Para limpiar el país de las “malas energías” que “pudieran incidir” sobre él, un grupo de practicantes de religiones populares de origen africano realiza en Santiago de Cuba varias ceremonias y rituales dentro del complejo Osha-Ifá.
Lideradas por el babalawo Juan Marten Portuondo, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba en esa provincia, los ritos se producen como consecuencia del paso de los huracanes Oscar, que azotó el oriente del país a finales de octubre, y Rafael, que afectó la zona occidental días atrás.
Los religiosos intentan contrarrestar estos fenómenos que “por su naturaleza, inciden en el normal desempeño de la vida cotidiana de los cubanos, y de los santiagueros, en particular”, detalló en un mensaje en Facebook la Casa del Caribe.
Asimismo, la institución compartió imágenes de un rezo por el Odun Iwori Ogbe, “para contrarrestar y calmar la furia de las tormentas y los desastres”, a propósito de los sismos que se produjeron este domingo en varias provincias del Oriente del país.
Los dos sismos de magnitud 6 y 6,8 en la escala abierta de Richter perceptibles este domingo dejaron un saldo preliminar de viviendas afectadas, averías eléctricas y aludes desde áreas montañosas, de acuerdo con un reporte de EFE. Hasta el momento no se reportan muertos ni heridos como consecuencia de estos fenómenos.
Daños en construcciones, deslizamientos y más de 300 réplicas tras los sismos de este domingo
La agencia precisa que ambas sacudidas, localizadas en la provincia Granma, se sintieron “fuertemente” en su territorio y en la vecina Santiago de Cuba, pero también fueron percibidas por los habitantes de la cercana Guantánamo, en Holguín, Camagüey, y las centrales Sancti Spíritus y Ciego de Ávila. Horas después, el Cenais informó que había reportado 300 réplicas de estos eventos, de las que quince fueron perceptibles.
Hasta el 31 de octubre, los daños de Oscar en Guantánamo se reflejaron en más de 11 mil edificios, entre viviendas e infraestructura pública, y afectaciones en más de 13 mil hectáreas de diversos cultivos. El fenómeno provocó durante 24 horas en tierra inundaciones sin precedentes, deslaves y desbordamientos de ríos.
Por su parte, el huracán Rafael dañó un total de 3266 viviendas en las provincias Artemisa y Mayabeque, dos de los territorios más afectados. En Artemisa, por donde tocó tierra el miércoles por la tarde como un huracán de categoría tres, las casas afectadas suman 2825, según el diario oficial Granma que versiona una reunión del Consejo de Defensa Nacional encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel.
Rafael afectó a más de cuatro millones de personas, incluidos los más de dos millones en la capital, y representó un nuevo golpe para un país sumido en una grave crisis económica y energética desde hace un lustro.