Un grupo de inmigrantes que llegó en autobús a la ciudad de Los Ángeles fue enviado desde Texas, movida que la alcaldesa de la ciudad consideró un “ardid repudiable” del gobernador republicano Greg Abbott.
Un total de 42 personas, incluyendo algunos niños, fueron dejadas en Union Station. Recibieron atención de las agencias de la ciudad y de organizaciones caritativas, dijo la oficina del concejal de la ciudad de Los Ángeles, Kevin de León.
“Pasaron 23 horas en el ómnibus, y no tuvieron oportunidad ni de comer ni de tomar agua”, comentó, por su parte, Mario Cabrera, de Coalition for Humane Immigrant Rights.
“Están siendo alimentados y trasladados a albergues y hablando con abogados”, añadió. “Estos son inmigrantes a los que Estados Unidos les permitió entrar al país porque tienen temores creíbles. Aún no reciben asilo”.
La alcaldesa Karen Bass dijo que dio instrucciones a las agencias locales para que se preparen a recibir a inmigrantes desde otros estados.
Durante los últimos meses los gobernadores republicanos, en especial los de Florida y Texas, han comenzado a enviar inmigrantes a estados demócratas.
El de Florida, Ron DeSantis, envió la semana pasada a un grupo desde estados fronterizos con Sacramento, California, también a expensas de los contribuyentes.
A fines del año pasado, el propio DeSantis envió a 49 venezolanos a Martha’s Vineyard, en Massachusetts.
“No nos tomaron desprevenidos, ni nos intimidarán”, dijo Bass en un comunicado. “Los Ángeles no es una ciudad motivada por el odio o el temor, y sin dudas no nos dejaremos influenciar o impulsar por políticos mezquinos que juegan con las vidas humanas”.
El gobernador de Texas dijo que los migrantes fueron enviados a Los Ángeles porque California se ha declarado un “santuario”, extendiendo protecciones a personas que viven sin autorización y permitiéndoles solicitar beneficios estatales.
“Nuestras comunidades fronterizas están en el frente de la crisis fronteriza del presidente Biden, y Texas seguirá brindando este necesario respiro hasta que él dé un paso al frente para hacer su trabajo y resguardar la frontera”, dijo Abbott.
Los inmigrantes en Los Ángeles recibían asistencia en una iglesia católica de San Antonio, cerca del centro.