Carmen, mi cuñada, era una de las mujeres más dulces que he conocido. No tuvo una vida sencilla, su hijo mayor, a consecuencia de unas convulsiones, padecía una discapacidad mental importante, lo que obligó a Carmen a abandonar su trabajo como ingeniera y dedicarse a cuidarlo.
Luego tuvo otro hijo y, a los pocos años, accedió a ayudar a unos estudiantes de Medicina a hacer una prueba que incluía un examen de mamas. Le detectaron una masa tumoral. Dos años después, luego de una intensa batalla contra el cáncer, falleció.
Su historia es parecida a la de millones de mujeres en el mundo que padecen esta terrible enfermedad. Para que se tenga una idea, según un informe de la OMS, “en el [año] 2020 en el mundo se le diagnosticó cáncer de mama a 2,3 millones de mujeres, y 685 000 fallecieron por esa causa”. Por otro lado, “7,8 millones de mujeres, a las que en los anteriores cinco años se les había diagnosticado, seguían con vida. Lo que hace que este cáncer sea el de mayor prevalencia1 en el mundo”.
Breve recuento anatómico de la mama
Antes de hablar de esta enfermedad, se impone tener una idea de la estructura de las mamas. Veamos cómo la presenta el sitio Stanford Medicine Children’s Health. Cada mama tiene alrededor de 15 a 20 secciones llamadas lóbulos, que están distribuidos como los pétalos de una margarita. Cada lóbulo está formado por lobulillos más pequeños que terminan en unos diminutos bulbos. En estos es donde se produce la leche materna. Estas estructuras: lóbulos, lobulillos y bulbos se unen mediante un sistema de conductos finos denominados “ductos”.
Los espacios entre los lóbulos y los ductos están rellenos de grasa. Las mamas, al ser glándulas, no poseen músculos. Cada mama contiene una red de vasos sanguíneos y linfáticos. Estos últimos conducen a órganos pequeños denominados “nodos linfáticos”, que tienen forma frijol y desempeñan un importante papel dentro del sistema defensivo del organismo. Están unidos en racimos y podemos encontrarlos en distintas localizaciones como debajo del brazo, la clavícula, el pecho, etc.
¿Qué es el cáncer de mamas?
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) el cáncer de mamas “es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control”. Existen diversos tipos de cáncer de mama, por ello su clasificación va a depender del grupo celular que se vuelve canceroso.
Como con otros cánceres, cuando la enfermedad se disemina a otras partes del cuerpo, se dice que ha hecho metástasis. Las células cancerosas suelen diseminarse a través de los vasos sanguíneos y linfáticos.
Según el Ministerio de Salud Pública, a partir de datos de la OMS, 1 de cada 12 mujeres tiene riesgo de desarrollar en algún momento de su vida un cáncer de mamas. Todos los expertos coinciden en que el riesgo aumenta de manera considerable después de los 60 años. Es importante señalar que las expectativas de vida varían en dependencia al lugar donde vivan las mujeres. De acuerdo con un interesante estudio, en países de altos ingresos las tasas de mortalidad por esta enfermedad han disminuido, mientras que en países con ingresos medios o bajo aumentaron.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de mama?
Distintos factores de riesgo favorecen el desarrollo de un cáncer de mamas. Veamos algunos de los mencionados en el capítulo correspondiente del Manual MSD para profesionales con una breve explicación:
- Edad: Se considera el factor de riesgo más importante. La mayoría de las mujeres reciben el diagnóstico aproximadamente después de los 60 años.
- Antecedentes familiares: tener un familiar de primer grado como madre, hermana o hija con antecedentes de cáncer de mama duplica o triplica el riesgo. Cuando dos o más familiares de primer grado han padecido la enfermedad, el riesgo puede ser considerablemente mayor.
- Mutación del gen para el cáncer de mama: alrededor del 5 a 10 % de las mujeres que padecen esta enfermedad portan una mutación en 1 de 2 genes conocidos para cáncer de mama, el BRCA1 o el BRCA2. ¿Cómo saberlo? Es poco probable que una mujer sin antecedentes familiares de cáncer de mama en al menos 2 parientes de primer grado tenga estos genes.
- Antecedentes personales: haber tenido un cáncer de mama invasor, un Carcinoma Lobulillar in situ, cambios mamarios que requirieron una biopsia y antecedentes ginecológicos como una menarquía (primera menstruación) a edad temprana, la menopausia tardía o un primer embarazo tardío aumentan en distinto grado el riesgo de padecer la enfermedad.
- Antecedentes ginecológicos: la menarquía (primera menstruación) a edad temprana, la menopausia tardía o un primer embarazo tardío aumentan el riesgo.
- Medicamentos: el uso de anticonceptivos orales y la hormonoterapia, es decir la terapia posmenopáusica con hormonas parece aumentar levemente el riesgo.
- Radioterapia: la exposición a la radioterapia antes de los 30 años aumenta el riesgo.
- Estilo de vida: el tabaquismo, el alcohol y el sedentarismo pueden contribuir a un mayor riesgo de cáncer de mama. La American Cancer Society recomienda no más de una bebida alcohólica al día para las mujeres. Por otro lado, un estudio comprobó que las mujeres que realizaban actividad física con regularidad antes del diagnóstico de cáncer y después del tratamiento tenían menos probabilidad de que el cáncer apareciera, recidivara (volviera) o de que murieran en comparación con mujeres sedentarias.
¿Cuándo se debe sospechar de cáncer de mama?
Frecuentemente, el cáncer de mama aparece como un nódulo o engrosamiento indoloro en el pecho. Aquellas mujeres que detecten una masa anormal en el seno deben acudir a un profesional de la salud sin demoras. Solicitar atención médica al primer signo de alarma contribuye a un mayor éxito del tratamiento.
De acuerdo con la OMS, entre los síntomas del cáncer de mama más frecuentes tenemos:
- Un nódulo o engrosamiento en el seno
- La alteración en el tamaño, forma o aspecto de un seno
- La aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otra alteración en la piel
- El cambio de aspecto del pezón o la alteración en la piel circundante (areola)
- Presencia de una secreción anormal por el pezón.
Es importante destacar que hasta el 90% de las masas en los senos no son de etiología cancerosa. Entre ellas tenemos algunas que son benignas, como los fibroadenomas y los quistes, así como las infecciones. Sin embargo, siempre debe ser un experto quién determine si la masa en cuestión es o no benigna.
El cáncer de mama puede diseminarse a distintas partes del organismo y desencadenar síntomas. Generalmente, el primer lugar donde se puede detectar es en los ganglios linfáticos situados en la axila. Sin embargo, es posible tener ganglios linfáticos cancerosos que sean indetectables.
En algunos pacientes, las células cancerosas se diseminan a otros órganos, como los pulmones, el hígado, el cerebro y los huesos. Cuando alcanzan esos órganos, pueden aparecer nuevos síntomas, como dolor óseo o cefaleas.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de mamas?
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, para el diagnóstico de esta enfermedad es usual que los médicos indiquen una mamografía. La mamografía permite encontrar tumores muy pequeños que en ocasiones resultan indetectables a través del examen físico, incluso para personas entrenadas.
Existen varios tipos de mamografía y distintos aspectos pueden afectar la capacidad de la prueba para detectar el cáncer de mama. Ellos son:
- Edad y peso del paciente.
- Tamaño y tipo del tumor.
- Si el tumor se ha formado en la mama.
- Sensibilidad del tejido de la mama a las hormonas.
- Densidad del tejido de la mama (mayor en las mujeres más jóvenes).
- Momento en que se hace la mamografía dentro del ciclo menstrual de la mujer.
- Calidad de la imagen de la mamografía.
- Habilidad del radiólogo para interpretar la imagen.
Es importante señalar que tienen menos probabilidades de morir por este cáncer las mujeres de 50 a 69 años que se someten a mamografías que quienes no lo hacen.
También resulta fundamental el examen físico. A través de este los médicos suelen explorar cada porción de la mama para detectar masas papables o bultos. Adicionalmente se explora debajo de la clavícula y las axilas buscando ganglios linfáticos aumentados de tamaño.
A pesar de que la incidencia del cáncer de mamas es más alta en mujeres mayores de 60 años, es importante que mujeres que menstrúan y son sexualmente activas hagan su autoexamen, visiten al ginecólogo anualmente y soliciten un examen clínico completo que incluya también la revisión de la salud de las mamas, especialmente cuando hay antecedentes familiares de la enfermedad en la primera línea de parentesco.
En mujeres de alto riesgo, la resonancia magnética se utiliza para detectar el cáncer de mamas. Finalmente, la biopsia, es decir, la toma de una muestra del tejido que se hace ante la presencia de una masa tumoral o hallazgos en la mamografía que sugieren el diagnóstico de cáncer de mamas.
El autoexamen de mamas es la forma a través de la que una persona examina sus mamas para comprobar la presencia de bultos u otros cambios. Ayuda a las personas a aprender cómo se ven y se sienten normalmente sus mamas y a notar cuando ocurren cambios. Las investigaciones han demostrado que el autoexamen de la mama no reduce el riesgo de morir por cáncer de mama pero sí puede llevar a la paciente a buscar ayuda especializada para pruebas y procedimientos adicionales.
¿Cómo se trata esta enfermedad?
También de acuerdo con el sitio del NCI, hay diferentes tratamientos para los pacientes de cáncer de mamas. Entre ellos tenemos:
- Cirugía
- Radioterapia
- Quimioterapia
- Terapia con hormonas
- Terapia dirigida
- Inmunoterapia
El equipo de atención médico decidirá en conjunto con la paciente el plan de tratamiento, que suele incluir varias opciones. Se tendrán en cuenta muchos factores, como el estadio y grado del cáncer, si están presentes determinados biomarcadores, el estado de salud e, incluso, las preferencias personales de la paciente.
Cirugía
Un número importante de las pacientes con cáncer de mama se someten a cirugía. Estas pueden ser:
- Con conservación de la mama: es una operación por la que se extirpa el cáncer y parte del tejido que lo rodea, pero no se extirpa la mama.
- La mastectomía total y radical modificada: son cirugías para extirpar por completo la mama afectada.
Es posible que se considere, antes de una mastectomía, la reconstrucción de la mama. Este procedimiento puede hacerse en el momento de la cirugía o después. La reconstrucción se hace con tejido que no es de la mama de la paciente o con implantes.
Radioterapia
En la radioterapia es se usan rayos X de alta energía u otros tipos de radiación que destruyen las células cancerosas o impiden que se multipliquen. Existen dos tipos de radioterapia. La externa usa una máquina encargada de enviar la radiación desde el exterior hacia el área en la que se encuentra el cáncer. La interna se hace con estroncio-89, y tiene como objetivo aliviar el dolor que provoca el cáncer de mama que se diseminó a los huesos.
Quimioterapia
La quimioterapia utiliza medicamentos que interrumpen la formación de células cancerosas. Para tratar el cáncer de mamas suele ser sistémica, es decir, se inyecta en una vena o se toma por vía oral.
Terapia con hormonas
La terapia con hormonas o “terapia endocrina” tiene como objetivo retrasar o detener el crecimiento de algunos tumores que son sensibles a las hormonas. Las hormonas son sustancias elaboradas por el cuerpo que circulan por el torrente sanguíneo.
Terapia dirigida
A fin de identificar y atacar células cancerosas específicas, en la terapia dirigida se usan distintos tipos de medicamentos u otras sustancias. Entre ellos tenemos diferentes anticuerpos monoclonales. Estos se producen en el laboratorio para el tratamiento de muchas enfermedades. También se utilizan los inhibidores de tirosina-cinasa, los inhibidores de las cinasas dependientes de ciclinas, entre otros.
Inmunoterapia
La inmunoterapia ayuda al sistema defensivos de una persona a combatir el cáncer. Existente distintos medicamentos. Uno de ellos son los inhibidores de puntos de control inmunitarios, un tipo de inmunoterapia que se usa para el tratamiento del cáncer de mama. A este tema nos referimos extensamente en un próximo artículo.
El cáncer de mamas en Cuba
En Cuba el cáncer de mama es la tercera causa de muerte por patologías oncológicas y la segunda entre las mujeres. En la siguiente tabla observamos el comportamiento de la mortalidad por esta causa en los últimos años. Llama la atención el sostenido crecimiento del número de fallecidas y de las tasas por cada 100 mil dentro de la población femenina del país.
En cuanto a la incidencia de esta enfermedad, es decir, el número de casos que anualmente se diagnostican, lo primero que hay que señalar es que el cáncer de mamas es segundo más frecuente dentro de la población femenina cubana, por detrás del cáncer de piel. Además, se ha observado un aumento sostenido del diagnóstico y de la tasa de incidencia, que en el año 2018 superó por primera vez la barrera de los cuatro mil casos y una tasa de incidencia superior a 70 por cada 100 mil mujeres.
Finalmente, cuando observamos el comportamiento de la incidencia por grupos de edad, es decir, el número de casos diagnosticados por cada cien mil mujeres en nuestro país en el año 2018, observamos que el comportamiento es similar a lo que ocurre en el resto del mundo: conforme aumenta la edad, también lo hace la tasa de incidencia, pasando de 1.8 mujeres por cada 100 mil a 234 en las mayores de 85 años.
En resumen, el cáncer de mama en nuestro país es un importante problema de salud para la población femenina y para toda la sociedad.
Asimismo, la tendencia es al aumento, tanto de las muertes como de los nuevos casos, especialmente porque, conforme aumenta la edad de las mujeres, el riesgo es mayor, lo que cobra particular relevancia en una sociedad tan envejecida como la cubana.
A pesar de su alta incidencia y mortalidad, el cáncer de mamas es tratable en la mayoría de los casos, sobre todo si se detecta precozmente y hay buen apego al tratamiento médico. Por otro lado, la sobrevida a los cinco años es mucho más alta que hace unas décadas, de ahí que procurar un diagnóstico ante el primer síntoma sea fundamental. ¡Es cuestión de ocuparse sin perder tiempo!
Para recordar
- Cada año se diagnostican en el mundo más de 2 millones de mujeres con cáncer de mama y fallecen más de 600 mil.
- El cáncer de mamas en Cuba es la tercera causa de muerte por cáncer y la segunda dentro de las mujeres. En los últimos años ha habido una tendencia al crecimiento en el número de muertes por esta enfermedad.
- Entre los factores de riesgo más importantes están la edad (mayor de 60 años); antecedentes familiares (2 o más familiares de primer grado con antecedentes de cáncer de mama aumentan 5 o 6 veces el riesgo); haber tenido cáncer de mamás; estilo de vida (tabaquismo).
- Aunque el 90 % de las masas que aparecen en los senos suelen ser benignas, ante la aparición de cualquier síntoma es fundamental buscar ayuda. El diagóstico temprano de la enfermedad mejora las expectativas de vida.
- La mamografía es el examen por excelencia para la detección del cáncer de mamas. Las mujeres con edades entre 50 y 69 años que se realizan mamografías tienen menos riesgos de morir por esta causa.
- Los métodos de tratamiento contra el cáncer de mamas incluyen la cirugía, la radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, inmunoterapia, entre otras.
Nota:
1 En medicina, se entiende por prevalencia al número total de personas en un grupo específico que tienen o tuvieron cierta enfermedad, afección o factor de riesgo en un momento específico o durante un período determinado de tiempo.