Los precios mundiales del café se dispararon a su nivel más alto en casi 50 años debido al comportamiento errático del clima en Brasil y Vietnam, dos gigantes globales de la producción del grano.
La coyuntura obligó a tostadores como Nestlé a subir los precios y a los consumidores a buscar alternativas más baratas, dijo un despacho de la agencia británica Reuters.
La inflación, que ubicó la libra a 3,01 dólares, beneficiará a los agricultores con la cosecha de este año, en cambio, los comerciantes tendrán que enfrentar costos de cobertura agobiantes en las bolsas.
Esos costos incluyen desembolsos de transacción como comisiones y honorarios, diferenciales de oferta y demanda y tasas de interés.
El mal tiempo ha provocado que la oferta mundial sea inferior a la demanda desde hace tres años, lo que ha agotado las existencias y llevado los precios de referencia en la bolsa ICE a un máximo de 3.36 dólares por libra a fines de noviembre.
Intercontinental Exchange ( ICE ) es una empresa estadounidense formada en el año 2000 que opera bolsas globales, cámaras de compensación y proporciona tecnología hipotecaria, datos financieros y servicios de listado.
La última vez que el café se cotizó tan alto fue en 1977, cuando la nieve destruyó gran parte de las plantaciones brasileñas.
Sin embargo, entonces el impacto para los consumidores fue mucho mayor. Si se ajusta a la inflación, 3.36 dólares por libra en 1977 equivaldrían a 17.68 dólares en la actualidad, indicó el despacho de Reuters.
Calamidades compartidas por el one-two de la caficultura mundial
Brasil, que produce casi la mitad de la producción mundial de arábica –granos de alta calidad utilizados principalmente en mezclas tostadas y molidas– ha sufrido este año el impacto una de las peores sequías de las que se tenga registro.
Por su parte Vietnam, país que se inició en la caficultura en 1970 a partir del asesoramiento técnico de Cuba y que produce alrededor de 40 % de los granos de robusta que suelen utilizarse para hacer café instantáneo, fue golpeado por una grave sequía a principios de año a la que siguió un exceso de lluvias desde octubre.
Los tostadores suelen comprar el café con muchos meses de antelación, lo que significa que es probable que los consumidores perciban la subida de precios en un plazo de seis a 12 meses.
Este jueves el café árabe ingresó, junto a 16 prácticas culturales, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, como un “símbolo de generosidad” y cuya candidatura fue promovida por Emiratos Árabes Unidos, Omán, Catar, Arabia Saudí y Jordania.
Colombia, un año excepcional
En medio de las calamidades de Brasil y Vietman, la producción de café de Colombia salió por la puerta ancha del mercado.
En los últimos 12 meses alcanzó los 13,41 millones de sacos de 60 kilos, lo que significa un crecimiento de 21 % con respecto al año anterior, notificó la agencia Reuters.
“Es un logro extraordinario, es un testimonio de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los cafeteros colombianos y de nuestro gremio que ha enfrentado los desafíos con determinación y unidad”, aseguró el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Germán Bahamón.
Por otro lado, Bahamón dijo que el valor de la actual cosecha cafetera fue de 14,2 billones de pesos (unos 3.200 millones de dólares), cifra que no solo beneficia a los cultivadores sino que es un palanca para mover la economía del país.
Según Bahamón, eso posiciona a los cafeteros “como un actor protagónico en la recuperación económica de Colombia”.
Los datos fueron conocidos en la apertura del 93 Congreso Nacional de Cafeteros que comenzó este miércoles en Bogotá, en el que el gremio define sus planes para 2025.
Colombia, el tercer productor mundial de café después de Brasil y Vietnam, tiene capacidad para producir anualmente alrededor de 14 millones de sacos y podría cerrar el 2024 con una cosecha de 13 millones de sacos, favorecida por una mayor resistencia de sus plantaciones al cambio climático y a plagas como la roya, según la Federación Nacional de Cafeteros.