El juez Arthur Engoron de Nueva York le ordenó al expresidente Trump pagar más de 355 millones de dólares en daños y perjuicios y le prohibió “servir como funcionario o director de cualquier corporación de Nueva York u otra entidad legal en Nueva York durante un período de tres años”, incluida la empresa que lleva su mismo nombre.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, cuya oficina presentó el caso, dijo que con los intereses previos a la sentencia, la multa asciende a más de 450 millones de dólares, una cantidad “que seguirá aumentando cada día” hasta que se pague la sentencia.
“Donald Trump finalmente se enfrenta a la responsabilidad por sus mentiras, trampas y fraude asombroso. Porque no importa cuán grande, rico o poderoso creas que eres, nadie está por encima de la ley”, dijo James en un comunicado, calificando el fallo como “ una tremenda victoria para este estado, esta nación y para todos los que creen que todos debemos seguir las mismas reglas, incluso los expresidentes”.
Trump le dijo a los periodistas que se trataba de un castigo “por hacer un trabajo perfecto”. “En mi opinión, es un día triste para el país”, dijo, calificando al juez Engoron de “corrupto” y a la fiscal James de “corrupta”.
La decisión es un golpe tanto para las finanzas como para la personalidad de Trump, ya que construyó su marca sobre la base de ser un hombre de negocios exitoso que aprovechó en su primera candidatura a la presidencia.
Actualmente, Trump se postula por tercera vez para la Casa Blanca. Este caso es solo uno de muchos que enfrenta, incluidos cuatro juicios penales pendientes. El primero está programado para el 25 de marzo.
Durante el juicio, Trump y los ejecutivos de su empresa, incluidos sus hijos Donald Trump Jr. y Eric Trump, intentaron culpar a los contadores que las compilaron de las declaraciones financieras exageradas que fueron el corazón del caso de fraude.
Letitia James y Engoron no estuvo de acuerdo. “Existe evidencia abrumadora de testigos interesados y no interesados, corroborada por evidencia documental, de que la responsabilidad de ser veraz en las valoraciones de los datos de respaldo recayó sobre la Organización Trump, no sobre los contadores”, escribió.
El juez también citó la falta de remordimiento por parte de Trump y sus ejecutivos después de que se descubrió el fraude. “Su total falta de arrepentimiento y remordimiento roza lo patológico. Solo se les acusa de inflar el valor de los activos para ganar más dinero. Los documentos lo demuestran una y otra vez. Se trata de un pecado venial, no mortal. Los acusados no cometieron asesinato. No robaron un banco a punta de pistola. Sin embargo, los acusados son incapaces de admitir el error de sus acciones”, escribió Engoron.
“La negativa de los demandados a admitir el error obliga a este Tribunal a concluir que lo cometerán en el futuro a menos que se les restrinja judicialmente”, añadió.
“Hemos llegado al punto en el que sus creencias políticas combinadas con el lugar donde se escucha su caso son los principales determinantes del resultado; ¡no los hechos del caso!, dijo Trump. Es realmente triste lo que le ha sucedido a nuestro país”.
La abogada de Trump, Alina Habba, calificó el veredicto de “una injusticia manifiesta, simple y llanamente”. “Dado lo grave que está en juego, confiamos en que la División de Apelaciones anulará este veredicto atroz y pondrá fin a esta persecución implacable contra mis clientes”, dijo en un comunicado.