El llamado «tiempo muerto» en la pelota cubana, el período entre una Serie Nacional y otra, se convierte en el «tiempo vivo» para los jugadores que quieren probar suerte en otros lares.
Varios peloteros cubanos tras el out final de la Serie Nacional, e incluso antes, emprendieron la partida con el objetivo de probarse en torneos de mayor nivel. En la mayoría de los casos cuentan con calidad suficiente para imponerse en cualquier béisbol.
Villa Clara, en plena reorganización de su equipo en la provincia, debido a su peor actuación histórica, ha perdido a dos hombres que formaban la columna vertebral de la maltrecha ofensiva del equipo.
Yordanis Linares contaba con todas las condiciones para llegar al equipo nacional. En tres series nacionales bateó 309 con un buen OBP de 387. Linares es un jugador muy completo: rápido en bases, buen robador y excelente defensor en los jardines. Su ficha a los 24 años pudiera estar valorada en los 20 millones de dólares.
Ramón Lunar ante la escasez de inicialistas en Cuba se pintaba como el hombre ideal para esa posición, pero su última campaña no fue lo sactisfactoria que se suponía con Villa Clara aunque con Pinar del Río mejoró claramente sus números. En siete campañas bateó casualmente para 309. Lunar es un bateador de poder y lo demostró con 65 jonrones. Lo positivo: su versatilidad. Juega los tres jardines y las esquinas en el cuadro. Lo negativo: la inestabilidad ofensiva y sus 27 años, aunque Alexander Guerrero triunfa con 28 y Dalier Hinojosa debutó en la MLB con 29.
Industriales de golpe y porrazo perdió al Novato del Año (aunque no le concedieran el galardón) y a dos lanzadores importantes en el bullpen. Yusniel Efraín Díaz acabó con la pelota en su debut. Bateó 348 con OBP de 447. Fue un inamovible entre los jardineros de Industriales, plagados de jugadores de experiencia, que tuvieron que ceder ante el jugador novel. Solo su partida legal a Ecuador lo privó de la condición que con toda justicia mereció.
Otra baja sensible para el equipo capitalino ha sido la de su cerrador estrella Yohandri Portal. Nunca le vi condiciones para salvar juegos. Su velocidad no cruzaba a nadie pero en 8 series rescató 58 partidos y ganó otros 22 aunque su PCL fue de 4,11 y le batearon 275. En la SN 54 salvó 12 juegos, su segunda marca histórica, únicamente superada por los 17 de la SN 49 cuando Industriales ganó por última vez el campeonato cubano.
El otro lanzador Jesús Balaguer es muy joven y con una velocidad supersónica, pero su descontrol podría pasarle factura. En 69 entradas de actuación en Cuba otorgó 60 boletos con 49 ponches. Su última temporada fue muy buena porque ganó los seis juegos que ha ganado en la pelota cubana, y solo le batearon 244 con un buen 3,60 de PCL. Tremendas condiciones, y si resuelve los problemas de control puede llegar al máximo nivel.
Holguín perdió a su hombre proa. Maikel Cáceres se había consagrado en los dos últimos torneos. Un verdadero comodín que puede jugar en todas las posiciones del cuadro y en los tres jardines pero sus 31 años atentan contra la posibilidad de llegar a las mayores.
Otro de los que aprovechó el «tiempo muerto» fue el jardinero santiaguero Joaquín Carbonell. Este pelotero nunca explotó las condiciones que lo llevaron a batear como novato en la SN 48 para 400 con 487 de OBP y 662 de SLU. Su rendimiento fue decreciendo con los años y compiló para 282 en seis campeonatos. Más allá de su poder (30 jonrones) no creo que pueda llegar a las Grandes Ligas.
Cierro con un jugador desconocido que saltó a la popularidad como refuerzo de Industriales. El camagüeyano Dairon Blanco obtuvo el Guante de Oro del jardín derecho en esta serie nacional al no cometer errores en 78 lances pero su nombre fue silenciado en la Gala del Béisbol Cubano. La rapidez que imprime en las bases junto a su condición de gran defensor pueden abrirle un buen contrato en cualquier liga del mundo. Además bateó 308 en tres torneos.
El «tiempo vivo» continúa y no dudo que las partidas también. Al llamado «tiempo muerto» en la pelota cubana le imprimen una gran vida varios jugadores con sus arriesgadas decisiones.
Hay que sumarle el intento de salida de Cionel Pérez, que aunque no se concreto, ahora no puede jugar ni aquí ni allá