La noche ha transcurrido sin incidentes: “El Papa ha dormido bien y se encuentra descansando”, informó este lunes la oficina de prensa del Vaticano. Otras fuentes cercanas añadieron que Francisco despertó de buen humor y que se alimenta con normalidad.
Desde el pasado 14 de febrero, cuando se informó sobre su ingreso en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, gran parte del mundo sigue de cerca la evolución del Santo Padre. Pero la historia médica de Jorge Bergoglio (Buenos Aires, 1936), de 88 años, es extensa. A lo largo de su vida ha enfrentado problemas de salud que han requerido intervenciones quirúrgicas y tratamientos continuos.
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En su juventud, sufrió severos problemas respiratorios. En Esperanza, su autobiografía publicada en enero de 2025 (la primera de un pontífice en la historia), relata que a los 20 años una epidemia de gripe asiática afectó el seminario diocesano de Villa Devoto, en la capital argentina, dirigido en entonces por sacerdotes jesuitas y donde él estudiaba. Bergoglio se contagió y sufrió un progresivo deterioro de su salud. Fue internado de urgencia en el Hospital Sirio Libanés de la capital debido a altas fiebres. Gracias a la intervención de la monja italiana Cornelia Caraglio, quien decidió duplicar la dosis de medicamentos administrados, la fiebre cedió. Sin embargo, los médicos debieron drenar líquido de sus pulmones y extirpar el lóbulo superior del pulmón derecho para salvarle la vida. Tras una larga recuperación, pudo retomar su rutina sin mayores complicaciones.
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En 1980, a los 43 años, enfrentó otra situación médica grave que casi le cuesta la vida. Fue ingresado de urgencia en una clínica de Parque Centenario, también en Buenos Aires, con gangrena en la vesícula y peritonitis. El cirujano Juan Carlos Parodi lo operó de inmediato. De nuevo escapaba por poco de la muerte.
Cincuenta y siete años después de la primera cirugía y 33 después de la segunda, Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI. Adoptó el nombre de Francisco I para identificar su misión con la de San Francisco de Asís. Se convirtió en el sumo pontífice número 266 de la historia y en el primero americano e hispanohablante. “Recen por mí,” pidió a sus fieles en su primera aparición. Se mantendría como una petición que expresa en sus despedidas hasta hoy.
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Desde 2013 la primera cirugía fue una operación de cataratas, en 2019. En enero de 2021 se supo que padecía dolores de espalda debido a una inflamación del nervio ciático. Tras someterse a sesiones de fisioterapia y seguir una estricta dieta para perder peso, en julio del mismo año debió ser hospitalizado durante diez días para una operación de colon, en la que se le extirpó parte del órgano.
En diciembre de 2022, en una entrevista con el diario ABC de España, reveló que, poco después de su asunción, había firmado una carta de renuncia en caso de que su salud le impidiera desempeñar sus funciones.
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A principios de 2023 surgieron problemas intestinales. Ese mismo año sufrió una caída que le provocó una fractura ósea, aunque no requirió cirugía. Con sesiones de láser e imanes logró recuperarse. En marzo de 2023 reaparecieron antiguas afecciones respiratorias; controles médicos de rutina detectaron una infección en los pulmones. Permaneció ingresado varios días en el Hospital Policlínico Gemelli, en Roma, para recibir tratamiento.
El 7 de junio de ese año volvió a ser operado, esta vez por una hernia abdominal. La intervención quirúrgica duró tres horas.
En diciembre de 2024 sufrió un accidente en su habitación en la Casa Santa Marta: una caída contra la mesa de luz le provocó un hematoma en el mentón. Pocas semanas después, en enero de este año, volvió a tropezar. Aunque no tuvo fracturas, su brazo derecho fue inmovilizado temporalmente.
La internación del pontífice el pasado viernes 14 de febrero debido a una neumonía ha vuelto a generar preocupación en la comunidad católica y en el ámbito internacional. Aunque el pronóstico de los médicos es reservado, el Papa se mantiene estable dentro de su delicado cuadro de salud y los últimos días se reporta una ligera mejoría.
“Me han llegado muchos mensajes de afecto y me han impresionado especialmente las cartas y dibujos de los niños. ¡Graciaspor esta cercanía y por las oraciones de confortación que he recibido de todo el mundo!”, publicó el papa el 23 de febrero.
A pesar de achaques como el asma, la ciática y problemas en la rodilla que en ocasiones lo obligan a utilizar silla de ruedas, Francisco ha sabido sobreponerse y retomar, una y otra vez, su intensa labor pastora al frente de la Iglesia católica.
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Oración mundial por la salud del Papa Francisco
Ante la creciente preocupación por la salud del papa, el Vaticano convocó una multitudinaria oración en la Plaza San Pedro con el propósito de pedir por su pronta recuperación.
El encuentro de oración se llevó a cabo el lunes, a las 21 horas y estuvo encabezado por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. Participaron cardenales residentes en Roma, miembros de la Curia Romana y fieles de la diócesis de la capital italiana. El rezo del Santo Rosario fue transmitido en vivo a través de Vatican News y sus plataformas digitales.
A miles de kilómetros, la ciudad que lo vio nacer se sumó a la oración. En Plaza Constitución, Buenos Aires, cientos de fieles se congregaron en una misa por la salud de Francisco, organizada por el Arzobispado de la Ciudad, monseñor Jorge García Cuerva.
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“Me parecía que era muy simbólico celebrar la misa en Plaza Constitución, un lugar tan querido por el papa, en el que siempre se escuchó su voz profética denunciando la injusticia, la exclusión y estando cerca de los más marginados y de los más pobres”, explicó García Cuerva ante cientos de fieles que se acercaron.