El pasado 14 de agosto el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró mediante un comunicado a la Mpox, antes conocida como viruela del mono o viruela símica 1, como una Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional.
El alto directivo seguía el consejo de un comité de expertos reunidos esa mañana en Ginebra con carácter de emergencia. El aumento del número de casos en la República Democrática del Congo preocupaba, así como el creciente número de fallecidos y la expansión del virus a varios países vecinos en los que no se habían diagnosticado anteriormente casos de Mpox.
Todavía está fresca en la memoria colectiva el brote que hace dos años se extendió por todo el mundo, especialmente en Europa, Estados Unidos y América Latina. Constituyó en su momento una emergencia sanitaria de interés internacional y se dio por resuelta hace apenas quince meses.
¿Qué ha pasado entonces? ¿Cómo es posible que en un período de tiempo tan corto la misma enfermedad se saliera de control? ¿Estaremos en presencia de una nueva pandemia? ¿En qué situación está Cuba? ¿Qué nos depara el futuro?
¿Qué es la Mpox?
Antes de continuar hablando del actual brote debemos hablar un poco sobre la enfermedad. De acuerdo con un artículo aparecido en el sitio ONU Noticias, la viruela símica, al igual que otras enfermedades emergentes, tiene su origen en especies animales como monos, roedores y algunas aves, aunque es válido aclarar que la transmisión directa solo ocurre cuando las personas entran en contacto con fluidos de estas especies, como la sangre, la saliva y el líquido de las vesículas, y también cuando ingieren su carne contaminada o cuando despellejan a estos animales para su consumo. Cuando los seres humanos invaden su hábitat natural, conviven con ellos de manera estrecha o se ponen en contacto con sangre y otros fluidos corporales pueden contagiarse.
En 1958 se descubrió el agente causal de la viruela símica, pero los primeros casos se diagnosticaron en 1970. Se trata de una enfermedad viral que se transmite entre las personas por contacto estrecho (piel a piel), lo que incluye los contactos sexuales, aunque no es exclusivamente una infección de transmisión sexual. Otras formas de transmisión son las microgotas respiratorias (cuando hablamos o besamos a una persona enferma o cuando entramos en contacto con objetos contaminados como sábanas, toallas, etc.).
Esta enfermedad se caracteriza por un amplio espectro de síntomas que van desde cuadros ligeros hasta otros potencialmente letales. El síntoma fundamental es la aparición de una erupción cutánea formada por vesículas que pueden ir de uno a varios miles.
La localización fundamental de estas lesiones suelen ser el rostro, las palmas de las manos, las plantas de los pies y también pueden aparecer en la región genital, perineal, anal, en el interior de la vagina, la boca, la garganta y los ojos.
La infección por Mpox puede presentar algunas complicaciones como la rectitis (la inflamación del recto). También puede provocar problemas en la micción, es decir, en el acto de orinar, si los afectados son los genitales.
Pueden aparecer infecciones bacterianas en los pulmones, el cerebro y otros órganos vitales, lo cual puede requerir ingresos hospitalarios y tratamientos intensivos con antimicrobianos.
La tasa de mortalidad oscila, de acuerdo a los estudios, entre el 0,1 % y el 10 %. Por supuesto, los niños recién nacidos, las mujeres embarazadas, los ancianos y aquellas personas que sean portadoras de algún tipo de inmunodeficiencia, como la provocada por la infección con el virus del VIH, estén o no diagnosticados, corren mayor peligro.
El virus de la Mpox se ha aislado en el semen, las secreciones vaginales y otros fluidos corporales, aunque aún se investiga la transmisión sexual de esta enfermedad. Sin embargo, se sabe que las personas al besarse y tener contacto sexual pueden enfermarse.
También está descrita la transmisión materno fetal durante el parto y en los primeros momentos de la vida por contacto estrecho entre los padres enfermos y el recién nacido, lo que reviste un gran riesgo para su vida.
Se han descrito casos de seres humanos que han infectado a animales domésticos como perros, gatos o hámsters, por lo que se recomienda que los individuos enfermos eviten el contacto estrecho con sus mascotas.
Finalmente, los cuidadores de personas enfermas deben extremar las medidas higiénicas para no contaminarse, lavarse las manos después de tocar objetos de uso personal de los portadores del virus, así como evitar tocarse los ojos, la boca y otras mucosas.
Cualquier persona que mantenga contacto estrecho con un enfermo de Mpox corre el riesgo de enfermarse; esto incluye por supuesto al personal de salud, que debe cumplir estrictas medidas de protección para evitarlo.
Los hombres que tienen sexo con otros hombres por este solo hecho no tienen un riesgo mayor, sin embargo se conoce que la enfermedad se transmite a través de redes sexuales, por los que las autoridades sanitarias en el mundo han colaborado estrechamente con estos colectivos en distintos países para minimizar el riesgo de transmisión y controlar el brote.
Están muy expuestos los hombres que tienen sexo con hombres que cambian frecuentemente de parejas sexuales o tienen nuevos compañeros sexuales. Asimismo, las trabajadoras y trabajadores sexuales están particularmente expuestos.
El tratamiento de esta enfermedad está en general enfocado en el control de los síntomas. Las personas deben mantenerse hidratadas, alimentarse bien y descansar. En caso de dolor intenso se recomienda el uso del paracetamol, así como una serie de medidas para el alivio de los síntomas que genera la erupción y evitar el rascado para prevenir infecciones bacterianas secundarias.
La agencia Europea de medicamentos en el año 2022 aprobó el uso de Tecovirimat (TPOXX) para algunos pacientes infectados con formas serias de la enfermedad.
El mundo cuenta con tres vacunas que proveen cierto grado de protección contra la infección, sin embargo no se recomienda la vacunación masiva, dejando estos medicamentos solo para pacientes en riesgo de enfermarse por haber tenido o tener contacto estrechos con individuos enfermos.
¿Cuál es la causa del actual brote?
Volviendo al comunicado de prensa de la OMS al que hicimos referencia al inicio del artículo, según el profesor Dimie Ogonia “…La Mpox no recibió la atención que se merecía en África, donde se originó, y más tarde provocó un brote mundial en 2022. Es hora de actuar con decisión para evitar que la historia se repita”.
Según un artículo de CNN sobre la Mpox, en 2022 el mundo fue testigo de una espectacular diseminación de la enfermedad a partir de dos viajeros europeos que, luego de visitar la zona donde esta enfermedad es endémica, regresaron a sus países y participaron en fiestas. A partir de ahí la enfermedad comenzó a diseminarse ampliamente a todo lo largo de Europa, Estados Unidos y el resto del continente americano.
En aquella ocasión la cepa causal de la epidemia correspondía al clado II. Este clado se asocia fundamentalmente a Nigeria y es menos mortal que el clado Ib, la cepa que circula actualmente.
Un clado es un conjunto de especies emparentadas con un antepasado común. El causante del actual brote es una mutación del clado I que habitualmente se había observado en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire, en este caso la variante Ib de la Mpox.
Está demostrado que esta mutación es muy contagiosa, en especial por vía sexual. En la República Democrática del Congo el número de casos ha aumentado drásticamente. Hasta el 28 de agosto se contabilizaban más de 22 800 enfermos y 622 muertes en África. Aunque las cifras deben ser mucho mayores.
¿Cuál es la situación de Cuba?
De acuerdo una nota de prensa aparecida en el periódico Escambray, el director nacional de higiene de epidemiología, el popularmente conocido Dr. Durán, informó que en el país todavía no se ha reportado ningún caso de viruela símica y enfatizó que se mantiene una estricta vigilancia. Durán recordó que en la isla existe experiencia en la detección, aislamiento y control de estos casos. Durante el brote anterior (agosto a octubre de 2022) fueron detectados ocho casos y un fallecido.
Para saber más sobre este nuevo brote y lo que podemos esperar en las próximas semanas, OnCuba tuvo la oportunidad de hablar con el Dr. Alberto González, epidemiólogo con más de 30 años de experiencia clínica, profesor de varias universidades de Latinoamérica y conocedor de la región centroafricana.
¿Por qué a solo 15 meses de haber dejado de ser una emergencia sanitaria internacional la Mpox vuelve con tanta fuerza a los países de África?
Dr. Alberto González: Por motivos históricos y culturales complejos, los países que fueron colonia del Reino Unido suelen tener una situación epidemiológica menos compleja que aquellos que no lo fueron, como ocurre en el Congo. Tanzania, Uganda y Kenya presentan una situación epidemiológica un poco mejor que la del Congo, donde la carne del mono se comercializa en los mercados. Cuando uno atiende a estos pacientes se hacen evidentes las huellas de infecciones anteriores por viruela símica.
Adicionalmente, los altos índices de trabajadoras sexuales son un caldo de cultivo muy propicio para que esta enfermedad se disemine con facilidad, teniendo en cuenta que la principal vía de transmisión es de piel a piel. Esto es particularmente significativo en el Congo.
Si a eso se suman sistemas de salud muy débiles, donde el diagnóstico, especialmente en las zonas alejadas de los centros urbanos, se hace muy complejo. Tampoco existen medicamentos ni vacunas para el tratamiento de estas enfermedades. Todo eso explica el explosivo incremento en el número de casos que ha tenido el Mpox en el Congo y que, si bien no espero que se convierta en una pandemia, sí se ha vuelto una situación muy complicada en cuanto a su manejo.
¿Cómo evalúa el riesgo de expansión del actual brote, en especial hacia los países de América Latina y particularmente Cuba?
Dr. Alberto González: Personalmente no creo que se convierta en una nueva pandemia, pero el riesgo de expansión es significativo, dada la alta movilidad humana. Esto facilita que el virus pase de un país a otro muy rápidamente, en particular el clado Ib, que es el que presenta una mayor mortalidad.
Se sabe que los brotes por el clado I suelen ser más mortales que los que tienen lugar a partir del clado II. ¿Cómo prevé usted la mortalidad en África y fuera de ella?
Dr. Alberto González: Ya existe una alerta sanitaria internacional, así como están establecidas las vías, los métodos para el diagnóstico de la enfermedad, los tratamientos, vacunas y una experiencia en relación al aislamiento de los casos enfermos, por lo que no debería haber una alta mortalidad. Sin embargo, la diseminación si va a ser muy importante. Ya hay casos en Suecia, Tailandia, México, Ecuador. De este modo, es evidente que la enfermedad se va a diseminar con mucha rapidez.
La secretaría de salud de México ya informó de la presencia del virus, y particularmente del clado I, en ese país. ¿Es posible que se haya diseminado a otros países de la región sin que todavía se conozca?
Dr. Alberto González: México es un reflejo de lo que puede suceder o de lo que puede estar sucediendo en la región. Ya se han diagnosticado 49 casos, y si bien la mayoría está en Ciudad de México, la enfermedad se ha diseminado por al menos 11 estados.
Es un país de tránsito para posibles migrantes. En el caso de Cuba, tiene muchos colaboradores médicos en África. Aunque se extremen las medidas de aislamiento y seguimiento, estos colaboradores son factores de preocupación, por el riesgo de que introduzcan la enfermedad al país, que ya tiene una situación epidemiológica muy compleja. Hace unos días el Dr. Durán reconocía la presencia de influenza, dengue y Oropouche en el país, por lo que la introducción de la viruela símica sería otro elemento que vendría complejizar este cuadro.
¿Qué riesgo corre la población cubana ante este nuevo brote de viruela símica?
Dr. Alberto González: Cuba tiene una situación económica y epidemiológica complejas. Como ya hemos dicho, a esto hay que agregarle el riesgo de que esta enfermedad entre en el país, como lo hizo el Oropouche. Aunque es justo reconocer que hay grandes diferencias entre una y otra enfermedad, pero sin lugar a duda la posible entrada de la viruela símica podría complejizar aún más la situación epidemiológica del país.
Es válido recordar que durante el brote anterior que vivió Cuba, de agosto a octubre de 2022, ocurrió una de las pocas muertes por la Mpox que se dieron fuera de África, como ya comentamos, y el clado del brote actual es mucho más mortal que el II, que fue el que se expandió por el mundo en ese momento. Debemos estar muy alertas, porque este cuadro puede ser muy serio.
La secuela de una mala película de terror
El nuevo brote de la viruela símica es consecuencia de la evolución natural de la enfermedad, en un entorno donde no hay control sobre ella.
Han hecho falta decenas de miles de casos y al menos medio millar de fallecidos, así como la extensión del virus a 13 países de la región más pobre y atrasada del planeta, incluidos algunos donde la enfermedad no era común, para que la comunidad internacional se pronuncie y la OMS tome medidas extraordinarias que pudieron haberse adoptado hace 15 meses.
Ahora, ante el miedo de que el clado Ib se expanda a los países de Europa y Norteamérica, millonarias cifras comienzan a destinarse al control del foco y los dueños de las vacunas negocian la transferencia de tecnologías a los países africanos para que puedan vacunar a sus poblaciones.
El riesgo de un nuevo y más mortal brote de la viruela símica ha regresado como la secuela de una mala película de terror, para recordarnos que en el mundo de hoy o nos salvamos todos o nos enfermamos. Ojalá que quienes deciden aprendan de una vez esta lección.
Nota:
1 El nombre de viruela del mono se debe a que el germen fue aislado por primera vez en estos animales. Sin embargo, los monos no son los únicos, ni siquiera los principales reservorios del virus en su ciclo selvático. La Mpox también se ha encontrado en varias especies de roedores y algunas aves. Durante el brote anterior los pobladores de una comunidad brasileña hicieron una matanza de monos debido a la gran desinformación que había sobre la relación de esta especie animal con la epidemia. Este acto fue duramente criticado por las autoridades sanitarias, tanto por su crueldad como por su inutilidad.