos, cualquier cosa puede suceder. Spoelstra irá por su séptima final de NBA en 15 años. Miami es un equipo prehistórico, pero aterra a cualquier rival contemporáneo.
Todavia en Dallas deben estarse lamentando de no haber atado a Jalen Brunson, el escudero perfecto de Luka Doncic en los Mavs…