La última vez que Aroldis Chapman se subió a la lomita del Yankee Stadium sin la camisa a rayas de los Bombarderos del Bronx todavía no tenía ninguno de sus dos anillos de Serie Mundial ni era considerado un candidato para entrar al Salón de la Fama de Cooperstown. Una década ha pasado desde aquellos episodios del cubano en la Gran Manzana, que poco tiempo después se convirtió en su casa durante 7 años.
Pero la historia entre Chapman y los Yankees no terminó de la mejor manera, pues a finales de la temporada de 2022 el holguinero fue eliminado del roster de playoff de la novena neoyorkina por ausentarse a un entrenamiento. Ese suceso, unido a una estela de resultados negativos y a tiempo ausente del diamante debido a una infección provocada por un tatuaje, empañó por completo la relación entre el jugador y la franquicia.
“Ni muerto volvería a los Yankees. El año pasado bromeaban conmigo en Kansas con que me iban a canjear a New York y yo les decía que si eso pasaba me iba para mi casa, me retiraba. Ahí hay mucha falta de respeto, yo aguanté el año entero muchas cosas y sabía que lo que ellos querían era salir de mí, pero no sabían cómo”, contó el propio Chapman a Daniel de Malas en una entrevista para Swing Completo.
Posterior a aquel desencuentro, el supersónico relevista fue a la agencia libre, firmó por un año con los Royals y a mitad de 2023 fue canjeado a los Rangers, con quienes ganó la Serie Mundial. En este 2024 afrontó una nueva aventura de una temporada en Pittsburgh, donde se ha revalorizado considerablemente, sobre todo tras un sólido cierre de campaña.
Y justamente en el Bronx está viviendo Chapman sus últimos días de la actual contienda con los Pirates, que este fin de semana le han dado la oportunidad de sellar par de victorias contra los Yankees en su mismo feudo. Inspirado y crecido, el cubano no dejó pasar el tren y se apuntó par de rescates en el corazón del Bronx, una suerte de venganza perfecta contra la gerencia neoyorkina.
El viernes Chapman tomó su primera revancha cuando salió al centro del diamante en la parte baja de la novena entrada para proteger una ventaja de dos carreras. Sin gestos desafiantes, sin la más mínima intención de provocar, solo enfocado en hacer su trabajo, el apagafuegos se plantó y retiró por la vía de los strikes a Trent Grisham y Oswaldo Cabrera, mientras dominó a José Treviño con un débil machucón delante del plato.
El antillano pasó las 102 millas con una sinker para sacar de circulación a Cabrera en el último picheo del juego, y en sentido general mostró esa velocidad aterradora que le ha permitido brillar en Grandes Ligas. De sus ocho envíos de esa jornada, seis estuvieron por encima de las 98 millas y solo descendió con dos sliders de más de 88 millas.
Este sábado, apeló a la misma fórmula, con seis rectas de cuatro costuras de más de 98 millas (tope de 100.6) y tres sliders que se movieron más rápido, una de ellas a 91 millas contra Austin Wells. Chapman no estaba programado para trabajar en dicha fecha, pero Jalen Beeks, designado para proteger una ventaja de cinco anotaciones en el noveno, se metió en problemas por par de boletos y un sencillo.
Entonces, con las bases llenas y un out, el alto mando de los Pirates le entregó de nuevo la bola al holguinero para que extinguiera el fuego y cumplió a las mil maravillas. Primero ponchó sin tirarle a Aaron Judge (el mejor bateador de la Liga Americana en 2024) y luego retiró a Wells en línea al izquierdo.
Como ya decíamos, la última vez que Chapman lanzó en el Yankee Stadium de visitante fue en 2014, cuando todavía militaba en los Reds. Esa campaña no le fue bien, pues permitió par de imparables y una carrera limpia en un tercio de labor contra los Bombarderos, que lo dejaron al campo con un sencillo de Brian McCann.
Dos años antes, en su primera contienda como cerrador a tiempo completo, el zurdo holguinero tuvo un mejor desempeño, con un hold y un rescate en par de salidas. Siete bateadores enfrentados, tres ponches y ninguno en su cuenta fue el saldo de Chapman en la mítica casa que Babe Ruth construyó.
Sumando estas actuaciones y las de este fin de semana, el cubano acumula cinco presentaciones contra los Yankees, con efectividad de 2.25 en cuatro entradas de labor. En total ha enfrentado a 15 bateadores y ha retirado por la vía de los strikes a siete, sin boletos y con solo par de jits y una limpia permitida.
Con sus dos últimas actuaciones, Chapman llegó a 14 salvados en la presente campaña, ocho de ellos de manera consecutiva desde el 9 de septiembre hasta la fecha. El relevista había trabajo en rol intermedio todo el año, con 22 holds en su cuenta, pero este mes los Pirates decidieron darle la misión de cerrar los partidos, gesto que le ha permitido escalar en el listado histórico de rescates en la historia de MLB.
Ahora Chapman suma 335 salvamentos en su carrera, asentado en solitario en el puesto 16, a solo siete escalones de superar al inmortal Rollie Fingers (341) y colarse en el Top-15 de todos los tiempos.