Mauricio Vicent (Madrid, 1963), corresponsal de El País en La Habana durante décadas, falleció esta madrugada en la capital española víctima de un ataque de asma que derivó en una crisis cardio-respiratoria, reportó el propio diario. Tenía 59 años.
“Pocos periodistas internacionales han sido capaces de reflejar con tanta profundidad y matices la vida —social, política, musical, humana— en Cuba. Su labor fue reconocida con numerosos galardones y escribió libros, dirigió una película y participó con Juan Padrón en un cómic sobre la isla, en la que pasó una parte importante de su vida“, reseña El País.
Lamentamos el fallecimiento del periodista Mauricio Vicent y queremos desde aquí trasladar nuestras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros de @el_pais https://t.co/HEHOBBZ6cl
— Ministerio de Cultura (@culturagob) June 11, 2023
“No era un corresponsal más ni un corresponsal al uso, era mucho más que eso —dijo al diario Isabel García Zarza, corresponsal de Reuters de 1999 a 2005 y gran amiga de Vicent—. Mauricio era El corresponsal en La Habana, la primera persona a la que llamaban al llegar no solo los nuevos corresponsales, sino también los diplomáticos, los empresarios… Cualquiera que quisiera saber qué pasaba en Cuba llamaba a Mauricio”.
“…su agenda rebosaba de números de teléfono, desde el mismo comité central del Partido Comunista hasta los mejores artistas del país“, añadió García Zarza.
La vieja ética del oficio
Leonardo Padura le dedicó estas palabras al conocer la noticia: “Desde el dolor, debemos recordar a Mauricio con su alegría, su optimismo, su perseverancia humana e intelectual. Con su carácter expansivo, en el que se mezclaban de modo orgánico y profundo rasgos de su origen español y de su adquirida pertenencia cubana que lo armaban de la inteligencia irónica que lo caracterizó. Como el extraordinario periodista que fue, cargado con la vieja ética del oficio y la capacidad para ver más allá de lo evidente y saber trasmitirlo. Y, por supuesto, como la buena persona y amigo que fue. Como una persona decente”.
La escritora y periodista española Maruja Torres lo definió como “Un anfitrión habanero excepcional”.
“Mauricio se hizo rápidamente cubano”, dijo sobre él Juan Padrón, estrecho amigo suyo y con quien colaboró en 2016 en el cómic Crónicas de La Habana. El País recuerda que fue en Cuba donde conoció a su esposa, Ylsi, y nacieron sus hijos, Miguel y Camila.
Hijo del escritor y columnista Manuel Vicent y de Pilar Mulet, Mauricio Vicent publicó el libro de entrevistas Los compañeros del Che, junto al fotógrafo Francis Giacobetti; fue guionista del documental Música para vivir (Manuel Gutiérrez Aragón, 2009). Incursionó en la dirección de cine, con el documental Baracoa 500 años después (2011), cuyo guion también fue de su autoría. En 2014 publicó con Norman Foster el libro Havana: Autos & Architecture.
Credenciales de prensa y regreso a La Habana
En 2011 se le informó que no sería renovada su credencial prensa, al cabo de veinte años de labor en La Habana. Se le acusaba de representar “una imagen parcial y negativa” de la realidad cubana. Pasó un periodo en España, y luego regresó a la isla, donde trabajando en torno a temas culturales fundamentalmente; y entre ellos, en particular la música, gran pasión.
“Acabó regresando a la Habana porque no era capaz de permanecer alejado de la isla”, asegura García Zarza.
Vicent también trabajó como corresponsal para la cadena SER y otros medios europeos con los que colaboraba como Radio France Internacional. En 1998 obtuvo el premio al mejor trabajo periodístico en el extranjero que concede el Club Internacional de Prensa de España y, un año después, fue finalista del Premio de Periodismo Cirilo Rodríguez.
Que en Paz Descanse.