Todavía con un carácter anecdótico, Cuba está involucrándose lentamente en la llamada agricultura de precisión. En este camino emplea drones para la aplicación de biofertilizantes salidos de fábricas locales, lo que sería una herramienta formidable si lograse generalizarse en la alicaída agricultura de la isla.
“Utilizamos las capacidades y posibilidades del dron porque logra la precisión que no ofrecen las máquinas que poseemos”, comentó Dagoberto Rodríguez, director nacional de suelos y fertilizantes del Ministerio de la Agricultura, citado por la agencia Prensa Latina (PL).
El experimento tiene lugar en la occidental provincia de Pinar del Río, en campos de frijoles de la Unidad empresarial de base Hermanos Barcón, uno de los más importantes polos productivos del territorio. En ello se emplea un zeofertilizante de factura nacional, Nerea plus, que es dispersado mediante aerosol desde un dron o vehículo aéreo no tripulado.
Nerea plus se dispersa a nivel de casi una nanopartícula —un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro— para facilitar la aplicación foliar, es decir, sobre las hojas. Con ello se corrigen las carencias nutricionales del cultivo, en contraposición a la nutrición tradicional a través de las raíces y el suelo.
Creado por investigadores del Laboratorio de ingeniería de zeolitas del Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales de la Universidad de La Habana, el Nerea plus integra las cinco líneas de fertilizantes zeolíticos que no contaminan, tampoco ocasionan pérdidas por riego o evaporación y es verificada su efectividad en el control de enfermedades en los cultivos.
El producto está conformado por nitrógeno, fósforo y potasio y se hace acompañar por la zeolita, mineral descubierto en Cuba en 1970 por geólogos cubanos y búlgaros y que en su momento levantó desmedidas expectativas que lo hicieron llamar el mineral del siglo.
Gobierno cubano sin financiamiento para garantizar producción de alimentos
Desde la década del ochenta del pasado siglo, Cuba demostró la efectividad de los fertilizantes y sustratos Nerea en cultivos zeopónicos que ocuparon espacios citadinos subutilizados. Pero con la crisis de los noventa las producciones se vinieron abajo.
El experimento responde al propósito del Grupo empresarial Tabacuba de introducir paulatinamente los avances tecnológicos en las producciones que tiene a su cargo. De ahí el uso del dron para ratificar la efectividad del producto, según Marino Murillo, presidente del consorcio cubano del tabaco, una de las bazas de exportación de la isla, sobre todo a mercados europeos y asiáticos.
En el cuarto trimestre de este año, Cuba inició la fabricación a escala industrial de los fertilizantes zeolíticos Nerea, necesarios para el cultivo del frijol y el arroz.
En 2021, irrumpió el uso de drones en la deprimida industria azucarera mediante estudios en plantaciones cañeras en la central provincia de Ciego de Ávila. Ello permitió determinar el estado de los cultivos y localizar las áreas de bejucos que entorpecían los cortes mecanizados y manuales, un problema que se resolvió mediante la fumigación con drones, según el periódico local Invasor.
Cuba importa 80 % de los alimentos que consume a un costo que supera los 2.000 millones de dólares anuales, de acuerdo con estimaciones de la ONU. Las medidas y acciones implementadas desde hace más de un lustro por las autoridades han sido incapaces de revertir indicadores productivos a la baja, en tanto la escasez de divisas impide incrementar las importaciones.
Ojalá se pudiera entrar al país esta técnica ya que ningún campesino se pude comprar ese equipo
Saludos, todo lo que beneficie a nuestros países es válido. Un beneficio a la economía cubana y “un perjuicio a los delincuentes que desde varios lugares en Cuba se roban los productos agrícolas ” .