Fashion in da House, un desfile organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) y la Unión Europea (UE) en Cuba, reunió a 16 jóvenes diseñadores de 11 países caribeños, incluidos dos cubanos, finalistas del concurso Diseño de Moda “Made in the Caribbean”.
Ocurrió este martes en el Museo de Bellas Artes como parte del Programa Transcultura, gestionado desde La Habana por la UNESCO con fondos de la UE ascendentes a 15 millones de euros, la principal inversión en cultura del bloque comunitario en América Latina y el Caribe, según dijo Isabel Brilhante, embajadora de la Unión Europea en La Habana.
“Nuestra visión conectar el Caribe, Cuba y Europa a través de la cultura y la creatividad”, apuntó en sus palabras de bienvenida.
En tanto, Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO, con sede en Cuba, destacó la diversidad y autenticidad presentes en la moda caribeña, influida, según comentó, por las culturas europea, africana, india, amerindia y asiática.
Sin embargo, como explicó la diplomática, muchos jóvenes emprendedores de la industria de la moda en la región se enfrentan a un acceso limitado al mercado internacional, la carencia de oportunidades en un entorno altamente competitivo, así como la falta de financiación para desarrollar sus proyectos.
Esta reflexión explica el valor de este desfile en La Habana, que le abre puertas a los caribeños en un sector altamente selectivo.
Al final de la noche, tras presentarse las 16 colecciones, Rhea Cummins-Jordan, de Barbados, y Naballah Chi, de Trinidad y Tobago, recibieron el Premio Transcultura, que les entregó un jurado compuesto personalidades cubanas y extanjeras de la moda y el emprendimiento.
En tanto, Karen De Freitas, de San Vicente y las Granadinas, obtuvo una mención especial, y Génesis Vasquez, de República Dominicana, fue seleccionada por el público asistente que votó por redes sociales.
Todas las premiadas asistirán al Centro Rog de Liubliana, en Eslovenia, a una residencia artística, durante dos meses.
En general, la pasarela tuvo representación de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Guyana, Jamaica, República Dominicana, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago.
Premios a la creatividad
“Las colecciones ganadoras demostraron escalabilidad, innovación, funcionalidad, así como incorporación de aspectos caribeños y tradicionales”, comentó a OnCuba Terri-Karelle Reid, miembro del jurado y recientemente nombrada ícono de la moda del año en su país Jamaica.
“El Caribe tiene que mostrarle al mundo su talento. Somos pequeños geográficamente, pero somos personas con excelencia”, afirmó la también presentadora de programas y anfitriona de eventos.
Para la joven barbadense Rhea Cummins-Jordan, una de las ganadoras, este triunfo con su colección Florescence es resultado de su perseverancia y compromiso con la moda.
“Estoy feliz por haber obtenido un reconocimiento y ser validada por algo en lo que estado trabajando por tanto tiempo. Ahora toca celebrar y promover mi marca”, dijo a OnCuba.
Por su parte, la otra ganadora Naballah Chi, de Trinidad y Tobago, comentó que llegó al concurso motivada por su ambición de crecer en la industria y encontró en esta experiencia en La Habana una oportunidad.
Ella conquistó al jurado con la colección EcoChic Island, que es “funcional, práctica, divertida y futurista”.
El Caribe puede
“Los caribeños tenemos mucho que ofrecer y ojalá se presenten las vías para demostrarlo”, aseguró Naballah Chi.
“Hay una falta de oportunidades, recursos y conexiones”, enfatizó Navado Dawkins, de Bahamas, en una reflexión más profunda sobre este desafío del que hablaba en su intervención la representante de la UNESCO en Cuba.
El joven le explicó a OnCuba que, en primer lugar, tiene el reto de convencer a sus propios coterráneos de la calidad de sus creaciones.
“A veces, se nos califica de otra forma y no como diseñadores. Muchas personas no valoran nuestro trabajo y se decantan por comprar marcas internacionales como Tommy Hilfiger, Ralph Lauren o Versace. Pero nosotros también somos valiosos”, aseguró.
Dawkins explicó que, por el contrario, los diseñadores europeos están rodeados de oportunidades. Por eso, consideró que esta iniciativa de Transcultura es una gran oportunidad para promover los valores del Caribe.
“Se trata de conectar con otros diseñadores, ser entendidos y conocidos”, dijo.
En tanto, para Dayana Valdés, una de los dos representantes de Cuba en la competición, a las dificultades anteriores se suma el gran reto de crear en medio de una crisis económica agravada.
“Ha sido un desafío constante, especialmente con las fluctuaciones en el mercado y el déficit materiales. Intento comprar telas en pesos cubanos, pero también tengo que recurrir al mercado en moneda extranjera”, dijo la joven habanera, quien intenta mantener precios accesibles, a pesar de los altos costos de producción.
Sin embargo, en el concurso no faltaron las “ganas de emprender, de sacar un proyecto adelante, de plasmar la cultura caribeña”, como comentó el empresario español Javier Fernández, miembro del jurado.
“La moda caribeña tiene mucho potencial y contiene un trasfondo cultural muy rico, relevante, con una perspectiva diferente a lo que estamos acostumbrados a ver”, dijo.
Impulso para crecer
“Vamos a acompañar a estos jóvenes, promover su talento dándoles a conocer, abrirles mercados, ofrecer oportunidades”, afirmó Alessandra Borchi, coordinadora del Programa Transcultura de la UNESCO.
La diplomática explicó a OnCuba que el concurso de Diseño de Moda “Made in the Caribbean” no solo se trató de un desfile, pues incluyó una semana de intercambios en La Habana. Este impulso continuará más adelante con un programa de mentorías especializadas y subvenciones económicas para jóvenes creadores de toda la región caribeña.
A propósito, la fundadora y directora de la Semana de la Moda de Lagos, Nigeria, Omoyemi Akerele, calificó como muy positivo este interés de la UNESCO en promover la creación en el Caribe.
“Es importante para los jóvenes diseñadores tener buenos mentores para el desarrollo de sus capacidades, acceso a fondos y la posibilidad de crear sus negocios. Hay gente muy talentosa, pero necesitan quien los entienda y apoye, comentó con OnCuba.
El desfile Fashion in da House y lo que vendrá después van en ese rumbo, por ello, los participantes solo tienen palabras de agradecimiento y esperanzas en su crecimiento profesional.
Naballah Chi, una de las ganadoras, lo resumió así: “Necesitamos ser vistos, espero que a partir de ahora se abran más puertas”.
Saludos, en nuestro pais se necesita un evento que promueva “”la producción agropecuaria, para que nuestro pueblo obtenga alimentos a mejores precios.