“Contribuir al cambio de imaginarios sociales que legitiman y fomentan las violencias machistas” es la meta de “Ahí es… adolescencias libres de violencias machistas”, campaña de comunicación con enfoque de género lanzada el pasado viernes.
La novedad de esta iniciativa es que tiene como público a jóvenes entre los 10 y los 19 años, franja etaria que no pasó inadvertida en el balance de feminicidios ocurridos en 2024. De las 51 víctimas, 2 fueron niñas de 15 y 16 años, asesinadas por sus respectivas parejas en Santiago de Cuba.
Con la aprobación del nuevo Código de las Familias, Cuba dio un paso adelante en la prevención de estos crímenes al eliminar el matrimonio infantil y establecer como edad mínima de uniones formales los 18 años.
No son el único factor determinante, pero las uniones informales tempranas siguen ocurriendo y favorecen la incidencia de violencias, aunque estas no lleguen a su estadio más trágico: la muerte de la víctima.
Auspiciada por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y su Editorial de la Mujer, la Organización Italiana de Cooperación para el Desarrollo de Países Emergentes (COSPE), el Centro Martin Luther King, el Instituto de Filosofía y la Unión de Juristas de Cuba, “Ahí es…” deriva de un proyecto madre, la campaña “No Más: prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres en Cuba”, a su vez financiada por la Unión Europea y el Fondo de Iniciativas Locales de la Embajada de Canadá, lanzada en diciembre de 2024.
“Las adolescencias son víctimas y en algunos casos reproductoras de conductas machistas. Con la campaña queremos contar sus historias y buscar respuestas. Antes, las campañas ‘Eres más’, ‘Basta’, ‘Evoluciona’ y ‘Soy toda’ habían tratado el tema del acoso femenino. Pero identificamos que los adolescentes eran un público descuidado por la comunicación y los proyectos que combaten estos fenómenos”, contó a OnCuba Yuliet Teresa Villares, Comunicadora Popular y coordinadora del equipo creativo de “Ahí es…”.

La iniciativa comprende talleres formativos, charlas y otros formatos comunicacionales derivados de la cultura digital y estará vigente hasta 2026.
De momento, sus acciones abarcan los municipios de Marianao, Plaza de la Revolución, Bayamo, Las Tunas, El Salvador y Guantánamo.
Un grupo vulnerable
“Los adolescentes están muy expuestos a sufrir y reproducir violencias. Investigaciones hechas en Cuba en los últimos años muestran que el nivel de violencia machista y el bullying en estas edades es importante. Por eso y a partir de nuestra observación decidimos que el público de ‘Ahí es…’ sería el adolescente”, contó Villares sobre el escenario social que motivó la campaña.
De acuerdo con un texto de Alina Herrera, especialista en género, a partir de datos de la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados de Unicef, en 2019 “el 4,8 % de las mujeres cubanas de entre 20 y 24 años se había casado antes de sus 15 años; mientras el 29,4 % de ellas lo había hecho antes de sus 18”.
Asimismo, “el 12,4 % del total de cubanas de entre 15 y 19 años se encontraban casadas/unidas antes de sus 15 años” y la mayoría residía en zonas rurales, donde además la tasa de fecundidad adolescente es más elevada (55 por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años).
La misma Encuesta reveló que los adolescentes analizados tendían a normalizar la violencia entre parejas, en especial las mujeres. Cuando les preguntaron si creían que estaba justificado que un hombre golpeara a su esposa o compañera ante cualquier circunstancia, 3.5 % de las jóvenes que tenían entre 15 y 17 años respondió que sí; así lo hizo el 3.1 % de las que tenían entre 18 y 19. Entre los varones, los mayores —de 18 a 19— respondieron que sí mayoritariamente (3.1 %), a los que se sumó el 2.1 % del primer grupo etario (15 a 17).

Lo anterior indica que, al menos entre la muestra analizada, las adolescentes jóvenes (15 a 17) eran más proclives a normalizar la violencia en el ámbito de las parejas heterosexuales.
Cuando la pregunta especificaba si la violencia se justificaba si ella era infiel, fueron los varones de 18 a 19 años los que se mostraron más a favor (3.1 %).
Los datos ilustran una triste realidad: “La Encuesta Nacional de Igualdad de Género (2016) señaló que la violencia contra las mujeres y las niñas era un problema generalizado y estructural de la sociedad cubana. Esa misma encuesta dice que el tipo de violencia más frecuente experimentado por las mujeres ha sido la de pareja, que es más recurrente en las edades entre 12 a 16 años”, lamentó Yuliet Teresa.

Para combatir estos problemas enraizados en la sociedad cubana, “Ahí es…” apuesta por la educación popular para mostrar nuevos paradigmas para entender el género y las relaciones familiares, según su coordinadora.
“Los talleres ‘Gente con swing’, donde todo empezó, abordaron algunos temas de manera muy efectiva. En esta campaña los jóvenes nos hemos sentido identificados porque sabemos que podemos hablar sin miedo; de una manera o de otra nos van a escuchar”, contó a OnCuba Inaybel de la Caridad Pérez, de 17 años, quien participó en talleres que ocurrieron en el municipio de Marianao.
Por su parte, Kevin Alejandro Mesa, de 17 y también residente en ese municipio habanero, reflexionó sobre el papel de los talleres: “El ‘adultocentrismo’ muchas veces nos resta importancia, nos van haciendo a un lado. En los talleres hemos creado un espacio seguro para expresar nuestros sentimientos y vivencias sin miedo a juicios. Este proceso es benéfico para todos, porque nos ha acercado como amigos y ha fortalecido nuestros lazos”.

Educar para cambiar
Según Roxanne Castellanos, psicóloga y coordinadora del proyecto “Crianza Respetuosa”, de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, “Muchos adultos siguen refiriéndose a sus infancias como la época en que se criaba bien y legitiman el maltrato como método educativo. De este modo, les exigen a niñas y niños que no griten, gritándoles; que no golpeen, golpeándolos; que no ofendan, ofendiéndolos. Así, transmiten la enseñanza que está en el centro de la falta de amor propio: quien más te quiere, tiene derecho a maltratarte. Y así nos convertimos en adultos que no sabemos identificar los malos tratos que recibimos, mucho más si provienen de los vínculos más significativos”.
La especialista cree, no obstante, que a pesar de la cultura que ha sido dominante en Cuba, tanto padres y madres como tutores “agradecen mucho todos los saberes y recursos que se les puedan transmitir para emprender el camino de ser mejores”.
En este sentido, “Ahí es…” se propone ser una herramienta de capacitación con enfoque de género tanto para los adolescentes como para sus familiares. “Nuestro objetivo es hacer una contribución modesta en los imaginarios colectivos que siguen legitimando las violencias machistas en todas sus dimensiones”, apuntó Yuliet Teresa.
“Creemos que la herramienta más poderosa para incidir en los adolescentes es la formación, la educación popular y la construcción del conocimiento. En estos primeros momentos de la campaña se han vinculado tutores, padres y acompañantes, pero hay talleres pensados solo para los adolescentes. En el futuro habrá otros dirigidos a los familiares”.

A pesar del fuerte apelo hacia las redes sociales y la comunicación digital, la comunicadora cree que la campaña tiene que trascenderlas. “La idea surgió a partir de talleres con adolescentes que realizamos en los últimos siete meses. Las redes sociales son un instrumento de visibilización, pero nuestras acciones se sostienen fundamentalmente en espacios locales y nacionales. Como las escuelas son ambientes más formales, pretendemos abrirnos a otras áreas públicas autoorganizadas, pero también abarcaremos las institucionales, dígase barrios, iglesias, bailes Kpop, etc.”, apuntó.

Según Yuliet, durante los dos años que estará vigente la campaña se realizarán talleres de autocuidado del cuerpo y la espiritualidad, que constituye una forma alternativa de blindarse ante las violencias cotidianas. También se educará a los participantes en ideales nuevos de masculinidad y feminismos populares, y se hará hincapié en la importancia de cultivar relaciones saludables y formar redes de apoyo.
“Creo firmemente que esta es una lucha que nos toca a los jóvenes, porque la responsabilidad de cambiar el mundo está en nuestras manos. Recuerdo que en uno de los talleres una muchacha me preguntó cómo yo podía ser queer y cristiano al mismo tiempo, porque ella había sufrido rechazo. Yo le respondí que no era fácil vivir en una sociedad que constantemente intenta normalizarnos, pero que, más allá de eso, una iglesia que rechace a alguien por su forma de amar no es genuina, porque la verdadera iglesia no excluye, incluye. Recuerdo que le dije que donde pudiera ser ella misma sin miedo, ahí era. Así fue como se creó el eslogan de la campaña”, contó con entusiasmo Kevin Alejandro.
Los ejes temáticos principales de “Ahí es…” se enfocarán en tres ámbitos: 1) expresiones de las violencias machistas y sus efectos, 2) roles y estereotipos patriarcales que las sostienen y 3) propuestas para enfrentar las violencias de género en la cotidianidad.
“La forma en la que se han transmitido los contenidos (podcasts, reels, charlas, etc.) ha sido muy positiva para nuestra comprensión. Esta campaña va a lograr generar conciencia sobre a dónde podemos acudir los adolescentes para recibir ayuda”, opinó Inaybel, una de las beneficiarias de los talleres en Marianao.
Para ella, los talleres han sido una forma de aprender a identificar los distintos tipos de violencia y aconsejar a otras víctimas. “Ahora me siento capaz de ayudar a personas que están pasando por esto, decirles a donde pueden acudir en busca de ayuda y cómo pueden enfrentar a quienes los y las violentan”, dijo.

Según señaló Yuliet Teresa, ante situaciones de violencia machista, aunque en Cuba aún no existe un espacio de atención exclusivo para ellos, los adolescentes cubanos pueden acudir a casas de acogida y consejerías de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que funcionan también como refugios.
Mientras tanto, la comunicación y la educación son aliadas esenciales no solo para enfrentar, sino para cortar por lo sano el crecimiento de este flagelo social tan lamentable.