El pasado 6 de mayo, la CONCACAF (organismo regente del fútbol en Norte Centroamérica y el Caribe) celebró el sorteo por el cual se jugará la Liga de Naciones de dicha zona geográfica, que celebrará su cuarta edición en la temporada 2024-2025.
En gala celebrada en Miami, Florida, la selección cubana de fútbol, que jugará por segunda edición consecutiva en el máximo nivel de esta competición, quedó ubicada en la llave B, junto a Jamaica, Honduras, Trinidad y Tobago, Nicaragua y Guyana Francesa. Mientras, en la llave A se enfrentarán las selecciones de Costa Rica, Guatemala, Martinica, Guadalupe, Surinam y Guyana.
Según el formato de competición, que al igual que en la edición pasada se jugará bajo el poco ortodoxo sistema suizo, las dos selecciones peor clasificadas de cada llave descenderán automáticamente a Liga B. Mientras, los dos equipos mejores clasificados avanzarán a cuartos de final.
La dualidad del fútbol cubano: éxito en el marcador, fracaso en el campo
Allí esperan por sus rivales los sembrados Estados Unidos, México, Panamá y Canadá, selecciones que gozan de este privilegio por ser las mejor clasificadas en el ranking del área. Los vencedores de estos cuartos de final no solo avanzarán al Final Four de la competición: además obtendrán de forma directa su cupo a la Copa Oro 2025.
A falta de conocer de forma oficial el calendario de Los Leones del Caribe y de sus rivales en esta Liga de Naciones, una fuente fiable es el comunicador costarricense David Solís, quien asegura en su canal de Youtube que, de mantenerse el formato de la última edición, Cuba estaría jugando un partido ante Jamaica y Nicaragua y dos contra Trinidad y Tobago.
Sea este o no el calendario de los nuestros, todo parece indicar que el objetivo principal de los dirigidos por el estratega espirituano Yunielis Castillo será, una vez más, evitar el descenso. A priori, luce como un propósito bastante difícil, pero no debemos olvidar que igual de complejo lucía en la última edición y se consiguió practicando un fútbol que no llena los ojos de nadie, quizá hasta con un poco de suerte, pero que fue efectivo de cara al resultado.
Para la consecución de dicho objetivo, cada detalle será importante. Y uno de los aspectos que no pueden dejarse de la mano por parte de las autoridades del fútbol en la isla es el tema recurrente del alumbrado artificial. A diferencia de las Eliminatorias Mundialistas, en el Nivel A de la Liga de Naciones la CONCACAF exige que los partidos se jueguen en horario nocturno, razón por la cual hemos tenido que sacrificar la localía en no pocas ocasiones, dando ventajas a nuestros rivales.
El hecho de que en toda Cuba no exista un solo estadio de fútbol con alumbrado artificial es un tiro en el pie que viene arrastrándose desde fechas tan lejanas como 2019, por lo que no puede haber excusa para que este problema se mantenga en 2024. Tiempo ha sobrado. Y ahora faltan poco más de tres meses para el arranque de dicho torneo.
La fase de grupos de esta Liga de Naciones, según el portal oficial de CONCACAF, se jugará en las fechas FIFA de septiembre y octubre de 2024. Un mes más tarde, en noviembre, tendrán lugar los cuartos de final. Mientras el Final Four de la competición no se jugará hasta marzo del próximo año.
A nivel deportivo, urge reforzar la defensa, sector del campo que se ha visto diezmado tras la salida de varios habituales como el lateral izquierdo Jorge Luis Corrales y el defensor central Modesto Méndez, quienes fueron excluidos del proyecto por diferencias personales con el actual seleccionador; así como nuestro mejor central, Yosel Piedra, quien se estima que esté fuera de los terrenos hasta octubre, debido a su intervención quirúrgica de rodilla.
Una buena noticia es el regreso a las canchas de Dairon Reyes, habilidoso mediapunta cubano del Inter Miami II, que estuvo fuera de los terrenos durante aproximadamente un año, también por una grave lesión de rodilla. La vuelta del mediocampista puede ser un aliciente a los notables problemas en la circulación de balón y generación de juego que viene presentando el plantel comandado por Castillo. No obstante, queda claro que este es un problema colectivo y no se va a solucionar completamente de golpe y porrazo con la presencia de un solo jugador.
La cuarta edición de la Liga de Naciones está a la vuelta de la esquina. Y aunque por el momento la selección ha cumplido a nivel de resultados, queda mucho por trabajar tanto a nivel de juego como a nivel de oficinas.